Es un secreto a voces que el enfrentamiento con relativo éxito de la enorme crisis causada al interior del sistema financiero mundial ha pegado con un impacto menor en países que han logrado compensar las pérdidas financieras con el blanqueo de activos provenientes del narcotráfico. Siguiendo en la línea de ese primer análisis, la conclusión es que aun cuando constituyen dos caras de la misma moneda, es muy diferente el problema causado por la drogadicción y la causa misma de esta, en las sociedades estadunidense y en las de América latina.
Pero, así como las consecuencias de la drogadicción son mayores en el sistema económico como tal en el imperio, el enfrentamiento social y las repercusiones políticas derivadas de ese enfrentamiento son muchísimo mayores en América latina, al asumir sus gobiernos las características de una guerra nacional que arroja diariamente una secuela gigantesca de espantosas muertes. Al igual que en la época de la guerra tiria, en donde los colosos de los sistemas sociales no se enfrentaron directamente con las armas, sino que realizaron sus pulsos fuera de sus fronteras (en el sudeste asiático y Centroamérica, fundamentalmente), así, los niveles de inseguridad son infinitamente mayores en América latina que en USA. Y las repercusiones políticas, intangibles en USA, cobran cada vez mayor relevancia en América latina.
¿A quién puede interesar más el combate del narcotráfico?
Habría que separar necesariamente el interés de su combate en uno y otro de los lados mencionados. Es evidente que la drogadicción, como tal, es más preocupante en el imperio. Es evidente también que las matanzas derivadas de su combate, son casi únicas y más preocupantes en la América latina. Así también, es mas preocupante la consolidación política de sus estados, que se encuentran constantemente amenazados y desde diferentes vías.
En ese tenor, aparece como cuasi natural que el centro del combate en América latina no puede ser prioritario en cuanto al cultivo, producción, industrialización y tráfico de drogas, cuestión que si es prioritaria para el imperio, sino en la disolución de los grupos armados que los protegen. En ese sentido, para desarmarlos de manera inteligente, no es descabellado pensar en la legalización del consumo de las drogas, bajo condiciones específicas perfectamente marcadas por la ley.
Una simple mirada a lo que ocurre en el imperio da la impresión que, de hecho, en el territorio norteamericano, el consumo y tráfico de drogas es legal, [5]
En toda esta historia, ¿cuáles son los datos de los carteles aprehendidos en territorio norteamericano? ¿Cuántos capos de la droga estadunidenses guardan prisión en sus cárceles? ¿Cuál es el informe de lavado de dinero que se realiza en el sistema financiero estadunidense por los gigantescos negocios de la droga? ¿Por qué les preocupa tanto que funcionarios no estadunidenses realicen un blanqueo ridículo de fondos públicos en su sistema(el caso Portillo en Guatemala) y no les preocupa en lo más mínimo el gigantesco blanqueo que realizan los capos de la droga en ese mismo sistema?
Autor:
Dr. Carlos E. López García
[1] Artículo principal: narcotráfico en México Históricamente, los cárteles colombianos han dominado el tráfico de drogas. Durante la década de 1980 y principios de 1990, el narcotraficante colombiano Pablo Escobar fue el mayor exportador de drogas del mundo, debido principalmente a las alianzas que formó con otras organizaciones criminales alrededor del mundo. Cuando los esfuerzos por detener el tráfico de drogas en el Sur de Florida y en el Caribe dieron resultados, las organizaciones colombianas comenzaron a formar alianzas con los narcotraficantes radicados en México, con el fin de transportar cocaína hacia Estados Unidos utilizando a México como vía de contacto. Esto se logró sin mucha dificultad debido a que México había sido, durante mucho tiempo, productor de heroína y mariguana, además de que los traficantes de drogas de México ya tenían establecida toda una infraestructura que sirvió inmediatamente a los intereses de los traficantes colombianos. Ya para mediados de la década de 1980, las organizaciones radicadas en México habían conseguido suficiente confiabilidad y desarrollo para el tráfico de drogas procedente de Colombia. Inicialmente, las pandillas mexicanas recibían pagos en efectivo por los servicios de transporte de drogas, pero a finales de la década de 1990, las organizaciones de transporte mexicanas y los traficantes de drogas colombianos comenzaron a acordar la paga de sus servicios mediante pagos en especie. Generalmente se acordaba pagar a los traficantes mexicanos porcentajes que variaban entre un 35 y un 50% de cada envío de cocaína. Estos acuerdos ocasionaron que las organizaciones mexicanas que inicialmente solo se dedicaban al transporte y distribución de drogas, comenzaran a convertirse en traficantes. Actualmente, los cárteles de Sinaloa y del Golfo se han hecho cargo de tráfico de cocaína desde Colombia al mercado mundial. México, además de ser uno de los principales países de tránsito de drogas, es también el mayor productor de mariguana y uno de los principales proveedores de metanfetaminas a Estados Unidos. También es uno de los principales productores de heroína del mundo, la cual se distribuye principalmente en Estados Unidos.11 Los cárteles de drogas mexicanos controlan aproximadamente un 70% del tráfico de drogas que entra de manera ilegal a Estados Unidos. El departamento de Estado de los Estados Unidos estima que el 90% del tráfico de cocaína que entra a ese país transita por una ruta originada en Colombia y que cruza por México, y que tal situación genera ganancias de entre $13.6 y $48.4 millardos de dólares anualmente. Igualmente, los cárteles de drogas mexicanos han aumentado el tráfico ilegal de dinero de regreso a México, producto de la venta de drogas, mejorando además las maniobras de transporte por vía terrestre, probablemente debido a la eficacia del monitoreo en las transferencias de dinero electrónicas por parte del lado estadounidense.
