- La teoria de los negocios
- El gran poder de las pequeñas ideas
- La disciplina de la innovación
- La información que los ejecutivos realmente necesitan
- El advenimiento de la nueva organización
- La nueva sociedad de organizaciones
- El nuevo desafío de la productividad
- Bibliografía
El mundo desarrollado está en proceso de cometer un suicidio nacional colectivo. Sus ciudadanos no están produciendo suficientes bebés para reproducirse, y la causa es bastante clara. Su población más joven ya no está en condiciones de soportar la carga creciente de una clase pasiva cada vez mayor. Solamente pueden compensar esa carga creciente reduciendo en el otro extremo del espectro de la dependencia, lo cual significa tener menos hijos o ninguno.
Desde luego, las tasas de nacimiento pueden aumentar nuevamente, aunque hasta ahora no existe el más mínimo signo de un nuevo auge de la natalidad en ninguna nación desarrollada. Pero aún cuando las tasas de nacimiento aumentaran de la noche a la mañana se necesitarían 25 años antes de que esos nuevos bebés llegarán a ser adultos completamente educados y productivos. En otras palabras, durante los próximos 25 años la sub población de las naciones desarrolladas es un hecho consumado y por lo tanto tiene implicancias para sus sociedades y economías.
No habrá una potencia económica mundial dominante, por que ninguna nación desarrollada tiene la población de base para sostener ese rol. No puede haber una ventaja competitiva a largo plazo para ninguna nación, industria ni compañía, porque ningún dinero ni tecnología puede compensar, durante un período prolongado, los crecientes desequilibrios en los recursos laborales. Las metodologías de entrenamiento desarrolladas durante las dos guerras mundiales – principalmente en los Estados Unidos – ahora hacen posible elevar la productividad de una mano de obra preindustrial no calificada hasta niveles altísimos en muy poco tiempo, como lo demostró Corea hace 30 años y ahora Tailandia. La tecnología – la nueva tecnología de marca – está disponible por lo general en forma muy económica en el mercado abierto. La única ventaja comparativa de las naciones desarrolladas es la oferta de trabajadores instruidos. Ésta no es una ventaja cualitativa, las personas educadas en los países emergentes son exactamente tan capaces como sus contrapartes en el mundo desarrollado. Pero cuantitativamente, las naciones desarrolladas tienen una gran supremacía. Convertir esta ventaja cuantitativa en una supremacía cualitativa es una manera – y quizá la única – de que las naciones desarrolladas mantengan su posición competitiva en la economía mundial.
En mucho tiempo – quizá desde fines de los años cuarenta o comienzos de los cincuenta – no ha habido tantas nuevas técnicas gerenciales importantes como las que hoy existen: la reducción empresarial, la fuente de provisión externa, la gestión de calidad total, el análisis del valor económico, la diferenciación (benchmarking), la reestructuración (reengineering). Cada una constituye una herramienta poderosa. Pero con las excepciones de la provisión externa y la reestructuración, estas herramientas están destinadas a hacer de una manera diferente lo que ya está haciendo. Son herramientas operativas sobre "cómo hacer" algo.
Sin embargo, "qué hacer" está llegando a ser el desafío cada vez más importante que enfrentan las gerencias, especialmente las gerencias de las grandes compañías que han disfrutado de un éxito a largo plazo. La historia es conocida: una compañía que apenas ayer fue una superestrella se encuentra estancada y frustrada, en dificultades y a menudo en una crisis aparentemente incontrolable.
La causa de origen de casi todas estas crisis no es que las cosas se hagan de manera deficiente. En realidad, en la mayoría de los casos, se hacen las cosas correctas – pero improductivamente. ¿Qué explica esta aparente paradoja? Las suposiciones sobre las cuales se ha desarrollado y manejado la organización ya no concuerdan con la realidad. Estas son las suposiciones que determinan la conducta de toda organización, dictan sus decisiones sobre qué hacer y qué no hacer y definen lo que la organización considera resultados significativos. Estas suposiciones conciernen a los mercados, a la identificación de clientes y competidores, a sus valores y su conducta. Conciernen a la tecnología y su dinámica, a las ventajas y desventajas de una compañía.
Página siguiente |