Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.
Albert Einstein
Desde su descubrimiento, la electricidad ha representado una fuerza misteriosa para el vulgo, a la que se le atribuían toda suerte de virtudes potenciales幠de desgracias (de alguna forma extrapolable a lo que sucede en la actualidad con la informática). Durante los siglos XVII y XVIII, Galvani y colaboradores demostraron que la aplicación de electricidad a la musculatura de diversos animales inducía contracciones. Nysten, durante la Revolución Francesa, fue más allá estudiando la acción de la electricidad sobre el corazón de cadáveres recién guillotinados (1,2)
Durante el siglo XIX se pusieron las bases anatómicas (His, Tawara, Keith婠y fisiopatológicas (Stokes, Adams婠que sentaron el inicio del conocimiento de las alteraciones del ritmo cardíaco, culminando ya en pleno siglo XX con la aparición del electrocardiógrafo (Einthoven) y sus aplicaciones clínicas derivadas (Lewis). El primer médico en aplicar de forma terapéutica la electricidad directamente sobre la víscera cardíaca fue Duchenne, describiendo ciertos éxitos en el tratamiento de arritmias cardíacas. (1)
El padre del concepto (y del término) marcapaso puede ser considerado el cardiólogo americano Albert Hyman. En 1930 desarrolló un prototipo portátil de unos 7 kg de peso, que era capaz de estimular el corazón mediante un electrodo en forma de aguja que se insertaba hasta la aurícula derecha a través del tórax del paciente. En 1952 Paul Zoll describe la posibilidad de estimular el corazón mediante impulsos eléctricos de 2 mseg a 75-150 voltios mediante dos palas aplicadas a la pared anterior del tórax (3). El inconveniente del dolor y las molestas quemaduras que ocasionaba condujo a Furman en 1958 a contemplar la posibilidad de un abordaje endocárdico transvenoso (4).
La estimulación cardiaca permanente, con cable electrodo, generador y fuente de energía implantable, fue iniciada finalmente el 8 de octubre de 1958 en Estocolmo, por Ake Senning, cirujano cardíaco del Hospital Karolinska, utilizando un diseño de R. Elmqvist, ingeniero de Elema Schonander, provisto de una batería de níquelcadmio recargable por inducción. Los dos electrodos, solidarios con el generador, fueron suturados al epicardio, a través de una toracoromía al paciente Arne Larsson, superviviente en la actualidad después de veintiséis reemplazos. (5,6).
En noviembre de 1958 fue utilizada por primera vez la estimulación endocárdica temporal por medio de un generador externo, por Furman y Schwedel, pero su uso con fines de estimulación permanente fue realizado por Parsonnet en 1962. (7).
En el año 1963, Castellanos y Berkovitz presentan el primer marcapasos a demanda y se inicia la estimulación secuencial, en modo VAT, por Natham. Más tarde, Berkovitz comunica el modo de estimulación bicameral DVI, y Funke la estimulación universal o DDD. (6).
Los avances en la electrónica e informática han permitido diseñar dispositivos cada vez más complejos, con mayor número de funciones y posibilidades de programación: estimulación a demanda (VVI) en 1965 (8), estimulación DDD en 1978 (9) modulación de la respuesta en frecuencia desde los años 80 (10) Además, en la época científica actual dominada por la medicina basada en la evidencia, los ensayos clínicos con este tipo de dispositivos han crecido de forma exponencial desde la década de los 90, sentando las indicaciones para su utilización en los distintos supuestos según se refleja en las correspondientes Guías de Actuación de las sociedades cardiológicas mundiales (11)
El rápido adelanto tecnológico en los marcapasos ha llevado a su desarrollo avanzado lo cual ha permitido ampliar el espectro de enfermedades tratadas con estos medios, llegando desde solo bradiarrítmias en sus inicios hasta en la actualidad una gama de patologías realmente impresionante incluyendo en estas la enfermedad del nodo sinusal, la hipersensibilidad del seno carotídeo, el sincope neurocardiogénico, la miocardiopatía hipertrófica, la Miocardiopatía dilatada entre muchas mas que han hallado una vía de solución en menor o mayor grado en estos pequeños pero necesarios accesorios. (12, 13, 14)
Más de 250 000 marcapasos permanentes son implantados cada año en nuestro planeta azul, cifra que lejos de disminuir aumenta cada año, a la ves que aumentan el numero de indicaciones para dichos implantes, lo cual va ceñido al desarrollo tecnológico en espiral ascendente en esta rama de la medicina. (15).
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