- La Cooperación para el Desarrollo
- Desarrollo Humano: evolución del concepto
- Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)
- El programa de desarrollo humano local (PDHL) y su contribución de la cooperación para el desarrollo
La Cooperación para el Desarrollo.
La cooperación internacional es uno de los principios básicos de la política exterior de cualquier país. Generalmente se lleva a cabo a través de los Ministerios de Relaciones Exteriores, otros ministerios como los de Economía, Comercio Exterior, Cooperación Externa, pueden asumir el rol de Punto Focal Nacional en materia de cooperación, la cual es uno más de los factores que intervienen en las acciones de desarrollo.
1.1.1 Elementos básicos sobre la cooperación para el Desarrollo.
La cooperación para el desarrollo[1]en su sentido más general, se ha ido conformando a partir del surgimiento de cierto nivel de conciencia de las posibles consecuencias que se podían derivar de las diferencias existentes entre los niveles de desarrollo de los distintos países.
El concepto de cooperación para el desarrollo no tiene un contenido que se defina al margen del pensamiento y los valores que dominan en la sociedad. Por eso Alfonso Dubois señala que ¨la mejor manera de explicar el alcance y objetivos de la cooperación al desarrollo es entenderla como el reflejo, por un lado, de la idea que se tiene en cada momento histórico de cómo deben ser las relaciones entre países pobres y países ricos y, por otro, de la importancia y el alcance que se concede al desarrollo en la agenda de los problemas de la sociedad internacional.¨[2]
Por lo tanto, no tiene una definición única, ajustada y completa, válida para todo tiempo y lugar. La cooperación para el desarrollo se ha ido cargando y descargando de contenidos a lo largo del tiempo, de acuerdo al pensamiento y los valores dominantes sobre el desarrollo y al sentido de corresponsabilidad de los países ricos con la situación de otros pueblos, por lo que es preciso conocer su evolución para comprender su significado en cada momento.
Para los efectos de esta tesis se asumirá la definición de los autores Gómez Galán y Sanahuja quienes entienden que la cooperación para el desarrollo es el conjunto de actuaciones realizadas por actores públicos y privados, entre países de diferente nivel de renta, con el propósito de promover el progreso de los países del Sur del modo que sea más equilibrado en relación con el Norte y resulte sostenible.¨[3]
Para identificar cuáles son las características de cualquier forma histórica de entender y practicar la cooperación para el desarrollo, las tres preguntas básicas a realizar son las siguientes:
1. ¿cuál es el concepto de desarrollo del que se parte? ¿qué prioridades establece?
2. ¿cómo se forma la relación de cooperación entre donante y receptor? ¿a quiénes se considera, en ambas partes, como agentes protagonistas de la cooperación?
3. ¿qué instrumentos o mecanismos de cooperación se consideran los más adecuados para conseguir los objetivos del desarrollo con los que cuenta?
En general existe consenso en que fue a partir del diseño del nuevo orden económico y político internacional que emergió con posterioridad a la II Guerra Mundial, que se estableció la concepción originaria de la cooperación para el desarrollo. De ahí que en un inicio la cooperación se desarrollara únicamente como una relación desde el Norte hacia el Sur.
Esta concepción de la cooperación para el desarrollo, dominada por los países donantes, no se caracterizó por la igualdad y la colaboración mutua, sino que fue entendida más como una iniciativa voluntaria y generosa de éstos que como una obligación hacia los receptores. La cooperación para los países desarrollados implica la no obligatoriedad y establece una posición de inferioridad por parte de los países receptores, al que no concede derecho alguno a reclamar, y sólo le queda esperar que el donante decida cuándo y cómo exprese su voluntad de dar. La carencia de una colaboración real entre los países donantes y receptores adquiere todo su significado en la existencia y funcionamiento de diversas formas de condicionalidad de la ayuda, que han formado parte sustancial de la cooperación.
Por otra parte, el tratamiento que se le da a la cooperación para el desarrollo a nivel internacional trata de desplazar toda la responsabilidad con los procesos del desarrollo hacia los países receptores de ayuda. Si bien no se puede minimizar el nivel de responsabilidad y comprometimiento de las autoridades nacionales con los procesos de desarrollo internos, tampoco se puede obviar el alto grado de responsabilidad de los países desarrollados con la actual situación en los países del Sur, y su deuda económica, social y ecológica con estas regiones dado el pasado colonial y el presente neo colonial de la mayoría de éstos.
Independientemente de esta observación y contrario a la práctica de imponer modelos de desarrollo como una de las formas de condicionalidad de la ayuda, son los gobiernos de los países receptores los que deben establecer sus propias prioridades de desarrollo.
1.1.2 El Sistema Institucional de cooperación para el desarrollo
Página siguiente |