Al Síndrome de Alienación Parental (SAP) lo han tratado de convertido en un símil campo de batalla, en donde Profesionales, Progenitores y otros, diriman sus intereses Académicos, Afectivos, Económicos, Ideológicos y Personales, olvidándose que la prioridad es proteger a los niños de los desbordes de los mayores.
Este clima de tensión ideológica, es contrario a lo que los hijos precisan, que es un debate serio y amplio, animado por una genuina necesidad de darle claridad a una problemática de obstrucción vincular, que en la actualidad es imposible de ocultar ó negar y que precisa normativas surgidas de la realidad y una practica concreta en prevención, que este enriquecida con los aportes académicos y las opiniones sin subjetividades, ni discriminación, por parte de los profesionales y funcionarios actuantes y el respeto de unos y otros, mas allá del acuerdo o desacuerdo en las interpretaciones de cada uno.
Hay posturas serias, expresadas en forma respetuosa, que intentan exponer sus objeciones a la existencia del Síndrome de Alienación Parental, desde la no aceptación de la Alienación Parental como "Síndrome", basando su postura sobre supuestos aspectos académicos ausentes, sin utilizar para ese fin el descrédito y la agresión, como medio usual, hacia quienes no piensan de la misma manera y eso les confiere valor a lo que desean expresar. En acuerdo o en desacuerdo con las posturas de negación, dichas interpretaciones vertidas con respeto, abren la posibilidad, que en el disenso y en el no compartir criterios, se otorgue un camino de búsqueda para garantizar los vínculos y la investigación de un flagelo, como representa en la actualidad las acciones obstructivas con manipulación de los hijos para producir el rechazo Parental tras la separación de los Progenitores.
Sobre los cuestionamientos al Síndrome de Alineación Parental, el Lic. Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clinica de la Universidad del País Vasco , España, expresa: "A lo mejor no es un síndrome clínico, pero es un hecho que esto sucede y hay que prestarle atención".
La frase precedente resume una realidad expresada en una corta frase y cualquier inquietud de negar la existencia de las obstrucciones vinculares y sus estrategias desvinculadoras, concientes o inconscientes, condena a cientos de miles de Progenitores obstruidos y obstructores e hijos, de todo el mundo, a una confrontación interminable, con destrucción Física, Psíquica, Económica y Moral de todos los grupos familiares involucrados, sucumbiendo al imperativo inducido de eliminación de la Figura del Progenitor no conviviente, causando la perdida de la indispensable credibilidad Judicial y un daño Social irreparable.
Aunque hay un conocimiento generalizado de los perjuicios que generan los trances de obstrucción de vinculo con los hijos y la manipulación de los niños, existe una actitud exaltada de pretender no tomar en cuenta, minimizar u ocultar, la realidad y sus consecuencias, pasando por alto los Derechos del niño y las Leyes vigentes.
Existen amplios sectores que consideran que la Alienación Parental, encuadra dentro del "Secuestro emocional de los niños", consumado por uno de sus Progenitores, que es acompañado por el impedimento de contacto hacia el otro Progenitor, violando los Derechos del Niño. Agregándose en ocasiones mas allá de la negación a permitir el vinculo , la desaparición de los hijos dentro de su propio País o fuera de sus fronteras, ejecutada por el progenitor obstructor.
Mayormente en el rechazo a la existencia del Síndrome de Alineación Parental, suele encontrarse un signo de fanatismo conceptual y conducta agresiva , en una "oposición obsesiva" a todo lo que signifique el "vinculo de los hijos con el Progenitor no conviviente" y por ende se presenta el rechazo a la existencia de la "Alienación Parental", porque hace evidente actitudes y estrategias desvinculantes, repetidas en la generalidad de los casos
No suele encontrarse en las criticas, la objeción a reconocer a la Alineación Parental como Síndrome y al mismo tiempo "la defensa del Derecho al vinculo" y sí, a justificar la obstrucción y los métodos obstructivos utilizados.
Sin ser el "rechazo de los hijos" hacia el progenitor que no detenta la Tenencia el mayor motivo porcentual de obstáculo, esta circunstancia muestra características difíciles de resolver desde lo personal, psicológico y jurídico, desestabilizando el ya pobre equilibrio existente en los laberínticos conflictos Familiares con hijos menores, donde la pretensión de eliminación de la figura del otro Progenitor, por parte de quien manipula a los hijos hacia el rechazo, suele transformarse en motivo, objetivo y motor de todas sus acciones, asumiendo una conducta compulsiva, que el obstructor no abandona y se extienden en el tiempo, salvo ante la contundencia Judicial limitante, faltante en la mayoría de los procesos.
Clawar y Rivlin hallaron que la venganza es una de las razones más comunes y poderosas que los progenitores tienen a la hora de adoptar un comportamiento alienador. Las características de la personalidad de algunos progenitores son tales que la venganza parece restar su única opción viable en respuesta a sus sentimientos heridos por el divorcio. El deseo de venganza puede ser estimulado aún más si se descubre una infidelidad, si el padre alienador resulta abandonado por otra persona o si se reconocen inmediatamente reemplazados por un nuevo objeto amoroso en la vida del padre que le dejó. Dra. Deirdre Conway Rand – Doctora en medicina, practica la Psicología Clínica y Forense, especializándose en formas complejas de abuso emocional – California, E.E.U.U..
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