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El diagnóstico específico, con las pruebas cutáneas, en los procesos alérgicos


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Tipos de pruebas cutáneas
  3. Interés de las pruebas
  4. Conclusiones
  5. Referencias Bibliográficas

Introducción

El diagnóstico de los procesos alérgicos, transita por el interrogatorio, examen físico, pruebas cutáneas y pruebas de provocación.

Las pruebas cutáneas positivas a un determinado alergenos no indican necesariamente que se haya corroborado la causa, pues las personas desde que comienzan la vida están expuestas a sustancias extrañas que van reaccionando con el sistema inmunológico sin que por ello la respuesta cutánea tenga que necesariamente corresponderse con el cuadro clínico que presenta el enfermo.

Sería de gran ayuda si pudieran confirmarse la causa, proporcionada por los datos clínicos y las pruebas cutáneas con pruebas de provocación, destinadas a reproducir los síntomas clínicos.

Sin embargo, las pruebas de provocación por inhalación no son factibles de realizar en los niños pequeños, donde los alimentos son algunos de los primeros antígenos extraños con los que se pone en contacto.

Estas pruebas realizadas con alimentos no son siempre concluyentes ni son fáciles de reproducir, en especial en quienes padecen urticaria; en los que las reacciones al alimento puede presentar un retraso en el comienzo de los síntomas de hasta 12 o 24 horas.

La prueba cutánea en estos niños pequeños con posible alergia a los alimentos puede ser de gran ayuda, sin embargo la incertidumbre diagnóstica, como en otros grupos etarios también esta presente en ellos. La pericia del médico y sobre todo del Pediatra es fundamental para lograr resultados diagnósticos con eficiencia y derivarlo al Alergólogo en el momento preciso.

Con frecuencia los pacientes están expuestos a extensas pruebas sin tenerse en cuenta la inconveniencia y costos que ello representa. Una buena y exhaustiva historia clínica puede evitarlo y hacer sólo aquellas que descubran el verdadero origen de los síntomas.

Las pruebas cutáneas, a realizar, también dependen de la enfermedad: los pacientes con rinitis alérgica estacional requieren únicamente de pruebas con alergenos al polen, si la rinitis alérgica es perenne hay que hacer pruebas con ácaros, hongos y quizás también con alimentos. Los pacientes asmáticos deben ser examinados con alergenos presentes en el medio ambiente donde se desencadenan o agravan los síntomas.

La elección de los alergenos depende de la edad del paciente. En un lactante o niño pequeño las pruebas con alimentos sólo deben hacerse con los alimentos que componen la dieta del niño y de preferencia con aquellos que clínicamente se haya logrado establecer asociación con los síntomas. No deben hacerse con todos los alimentos salvo cuando existan evidencias de reacciones cruzadas.

Los alergenos se agrupan de acuerdo con su modo de acción; así, los inhalantes actúan mediante inhalación por las vías respiratorias; los alergenos por ingestión actúan en el tracto gastrointestinal; los alergenos por contacto actúan mediante contacto directo con la piel del paciente y los alergenos por inyección actúan tras haber sido inyectados por diversas vías en los tejidos orgánicos.

Existen grupos de alergenos cuyo modo de acción no ha sido totalmente esclarecido y son aquellos que proceden de bacterias, parásitos y de los agentes físicos.

Se hizo una revisión en Pubmed, LiLacs, Ebsco, Cochrane y Cumed con el propósito de hacer una valoración sobre la utilidad de las diferentes pruebas cutáneas en correspondencia con el padecimiento del individuo y con los alergenos utilizados.

DESARROLLO.

Tipos de pruebas cutáneas

Las pruebas cutáneas pueden ser clasificadas según el tiempo en que se obtienen los resultados: las de lectura inmediata y las de lectura tardía. Las primeras están relacionadas con el mecanismo de hipersensibilidad inmediata tipo I, mediadas por inmunoglobulina E (IgE), y las últimas se relacionan con la reacción de hipersensibilidad tardía tipo IV, mediadas por células T, según la clasificación de Geel y Coombs (1-4).

Consisten, las pruebas, en colocar el extracto alergénico en contacto con las células cutáneas, las que reaccionan liberando mediadores inflamatorios locales que promueven la formación de un habón con eritema, demostrando la presencia de IgE específica para el alergeno testado. Las principales pruebas cutáneas de hipersensibilidad inmediata tipo I son: punción, escarificación y la intradérmica

Las pruebas cutáneas son más útiles para diagnosticar: alergia a los ácaros, a los alimentos, al moho, al polen, epitelio de los animales y otros procesos que causen rinitis alérgica y asma, alergia a la penicilina, alergia a venenos y dermatitis de contacto de tipo alérgica. Se pueden realizar por tres métodos: epicutáneas, intracutáneas o percutáneas.

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