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Una aproximación al estudio de las desigualdades en la sociedad del conocimiento

Enviado por Djamel Toudert

Partes: 1, 2

    1. Abstract

    La creciente importancia de la producción de conocimiento e información en las sociedades del conocimiento mantiene a las regiones menos desarrolladas en una situación de desigualdad en lo que se refiere a la innovación tecnológica. A la problemática del acceso a la sociedad de la información, se suma la derivada de las diferencias en las inversiones en actividades de I+D, añadiendo una nueva dimensión a las desigualdades existentes. Una aproximación al análisis de estas desigualdades se aborda desde el estudio de los indicadores fundamentales de la investigación científica y desarrollo tecnológico.

    Palabras claves· dependencia, desigualdad/exclusión, economía, estudios, cienciatecnología-sociedad, sociedad del conocimiento.

    2. Introducción

    (1) (2)En la sociedad del conocimiento actual, la producción de conocimientos tiene una importancia fundamental, y de ello es testigo el hecho de que el conocimiento, junto con la información en la que se basa y que lo posibilita, se ha convertido en el centro de las relaciones económicas y sociales en lo que Castells llama el informacionalismo (M.Castells, 2001:171), que afecta no sólo a la economía, sino también a la organización social y a nuevas formas de comportamientos y hábitos. Actualmente, la sociedad se organiza en torno a la información y los conocimientos, que son los nuevos elementos claves de las relaciones sociales con los que el hombre controla su entorno y modifica sus condiciones de vida.

    No se va a tratar en esta comunicación la problemática del acceso a la información y la brecha digital (que ha sido abordado recientemente, entre otros, por Welp (Y. Welp en RIS nº 37, 2004: 77-114). Nos centraremos, por el contrario, en las desigualdades que surgen en torno a las condiciones de producción del conocimiento. La sociedad de la información y del conocimiento crea una economía del conocimiento desigual; pero no sólo es desigual para aquellos que no tienen acceso, o tienen un acceso restringido; sino que también genera desigualdades en la capacidad de producir conocimientos. Compartiendo la idea de que "la investigación científica es un bien cuasi-público que los actores privados (empresas) por sí mismos no producen en un nivel suficiente, y que sin embargo es imprescindible para la innovación tecnológica y el desarrollo social" (M. Olazaran, C. Lavía y B. Otero en RES nº 4, 2004:143), abordaremos en esta comunicación una aproximación a las desigualdades originadas en los sistemas de ciencia, tecnología e innovación regionales. "Las evidentes diferencias entre las regiones que muestran los indicadores macroeconómicos – ingreso per cápita, empleo y desempleo, productividad, etc. – son aún más notorias en el caso del desarrollo tecnológico, indicado por el gasto en actividades de I+D (GID) como porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB). Estas diferencias están relacionadas con la capacidad de cada región para introducir y/o desarrollar innovaciones, capacidad que descansa en dos elementos principales: las instituciones y los recursos humanos" (González de la Fe, 1995:14). A continuación, realizamos un análisis del estado de I+D en los países europeos, y en especial, en España, para comentar dentro de este contexto europeo y nacional, la situación de Canarias. Para ello nos hemos centrado en los indicadores basicos del Gasto Bruto en I+D (GID) y del Personal empleado en actividades de I+D (PID). Ambos indicadores nos pueden dar una buena idea acerca de la evolución de las actividades de I+D en una región o país. En términos generales, se sabe que tanto el GID como el PID han experimentado un crecimiento continuado durante la última década en el contexto de las economías occidentales, salvo contadas excepciones. Ello es una consecuencia lógica de la creciente importancia de las innovaciones tecnológicas en las economías basadas en el conocimiento dentro del marco global competitivo que caracteriza nuestras sociedades posindustriales. Ahora bien, las diferencias – en volumen y ritmo de crecimiento – son considerables, tanto entre los niveles de análisis señalados (Europa, España, Canarias), como al interior de los mismos. Estas disparidades justifican, en nuestra opinión, una aproximación al estudio de las nuevas formas de desigualdades que surgen en la sociedad del conocimiento, nuevas formas que, como dijimos antes, se basan en las diferencias reflejadas en los indicadores macroeconómicas de las regiones.

    3. Marco conceptual

    La investigación científica y el desarrollo tecnológico (I+D), se definen como "el conjunto de trabajos creativos que se emprenden de modo sistemático a fin de aumentar el volumen de conocimientos, incluido el conocimiento del hombre, la cultura y la sociedad, así como la utilización de esa suma de conocimientos para concebir nuevas aplicaciones. Además, la I+D comprende tres tipos de actividades, que son la investigación básica (para adquirir nuevos conocimientos sobre fenómenos o hechos observables), la investigación aplicada (también para adquirir nuevos conocimientos y aplicarlos a un fin determinado), y el desarrollo tecnológico que se trata de trabajos sistemáticos basados en conocimientos existentes para fabricar con ellos nuevos materiales, productos o dispositivos; establecer nuevos procesos, sistemas o servicios, o mejorar lo ya existente" (INE, 2001:13-30). Los conocimientos por sí solos no transforman la economía. Estos conocimientos necesitan ser aplicados en la producción de bienes y servicios. Para medir esta actividad investigadora se usan una serie de indicadores. Uno de ellos es la medición de gastos en I+D. Como tales se consideran "todas aquellas cantidades destinadas a actividades de I+D, realizadas dentro de la unidad o centro investigador (gastos internos) o fuera de estos (gastos externos), cualquiera que sea el origen de los fondos" (INE, 2001:21). El análisis del gasto en I+D se puede realizar en diferentes sectores:

    • la enseñanza superior
    • empresas
    • organismos públicos de investigación
    • fundaciones sin ánimo de lucro

    El otro indicador fundamental mide el personal empleado en actividades de I+D. El concepto de recursos humanos en ciencia y tecnología designa básicamente a aquellas personas que poseen una alta cualificación profesional. Hace referencia a un colectivo muy amplio, que abarca tanto el ámbito educacional (universitarios, doctores, masters y especialistas universitarios, entre otros) como el ámbito ocupacional (profesionales, técnicos, directivos). Con el objeto de discutir tan sólo unas pocas indicadores representativos en esta comunicación, reflejamos aquí los datos del personal de I+D, concepto más reducido que el de recursos humanos. El personal de I+D (PID) constituye a su vez, junto con el gasto bruto en I+D (GID), el otro indicador básico del estado de I+D de un país o una región. Aquí seguimos las recomendaciones del Manual de Frascati (OCDE, 2002:294-296), reflejando los datos sobre el personal de I+D en dos dimensiones:

    • como % de la población activa (PA)
    • en EDP: equivalencia de dedicación plena, ya que la gran mayoría de los investigadores realizan otra serie de trabajos no relacionados con la I+D.

    El PID incluye todas las personas empleadas directamente en I+D (investigadores), así como aquellas que prestan servicios directos a las actividades de I+D, como gerentes, administradores y personal administrativo de apoyo. La medición en equivalencia de dedicación plena se realiza, sobre todo, para el subconjunto de investigadores (científicos e ingenieros) porque las actividades de I+D son, a menudo, sólo una parte de su labor, pues los investigadores combinan las actividades de investigación con otras, como por ejemplo, la enseñanza. Por ello, para obtener una unidad adecuada para el análisis estadístico, se miden las actividades de los investigadores en unidades de equivalencia de dedicación plena (EDP).

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