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La mediación como mecanismo para la resolución pacífica del conflicto internacional (página 2)

Enviado por Priscilla Álamos


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La mayor parte de la revisión literaria realizada por Bercovitch, señalan el rol del mediador. En este sentido, hay que considerar que dicho rol es complejo y dinámico, principalmente por las características del sistema internacional. Además los mediadores tienen recursos y un interés en la salida del conflicto y en las partes involucradas. En consecuencia, el mediador debe usar una "amplia variedad de conductas para lograr sus objetivos. Algunos mediadores deben hacer sugerencias para un acuerdo, (…) Otros mediadores están interesados en realizar un compromiso y otros no. Sobre todo, algunos mediadores son neutrales, otros no". (Bercovitch 1997: 130). Dicho esto, Bercovitch, define a la mediación como un proceso de manejo de conflicto, donde se busca, la asistencia, aceptada y ofrecida, de ayuda, desde un externo, con el fin de cambiar sus percepciones de conducta, y sin hacer uso de la fuerza física o invocando a la autoridad de la ley. En consecuencia, una situación de mediación comprende; las partes en conflicto; un mediador; un proceso de mediación y el contexto de la mediación. En su conjunto estas características determinan la naturaleza, calidad y efectividad de la mediación, tanto como las razones por las cuales los mediadores tienen éxito o fracasan.

¿Cuándo mediar?

Bercovitch señala que la experiencia histórica de mediación en conflictos internacionales, demuestra que la mediación es una estrategia efectiva que puede tratar con todo tipo de conflictos, dado que la forma y carácter de la mediación en un conflicto particular, está determinada por el contexto tanto del sistema internacional, como del conflicto mismo. La mediación es una forma legítima de peacemaking y es apropiada cuando se está frente a un conflicto largo o complejo; cuando los esfuerzos de las propias partes en el manejo del conflicto, han alcanzado un impasse; cuando ninguna parte está preparada para sancionar costos o pérdidas de vidas y en la medida en que ambas partes están preparadas para cooperar, tácita o abiertamente, en el quiebre de su estancamiento. Si tales condiciones prevalecen, la mediación puede asegurar la salida pacífica del conflicto.

¿Por qué mediar?

La participación en una mediación tiene una connotación positiva, en el sentido que frente al mundo, ello es percibido como un interés en la paz, y estabilidad internacionales. Querer mediar puede ir de la mano de motivaciones humanitarias, protección de los intereses propios o de los intereses que se comparten entre las partes involucradas. Bercovitch señala, que cuando el mediador es una persona, como Carter, en el caso de Corea del Norte, la motivación para comenzar la mediación debe incluir un deseo de: ser instrumento para cambiar el curso de un conflicto de larga duración o escalado; ganar acceso a mayores líderes políticos y abrir canales de comunicación; poner en práctica una gama de ideas sobre el manejo de conflicto y extender las ideas propias y realzar la categoría personal y el estatus profesional.

Cuando se es miembro de una organización como representante oficial, los motivos que prevalecen son otros. Por ejemplo, se tiene un claro mandato para intervenir en disputas, para hacer algo acerca del conflicto, cuya persistencia puede afectar adversamente los propios intereses políticos. Además se debe ser directamente requerido por una o ambas parte para mediar, preservando intacta la estructura de la cual se es una parte. De esta manera, la mediación se transforma en un camino para extender y realzar la propia influencia con el fin de ser indispensable a las partes en conflicto o para ganar la gratitud de uno o ambos protagonistas.

¿Quiénes son los actores?

Los mediadores son actores políticos; ellos emplean y consumen recursos, porque esperan resolver un conflicto y ganar algo de ello. Para muchos actores, la mediación es un instrumento político, a través del cual ellos pueden perseguir alguno de sus intereses sin incitar mucha oposición. La relación entre un mediador y las disputas no es nunca, de esta manera, carente de interés político. Por su parte, los adversarios en el conflicto, solicitan la mediación, para conseguir una reducción de los riesgos de un escalamiento del conflicto y lograr acercar a un acuerdo. Además ambas partes deben ver a la mediación como una expresión pública de su compromiso hacia una norma internacional de manejo de conflicto pacífico; deben querer un externo, para luego culparlo de su fracaso y deben desear la mediación, porque ésta puede ser usada para monitorear, verificar y garantizar algún eventual acuerdo. En consecuencia, el mediador, a través del acto de mediar, llega a ser un actor legítimo en una relación de conflicto. El rol de un mediador es parte de su amplia interacción. Para ser efectivo el rol del mediador debe reflejar y ser congruente con esa interacción.

¿Cómo actuar?

