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La violencia psicológica, una tragedia con bases universales (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

Dick y Ginny se casaron antes de terminar sus carreras médicas cuando ella saliera embarazada por la primera vez.

A pesar, de tener un hijo de menos de un año de edad, Ginny fue capaz de terminar su internado; saliendo embarazada de nuevo.

Para ese entonces, Dick recibió su llamado para cumplir con su obligación militar, habiendo sido asignado como oficial médico en el Hospital de la Base Naval de Norfolk VA — allí nos conocimos.

Ginny, decía lo siguiente: "como buenos católicos que éramos, y sintiéndonos culpables por los aprietos, que el modo como nos casáramos les causó a mis padres, yo seguí teniendo hijos, aunque no quería tenerlos".

Dick, seguía insistiendo en los métodos contraceptivos prescritos por sus creencias religiosas de entonces, mientras continuó su entrenamiento psiquiátrico donde nos conociéramos, en Baltimore.

Fueron unos años más tarde cuando nos encontráramos de nuevo con Dick en Miami. Entonces, estábamos presentes en la misma convención de la American Psychiatric Association a la sazón de mi investidura como Fellow de esa organización.

Dick lucía cansado y andaba solo. Cuando le preguntásemos por Ginny y por los niños, nos informó que ella y él se habían, primero separado, y luego divorciado. Que ella había terminado su residencia en psiquiatría y que aún vivía en Baltimore donde enseñaba y ejercía su especialidad.

Los tragos servidos bajo el sol tropical hicieron que a Dick se le soltase la lengua, que las inhibiciones se les disminuyeran; o que, se le esfumaran las trabas finales para compartir con nosotros datos que aquí se revelan con su permiso explícito y bajo condiciones de estricta discreción.

Él nos comunicó, que cuando su matrimonio iba a terminar, que ellos dos tuvieron "muchos pleitos acerca del asunto del sexo y de los hijos…"

Una noche, Dick, un hombre de un temperamento muy dócil, trató de forzar a Ginny a satisfacer sus "apetitos sexuales".

Fue entonces, cuando ella le gritó: "¡por Dios Santo, Dick!… ¿no estás cansado de abusarme? … ¿no estás harto del dolor que me has causado… qué más quieres? … ¡déjame sola!".

Dick, casi no podía creer lo que oía… por ello la interpeló con las siguientes palabras: "¿De qué tú me acusas? … ¡yo nunca en mi vida he tocado tu cuerpo en un acto de hostilidad! … ¡NUNCA!". A lo que Ginny respondiera sarcásticamente: "Sí, tú lo has hecho… por lo menos seis veces…"

En este historial clínico debe de ser satisfecho, antes de concluir, la razón por la que aquí se presenta.

Dick admitió, que luego de muchos años de psicoterapia entendió, que él (de modo inconsciente) había resentido a Ginny, quien se había distinguido como estudiante excepcional y meritorio en una universidad famosa por ser muy rigurosa. Lo que por su parte, él nunca lograría.

Me confió que él no se había dado cuenta del hecho de que simultáneamente envidiaba a la vez que resentía los talentos que Ginny poseía y que en él estaban ausentes … "yo creo que manteniéndola embarazada y con los pies descalzos, como dice el proverbio, fue mi único modo de exponer la única "debilidad" de ella que [como hombre] yo no compartía… pero ella aún es más fuerte; porque ha sido ella sola quien ha criado a nuestros seis hijos… rehusando mi ayuda y haciendo una labor apreciable…" — ¿Quién dijo que las mujeres son el sexo débil…?

El caso que aquí se presenta, contiene en sí las razones más comunes para el abuso (físico o psicológico) de la mujer: El resentimiento del hombre, por percibirse inferior, contra quien (a pesar de no serlo) considera más débil…

En resumen

Sigmund Freud introdujo la teoría de la Envidia del Pene, en el año 1908 en su artículo En la Teoría Sexual de los Niños, la que expandiera en el 1914 con su contribución En Narcisismo.

En la teoría de la envidia del pene, Freud postulaba que las mujeres sufrían de ansiedad de castración debido a su realización de que carecían de este órgano masculino, lo que les lesionaba su narcisismo.

Pero, ¿qué sucede cuando, como vimos en este caso, es el hombre quien envidia a la mujer por ostentar más cualidades fálicas que las propias?

Es posible que para compensar; él, médico, conocedor de la ineficacia del método del ritmo, optaría por "castrar" a Ginny, manteniéndola incapacitada con el número de embarazos y con el cuidado debido a los hijos resultantes.

En su autobiografía. La aclamada ballerina (primera bailarina) Gelsey Kirkland, nos ilustra vívidamente su calvario agonizante por ser mujer.

Kirkland, anoréxica, bulímica, adicta a la cocaína, forzada por Balanchine al uso de las anfetaminas y a las dietas restrictivas, encuentra en él y, en su amante por un tiempo, Barishnikov, envidia puramente fálica narcisista. Envidia debida a su éxito, de mujer, como símbolo fálico.

Del analista que, a ella, la acusa de envidia del pene, nos dice: "Yo le respondí, yo no tengo esa envidia, pero sí que conozco muchos analistas que la sufren…"

Bibliografía

Freud, S: In the Sexual Theories of Children (SE)

Freud, S: On Narcisismo (SE)

Kirkland, G. and Lawrence, G: Dancing on my Grave (1986) Berkeley

Hammerton, J: Cruelty and Companionship: Conflict in Nineteenth Century Married Life (1992) Lightning Cardarelli, A. P: Violence Between Intimate Partners: Patterns, Causes, and Effects (1996) Addison-Wesley

 

Dr. Félix E. F. Larocca

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