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Absurdos en la biblia – partes 10,11,12 (página 2)

Enviado por Ing. Allan AAA


Partes: 1, 2

Mateo 27,9-10 pretendiendo demostrar que Jesús fue el Mesías verdadero, se refiere al momento en que Judas, arrepentido, devuelve el dinero pagado por su traición y se ahorca: "Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las 30 piezas de plata, que fue el precio en que lo tasaron los hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor". nota 1: ¡Resulta que en ningún lugar del libro de Jeremías aparecen estas palabras! Existe, no obstante, un pasaje en Zacarías 11,12-13 que ha sido identificado con esta profecía: "Yo les dije: Si os parece bien páguenme mi salario; y si no, dejadlo. Y calcularon por mi salario 30 piezas de plata. Pero Dios me ordenó: Hecha en los cofres del templo este precio tan alto en que ellos me han tasado. Y tomé las 30 piezas y las deposité en el tesoro de la casa de Dios". El evangelista «inspirado» comete una burrada equivocándose de libro profético ¡No es Jeremías, es Zacarías! nota 2: Ni siquiera es válido el argumento que se trate de una simple confusión, pues lo único en común de ambos pasajes son las «30 piezas de plata». Los relatos son distintos y no tienen nada que ver entre sí. Alegóricamente Zacarías se describe a sí mismo como Dios y al pueblo como ovejas. El sentido es el siguiente: porque las ovejas han sido rebeldes, Dios las entrega a tres pastores que no las cuidan apropiadamente; entonces Dios los elimina y vende las ovejas a unos comerciantes por 30 piezas de plata, que son depositadas en el templo a manera de retribución; y otro pastor se levantará por orden de Dios para castigar a las ovejas [Zacarías 11,4-17]. Por lo tanto, esta «profecía» no está refiriéndose a la traición de Judas que le atribuye el evangelio.

LA MUERTE DE JESÚS

Mateo 27,50-54: "Habiendo Jesús, otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron; verdaderamente éste era el Hijo de Dios". nota 1: Analizándose imparcialmente puede concluirse que el relato es una absoluta mentira. De hecho, los demás evangelistas no lo mencionan para nada. Si lo que se describe hubiese ocurrido realmente, ¿por qué tal evento prodigioso no aparece registrado en ninguno de los registros históricos de la época cuando existen otros datos menos notables e impactantes? nota 2: Un milagro de ese tipo hubiese sido la «noticia del siglo». De haber ocurrido, lo lógico hubiera sido que todos los judíos y romanos [incluidos el sumo sacerdote y el emperador] acepten a Jesús como «hijo de Dios», tal como supuestamente el centurión y sus soldados lo hicieron. Pero nadie se dio por aludido, lo cual pone en duda la veracidad del relato. nota 3: Nunca se aclara quienes eran aquellos «santos», ni la razón de su «santidad». Si en verdad hubieran salido de sus tumbas y pasearon por la ciudad, ¿no hubiera sido normal que los habitantes de Jerusalén crean en Jesús? ¿Por qué nadie se preocupó de registrar un hecho tan significativo como este en la historia de Jerusalén? Definitivamente, el relato tiene todos los indicios de ser una manipulación de versículos con el objeto de «divinizar» a Jesús.

Mateo 27,57-61: Después de la muerte de Jesús, "vino un hombre rico de Arimatea, de nombre José, discípulo de Jesús. Se presentó a Pilatos y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilatos ordenó que le fuese entregado puesto que estaba en poder del juez. Él, tomando el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en su propio sepulcro, del todo nuevo, que había sido excavado en la peña". Un contexto algo diferente presenta Juan 19,38-42: Aparece un nuevo personaje, Nicodemo [desconocido para los otros evangelistas], que ayuda a José de Arimatea a transportar el cadáver de Jesús, y lo entierran en un sepulcro improvisado, que no es señalado como propiedad de José de Arimatea: "Cerca del sitio donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo… Allí, a causa de la Pascua de los judíos, por estar cerca el sepulcro, pusieron a Jesús". nota: Algo curioso es el detalle [y ningún evangelio parece indicarlo] que no tuvo Jesús la necesidad de presentarse como un resucitado a José de Arimatea o a Nicodemo, quienes lo habían sepultado. Hubiese sido un acto caballeroso agradecerles su noble acción. ¡Que ingrato fue Jesús!

 

 

Autor:

Ing. Allan AAA

 

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