Si los negociadores frente al conflicto no han logrado llegar a un acuerdo, y su interés es cambiar, modificar, arreglar o resolver un conflicto, por la vía pacífica, deben extender la negociación hacia el proceso de mediación, en la cual se suma una tercera persona en la resolución de la disputa. En este sentido, cada conflicto tiene su naturaleza y características que hacen que éste sea como es. Por lo tanto, cada conflicto requiere un mediador que tenga las habilidades y condiciones necesarias y suficientes para llevar adelante el proceso de salida de la misma. Además, cada rol que debe adquirir un mediador en el proceso de mediación deben tener diferentes intereses, recursos y capacidades, y la conducta de cada uno debe guiar diferentes salidas.

Bajo este enfoque orientado hacia la estrategia, Bercovitch introduce el planteamiento de Deborah Kolb, quien señala en su apartado "Roles Mediators Play: Orchestrators and Dealmarkers", en The Mediadors (1985) que la mediación es un plan, enfoque o método que el mediador debe considerar para resolver una disputa. Ella distingue entre dos tipos de estrategia: la estrategia del ejecutor (afecta la sustancia del conflicto) y del orquestador (maneja la interacción). También introduce a Touval y Zartman en su obra "Multilateral Negotiation: an Analytic Approach" en Negotiation Theory and Practice 1991, quienes distinguen tres categorías de conducta, útiles para crear un marco general, que incluye información, toma de decisiones e influencia. La estrategia de comunicación, integra dimensiones en las cuales, la esencia de la estrategia, es construir un clima de confianza para que las partes dialoguen respecto a los temas e intereses en cuestión, se comuniquen abiertamente y aclaren sus diferencias de percepciones, que puedan impedir una salida pacífica al conflicto. La estrategia de formulación, integra dimensiones que permiten establecer las reglas del juego en el momento de reunión, estructurar la agenda, trazar un marco para una salida aceptable, manteniendo el proceso focalizado en los temas y ayudando a las partes a "save face". Por último, la estrategia de manipulación, integra dimensiones que permiten cambiar el rumbo del conflicto, como por ejemplo, creando conciencia de los costos del no acuerdo, recompensando concesiones hechas por las partes, ofreciendo verificar acatamiento con el acuerdo o llegar a la amenaza del retiro de la mediación.

Conclusión

Dadas las estrategias anteriormente señalas, se puede decir, que la elección de alguna forma de conducta de mediación, entendiéndolas como estrategias, depende de la naturaleza y características del conflicto. Si éste es de alta intensidad, debe ser más activo y usar la estrategia de manipulación. Si es de baja intensidad, la estrategia de comunicación es más efectiva. Sin embargo, Bercovitch citando a Rubin, señala la existencia de condiciones comunes útiles para una mediación efectiva, las cuales son: motivación para resolver el conflicto; oportunidad y experiencia. Otras condiciones son: paridad de poder relativo entre los estados y otros actores en conflicto; la ausencia de temas ideológicos, o principios generales del ámbito del mediador; clara identificación de las partes en conflicto; ausencia de desorganización interna en el lugar del conflicto; exclusión de la naturaleza e historia previa de la relación de las partes y la presencia de momento de "madurez" constituido por un "hurting stalemate", situación en la cual el estancamiento daña a ambas partes y es la instancia oportuna para tener voluntad de llegar a un acuerdo negociado.

En consecuencia, la oportunidad de la mediación es un factor crucial que afecta la posibilidad de su éxito, si ésta oportunidad es dada, el mediador debe ser escogido dada las características del conflicto. Si bien es cierto, la mediación es afectada por la identidad y la experiencia del mediador, no hay que olvidar que éste debe reunir condiciones básicas, para todo tipo de controversia, tales como inteligencia, tacto, experiencia, propuestas, sentido del humor, manejo de información específica del conflicto, capacidad de interpretación del lenguaje verbal y no verbal de las partes y habilidad ejecutora y orquestadora en el mecanismo de mediación.

Bibliografía

Bercovitch, Jacob. 1997. "Mediation in International Conflict". In Peacemaking in International Conflict. William Zartman & Lewis Rasmussen Editors. United States Institute of Peace Press.

Kolb, Deborah. 1985. "Roles Mediators Play: Orchestrators and Dealmarkers" In The Mediadors. In The MIT Press; Reprint edition.

Touval, S. 1991. "Multilateral Negotiation: an Analytic Approach", in J.W. Breslin & J.Z. Rubin (Eds.), Negotiation Theory and Practice. Cambridge: PON Books.

 

 

Autor:

Priscilla Alamos Concha

Politóloga

Partes: 1, 2
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