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De por qué el perder y el controlar el sobrepeso es como aprender otro idioma

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. El viaje de las mil millas se inicia con un solo paso Lao-Tse
    2. El eje ghrelina-obestatina
    3. Bibliografía

    El viaje de las mil millas se inicia con un solo paso Lao-Tse.

    En mis esfuerzos dirigidos a asistir a otros en la difícil tarea de no engordar, o de remover las libras engorrosas de la gordura, tan fácilmente acumuladas y tan difícilmente eliminadas; a veces repito que el perder de peso es muy similar al aprender otro idioma.

    ¿Por qué digo esta cosa? Simplemente porque así lo es, como me propongo demostrarlo en esta breve exposición.

    Buen libro para aprender el inglés

    Primero, existe un hecho fundamental y obvio, que es, que el aprendizaje de cualquier idioma se facilita con el entrenamiento temprano. De lo que se deduce que si en la niñez uno se expone a otra lengua, que ésta se aprenderá con mucha facilidad. Igualmente, el niño que "aprende" a no engordar, por la composición de su dieta, está en una situación verdaderamente envidiable.

    Esto contrasta con el adulto en quien las habilidades naturales de adquisición lingüísticas se han extinguido o en quienes la gordura está arraigada.

    Otro hecho fundamental que amerita consideración es el de que no todos aprendemos idiomas con la misma facilidad, como es obvio que no todos pierden el peso con la misma presteza. Lo que refuta la creencia de que sistemas de hacer dietas basados en las posibilidades de todos; puedan, con todos, ser igualmente exitosos.

    Con el aprendizaje de un idioma, cuando niño, existe un incentivo adicional, este siendo que se aprende sin esfuerzo mayor y como si fuera un juego — que a menudo resulta ser, precisamente eso.

    El adulto, cuando se propone a sí mismo, la tarea de aprender a desempeñarse en otro idioma a veces confronta obstáculos mayores de los que pueda imaginar encontraría.

    Con el nuevo idioma, inicialmente, aparece el reconocimiento humillante de no entender algo que a otros les resulta ser fácil comprender. Parece, entonces, que aquellos quienes son delgados y ellos, los que hablan el otro idioma, fueron favorecidos por los dioses del Olimpo con dotes que a otros les han sido negadas. El aprender otro idioma conduce a la formación progresiva de una serie de asociaciones empíricas basadas en la repetición y la experimentación.

    Para perder de peso esas mismas asociaciones empíricas son necesarias a otro nivel cerebral.

    Actualmente en español y actually en inglés, suenan similares pero no significan exactamente lo mismo.

    El aprendizaje de otro idioma necesita también que uno abandone reglas fundamentales que aplican al idioma por uno conocido, para poder asimilar las del idioma nuevo, a veces contradictorias al nuestro.

    El aprender un nuevo idioma igualmente demanda que uno posea paciencia y que esté uno provisto con persistencia y con curiosidad.

    Hay que tomar riesgos de verse malentendido y tener el deseo de que otros lo sometan a uno al escrutinio privado, no temiendo cometer errores.

    Un aspecto difícil de la tarea de quien esté interesado en otro idioma es tener que abolir y poner en suspenso conocimientos que no serían útiles porque no aplican al idioma nuevo — pero que, para el idioma conocido resultan indispensables — abandonándose uno en la incertidumbre de las inconveniencias sin esperanzas concretas, ya que nadie puede garantizar un éxito final.

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