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Pautas para la interpretación de las Parábolas y Alegorías

Enviado por Edinson León


Partes: 1, 2

    1. Propósito de la Obra
    2. Definiciones y características
    3. ¿Qué es una parábola?
    4. ¿Qué es una alegoría?
    5. Diferencias entre parábola y alegoría
    6. Semejanzas entre parábola y alegoría
    7. Pautas hermenéuticas
    8. Lo que provoca el relato
    9. Análisis exhaustivo
    10. Enfocando la verdad central
    11. Evitando los excesos
    12. Consideraciones finales
    13. Conclusión
    14. Bibliografía

    Propósito de la Obra

    Para escribir sobre el propósito de esta pequeña obra me remito principalmente a la necesidad de mis hermanos en Cristo Jesús, quienes asisten a sus congregaciones con el deseo ferviente de escuchar y recibir Palabra de Dios pero que en muchas ocasiones, lastimosamente solo escuchan gritos, desatinos y hasta herejías desde el púlpito.

    Muchos predicadores evangélicos de nuestros círculos pentecostales (de quienes no negamos su entrega y sinceridad a la obra del Señor), al momento de exponer sus sermones y enseñanzas sobre parábolas y alegorías, cometen crasos errores de interpretación. Esto se debe principalmente a dos aspectos.

    (1) Ignoran o no toman en cuenta la intención del autor o de los autores al comunicar la parábola o alegoría a sus receptores.

    (2) Como fruto de esta ignorancia, añaden imágenes extrañas que no aparecen en el texto sagrado, quitando iluminación, belleza y claridad al pasaje bíblico.

    Al observar estos factores negativos, quisiera ofrecer este estudio básicamente a todo lector, hermano en Cristo que desea comprender mejor las parábolas y alegorías de la Escritura Sagrada usando las herramientas que pongo a su disposición. De manera que cuando estudie su Biblia, pueda comer y beber de las fuentes eternas del mensaje de Dios tal y como nuestro Señor nos lo quiere compartir. No es mi intención menoscabar a nadie en la tarea de la predicación, porque de algún modo, al exponer nuestros sermones, hemos cometido errores; y si alguien cree que por ser un buen predicador nunca se equivoca desde el púlpito, puede arrojar la primera piedra. Sin embargo tenemos la oportunidad para rectificarnos y mejorar. Ahora bien, allí es donde radica nuestro problema, debido a que algunos predicadores han olvidado la importancia de rectificarnos y mejorar. Creemos que no necesitamos aprender más nada y que lo sabemos todo, mientras desde los asientos de nuestras iglesias se oye un gemido a causa del hambre espiritual y el poco alimento que se imparte, no sacia. Porque el problema no radica en el alimento sino en aquel que lo distribuye.

    Estoy seguro que quienes lean estas líneas con el deseo de aprender no serán defraudados.

    No es que el autor tenga la última palabra en materia de interpretación bíblica, de ninguna manera; pues este escrito no es para dar argumentos de carácter normativo, sino más bien, lo que queremos es ampliar el panorama bíblico a los hermanos lectores, mayormente aquellos que de alguna manera han procurado obtener "auxilios hermenéuticos" en libros y artículos sobre el tema en cuestión.

    No obstante, al indagar han hallado mayor confusión en dicha literatura. Es por eso que se ha tratado de usar en este escrito un lenguaje sencillo y claro para mejorar la comprensión y pueda estar al alcance de todos. El lector no encontrará aquí una explicación detallada de cada parábola y alegoría, ya que ese no es el propósito de la obra. Pero si encontrará pautas de ayuda para facilitar la comprensión de las mismas.

    Introducción

    Tanto en el estudio como en la interpretación de la Biblia, las parábolas y alegorías ocupan un lugar importante en la literatura judía y cristiana. Todo estudioso serio de la Biblia al contemplar delante de sí estas joyas retóricas de valor inestimable, no puede hacer otra cosa sino acercarse a ellas con reverencia y profunda devoción, por tratarse de figuras de lenguaje que ilustran la verdad eterna acerca del reino de Dios tanto en el tiempo presente como en el tiempo escatológico. Estas enseñanzas han sufrido "malos tratos" en lo ha interpretaciones se refiere, siendo por un lado, tocadas muy superficialmente llegando a arañar levemente su contenido y por otro lado, escarbadas indebidamente tratando de encontrar lo que no hay en el texto.

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