[2] El conflicto Si bien son muchos los factores que han contribuido a la escalada de la violencia, los analistas de seguridad de la Ciudad de México atribuyen como origen de tal aumento de violencia a la terminación del arreglo implícito existente entre los traficantes de drogas y los gobiernos locales controlados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien perdió su hegemonía política a finales de los años ochenta. Las confrontaciones entre cárteles rivales empezaron de lleno después del arresto de Miguel Ángel Félix Gallardo en 1989, quien controlaba el negocio de la cocaína en México.20 Hubo una disminución en la intensidad de la violencia durante el final de la década de 1990 pero la violencia ha empeorado de manera consistente desde el año 2000. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 el trasiego de drogas hacia los Estados Unidos por los cárteles mexicanos se hizo muy difícil gracias a que la nación estadounidense sella sus fronteras y refuerza y controla cualquier intento de paso de criminales, tráfico de estupefacientes y cacería de terroristas hacia su país. Ésta situación hizo que parte de la droga que se producía en México o la traída desde Sudamérica, al no poder introducirla en Estados Unidos, comienza de manera obligada a tratar de distribuirse y venderse en territorio mexicano, haciendo que, México que tradicionalmente era un país de paso de drogas, lo obliga a convertirse en un país consumidor de drogas21 debido a que en décadas pasadas, sólo una minoría identificada era consumidora, mientras que en la actualidad la juventud es el principal objetivo para hacerles adictos ofreciéndoles dosis gratuitas para que una vez cautivos de su consumo, tengan asegurado el mercado. El ex presidente Vicente Fox envió durante su mandato pequeños números de tropas a Nuevo Laredo, en la frontera de México con Estados Unidos, para pelear contra los cárteles, logrando apenas algunos efectos. Se estima que aproximadamente 110 personas murieron en Nuevo Laredo solo durante el período de agosto a enero de 2005 como consecuencia de la lucha entre los cárteles del Golfo y Sinaloa. En 2005 hubo un aumento de la violencia al tratarse de establecer un cártel en el estado de Michoacán. Aunque la violencia entre los cárteles inició mucho antes de que comenzara la guerra, el gobierno mantuvo una actitud pasiva en general con la violencia de los cárteles durante el decenio de 1990 y principios del año 2000. Esta situación cambió el 11 de diciembre de 2006, cuando el nuevo Presidente electo Felipe Calderón envió 6,500 tropas federales a Michoacán para frenar la violencia generada en esa entidad. Esta acción es considerada el primer enfrentamiento directo contra la violencia generada por los carteles, y es generalmente considerada el inicio de la guerra entre el gobierno mexicano y los cárteles de drogas. Con el paso del tiempo, el Presidente Calderón continuó incrementando su campaña anti-drogas, llegando a envolver directamente a 45,000 efectivos además de las fuerzas policiacas federales y locales. Sin embargo, un factor limitante a la efectividad de la campaña, es la perduración de la impunidad y la corrupción de varios funcionarios públicos. Se ha reportado que los cárteles usan armas como ametralladora de alto poder, bazucas e incluso granadas de fragmentación. Tanto autoridades estadounidenses como mexicanas reconocen que México es la ruta principal por la que transita la cocaína y otras drogas hechas en México que tienen como destino Estados Unidos, y que Colombia es donde crecen la mayoría de las plantas de coca para ser éstas procesadas y enviadas a México a través de Centroamérica El Ejército Mexicano está usando puntos de revisión, vehículos armados y blindados, helicópteros armados y navíos en sus operativos. La ofensiva militar realizada por Calderón ha sido la más grande desde inicios del conflicto.
[3] Efectos El sábado 13 de Septiembre de 2008 aparecen en las primeras planas mexicanas uno de los mayores asesinatos en serie donde aparecen 24 muertos en el municipio de Ocoyoacac, en el Estado de México todos y cada uno con el tiro de gracia según investigaciones de su momento aún no se determinaban las causas y relaciones con el narco en dichos asesinatos, sin embargo, posteriormente se determinó que eran ciudadanos que revelaron información contra el narco y por ello sus ejecuciones Felipe Calderón y su gobierno dicen estar combatiendo fuertemente al narcotráfico especialmente en el estado de Michoacán, pero también hay operativos puestos en marcha en Jalisco y Guerrero. El 14 de diciembre de 2006, Eugenio Elorduy, gobernador de Baja California, anunció un operativo similar en su estado con la cooperación entre el gobierno federal y el estatal. Este operativo comenzó en diciembre de 2006 en la ciudad fronteriza de Tijuana. Al comienzo de 2007, estos operativos se extendieron a los estados que conforman el triángulo dorado: Chihuahua, Durango y Sinaloa. El 19 de Marzo de 2010, un enfrentamiento entre sicarios, dejó muertos a dos estudiantes de posgrado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey que en un principio fueron signados como sicarios de algún cártel del narcotráfico mexicano, sin embargo, posteriormente, el rector de tal universidad mexicana determinó que se trató de simples estudiantes de dicha institución que fallecieron en medio de una balacera vinculada con el narcotráfico donde no tenían relación alguna, la comunidad estudiantil se solidarizó con sus deudos. La PGR afirma que 9 de cada 10 víctimas son miembros del crimen organizado,42 esto sugiere que el 10% de las víctimas aproximadamente, son personas sin relación al crimen organizado o cárteles. El conflicto está presente en todo el país, incluyendo estados como Hidalgo,43 Aguascalientes,44 o Tabasco,45 , a los que no se ubicaba entre los territorios más activos del narco. Los estados que más han sufrido por la violencia entre el narcotráfico y las fuerzas armadas son Chihuahua —particularmente Ciudad Juárez—, Sinaloa, Michoacán, Nuevo León, Guerrero y Tamaulipas. En febrero de 2007, el gobierno federal extendió estos operativos a dos estados más: Nuevo León y Tamaulipas. En respuesta a estos operativos, el crimen organizado trató de asesinar al diputado federal de Nuevo Laredo, Tamaulipas. El 16 de diciembre de 2009, elementos de la infantería de marina se enfrentaron en Cuernavaca, Morelos a sicarios de los Beltrán Leyva, resultando muerto en el enfrentamiento Arturo Beltrán Leyva, además de otros4 sicarios, uno de ellos suicidándose. En ese combate cayó muerto un marino de las fuerzas especiales de la Armada de México, cuyo nombre no fue protegido y fue revelado por el gobierno mexicano, Melquisedet Angulo quien cayera en la refriega herido por esquirlas de una granada, fue sepultado en su tierra natal por sus más cercanos familiares, quienes horas después del funeral fueron asesinados por un grupo de sicarios que irrumpió en su hogar en Paraíso, Tabasco, crimen que por su notoriedad ocupó varios espacios noticiosos, por lo que comienzan a difundirse narcomantas en el estado mexicano de Morelos que indican que "fue un error haberse metido con la empresa, guerra en Morelos", donde relacionado con los hechos, apareció ejecutado un líder de taxistas en Yautepec y dicen estar preparados para enfrentar a las fuerzas armadas mexicanas. Estos hechos fueron desaprobados por el presidente de la república y las investigaciones del caso aún no son concluidas sobre quiénes fueron los autores que asesinaron a los familiares del marino caído. A principios de Febrero de 2010 ocurrió una matanza de jóvenes en la ciudad fronteriza mexicana de Ciudad Juárez en Chihuahua, a cargo de sicarios, donde fallecieron 13 adolescentes, supuestamente vinculados con la pandilla llamada, "Los artistas asesinos" sin embargo posteriormente se determinó que eran estudiantes de secundaria sin vínculos al narcotráfico.
[4] En su reporte “Una revisión de México y el Estado fallido,” la consultoría de análisis de inteligencia Stratfor establece que México se beneficia del narcotráfico en más de una forma. Por un lado se encuentran los casi 40 mil millones de dólares (sin contar lo incautado) que circulan en México por concepto de tráfico de drogas con Estados Unidos. El 80% de esta cantidad son ganancias netas. Y por el otro lado se encuentra el prestigio a nivel internacional que obtiene el gobierno por concepto de “guerra contra el narcotráfico.” ¿A qué se refiere esto? México se encuentra adscrito a una cantidad impresionante de tratados multilaterales referentes a diversas actividades ilegales como el narcotráfico, lavado de dinero, crimen transnacional y contrabando de armas, entre otras. El no cumplirlas, o no intentar cumplirlas, es muy mal visto por parte de la comunidad internacional. Así que es mejor sostener una guerra abierta pero dosificada contra el narcotráfico. Abierta porque todo el mundo sabe que el gobierno mexicano intenta combatir el tráfico de drogas ilegales, cumpliendo así su parte con la comunidad internacional. Y dosificada porque aunque los cárteles se vean atacados, la “guerra contra el narcotráfico” no los afecta tanto que no puedan comerciar y seguir generando ganancias. El problema aquí son las pérdidas civiles. De acuerdo a Stratfor, esta estrategia sólo funciona en tanto que la violencia se encuentre reducida a zonas muy específicas y no llegue a la mayoría de los habitantes. Es cierto que algunas ciudades mexicanas son mucho más peligrosas que otras, pero la violencia se extiende cada vez más… ya hasta hay un nuevo cártel. Y de acuerdo con la BBC, en promedio un 50% de los habitantes de distintas ciudades mexicanas se siento menos seguros respecto al año pasado.
[5] Posición del gobierno estadounidense El gobierno federal estadounidense es un antagonista muy enérgico de la industria de droga, y se rige de acuerdo a las normas internacionales con respecto a la legalidad e ilegalidad de las drogas. Las leyes particulares de los estados varían mucho entre sí, y en algunos casos contradicen las leyes federales. A pesar de la posición oficial del gobierno estadounidense contra el comercio de droga, agentes gubernamentales estadounidenses y sus diversos recursos se han visto implicados en el comercio de droga. Oliver North y Barry Seal fueron atrapados e investigados durante el escándalo de Irán-Contras, implicados en el uso del comercio de droga como una fuente clandestina de EE.UU. para beneficiar a los Contras. La página 41 del informe de Kerry al senado estadounidense en diciembre de 1988 dice que "de hecho los mayores responsables de la política estadounidense no eran ajenos a la idea de que el dinero de la droga era una solución perfecta a los problemas financieros de los Contras." El veterano de Fuerzas Especiales, el militar coronel Bo Gritz (jubilado), ha acusado a su país de colaborar con Manuel Noriega en el narcotráfico. En su libro Called to Serve (Llamados para servir, aún no publicado en español), Gritz detalla su papel como un importante empleado del Gobierno estadounidense atareado con proteger la relación de EE.UU. con Noriega. Contrariamente a sus metas oficiales, se sabe que el gobierno de los Estados Unidos ha intentado suspender las investigaciones científicas acerca de las consecuencias del consumo de sustancias adictivas. Por ejemplo, en 1995 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el United Nations Interregional Crime and Justice Research Institute (Instituto de las Naciones Unidas de Investigaciones Interregionales sobre Crimen y Justicia) (UNICRI) anunciaron, en una conferencia de prensa, la publicación de los resultados del estudio global más grande sobre el consumo de sustancias adictivas. Sin embargo, una decisión de la Asamblea Mundial de la Salud prohibió la publicación del estudio. En la sexta reunión del comité B, el representante estadounidense amenazó que "Si las actividades de la OMS relacionadas con las drogas no logran reforzar los métodos de control de droga probados, deberán retirarse los fondos para los programas pertinentes". Esto llevó a la decisión de interrumpir la publicación. Hasta ahora se ha logrado recuperar sólo una parte de ese estudio. Se encuentran disponibles los perfiles de consumo de la cocaína en 20 países. El gobernador Rodrigo Medina aseguró ayer que el combate a los cárteles de las drogas por parte del gobierno federal ha fracasado, porque hasta ahora se ha enfatizado en el uso de las fuerzas federales y ha puesto poca atención en las investigaciones del ámbito financiero, como el lavado de dinero. “Estamos enfocados en los operativos que realizamos en los estados por parte del Ejército y de la Armada de México”. Una parte importante para combatir a la delincuencia es lo que sucede en el ámbito financiero, dijo el mandatario, al terminar una gira de trabajo para revisar obras viales que se realizan en la capital del estado. “¿Qué pasa con estos recursos? ¿Dónde se mueven estos dineros? ¿Cuál es el seguimiento que se le da por parte de las autoridades financieras a esos recursos?”, cuestionó el mandatario de Nuevo León. Aseguró que se tienen que investigar los recursos financieros de los cárteles de las drogas para incautarlos. Por lo que se debe enfatizar ese frente en bancos, casas de bolsa y empresas que se usan para lavar el dinero de las drogas. “Lo que sí estamos seguros es que esto es un gran negocio para ellos (los cárteles), donde el gobierno mexicano tiene que ser mucho más contundente es en la investigación, pero sobre todo a través del sistema financiero mexicano”. “Necesitamos impulsar de manera muy importante lo que se está haciendo para el combate al lavado de dinero”, explicó el gobernador de Nuevo León. Comentó que el gobierno federal y las autoridades estatales tienen que trabajar de manera acelerada en el campo financiero, “porque a todos nos consta que esto es un negocio y la gente involucrada en el narcotráfico está ahí por el dinero”.
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