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Esconda el mocho que po pisa el tren (Relato)


    ¡¡¡Esconda el mocho que lo pisa el tren!! …¡¡¡¡ – Monografias.com

    Fue la advertencia de Antonio José Sanín "Toño" a "Juan Guillermo Mejía" la "osa peluda de la falda de "Don Juaco" al ver que su zapato se estaba "pasando de la raya" que limitaba la distancia para acercarse a los cinco hoyos. El suspenso era total. –No me las amarre_ le advertía también al notar que entre los dedos del centro separaba tres bolitas que era la que debía encholar. No tenía otra opción. Con cien bolas en la mano tenía que ingeniársela para que solo tres cayeron en el hueco de la derecha. Él ya había encholado dos con su respectiva sentencia. _"planto en la mata; arreo común bajito y sin ciegas"….suspenso, chulo, chulo, garabato, que no, que no, que no. Todos haciendo fuerza para que perdiera. Pero NA. Toño pensó que esto era haciendo crucigramas. ¡¡¡¡¡Tres en colores!!!!

    Estábamos en las competencias deportivas con las pandillas de la cuadras de los vecinos. La sede principal era un terreno baldío exactamente al frente de la casa donde moraban los Sanín hijos de Fabio y Graciela y más tarde los Ocampo Ramírez.

    No nos podíamos confiar pues en el global solo contábamos con un punto que ganamos meritoriamente cuando en la competencia de ladrones y policías logramos meter presos a Guillermo Cruz, Gabriel Suarez, Pefao Herrera y Darío Ocampo. . Como la ven báilenme ese trompo…

    A propósito de trompos ya "Carlos Germán Mejía "pescado" nos había sorprendido cuando apareció con su tropo "hacha" que era un trompo que al se le cambiaba la punta por una más afilada. Después nos enteramos qie había sido manufacturada por Motato con el fin de causar daño a los trompos de los adversarios. Y sí que lo logró; a todos nos dejó sin trompos "puchaletas" –

    Corría entonces el año 1965 y estábamos en las finales de los olímpicos de las pandillas adyacentes a la nuestra en el barrio Palogrande… Esta vez la cita era en la falda de la casa de Rodolfo Villegas. La prueba que todos esperaban. La final de la competencia de las tablas emparafinadas. Las tablas tenían las dimensiones justas para ser ocupadas por el individuo sentado. La tabla se prepara adaptándola al apoyo delantero de los pies. Se le limaban sus aristas delanteras para evitar cualquier roce que supusiera frenar en seco. Para que la tabla se deslizara mejor se le echaban distintas sustancias como sebo o grasa de animal. Nosotros usábamos cera de vela. Ese requisito no lo cumplió Diego Ocampo fue la conclusión que sacamos después que el Dr. Osorio Gil le prescribiera analgésicos y diez días de incapacidad. Tiempo estimado para recuperar la raya de su fundillo que se le había borrado cuando después de haber alcanzado gran velocidad se frenó en seco en la mitad de la falda y salió despedido como un misil coreano aterrizando en el jardín de su casa.

    Nuestra pandilla hora dependía de Adriana Giraldo, Esperanza Ramírez, Gloria Helena Mejía y Ángela María Taborda que se batían en un sin usual duelo de quemado contra Marta Suarez, Marta Elena Mejía, Liliana Correa y Vicky Mejía fieles representantes de la falda de "Don Juaco". En el "libreto" de Adriana Suarez aparecían como favoritas. El palco de honor estaba ocupado por el Dr. Arturo Suarez gran medico filántropo acompañado por su inseparable esposa doña Lucia Cifuentes. Don Mario Correa y su Única costilla Doña Edelmira, Don Rafael Cruz con su costilla Doña Pastorita Pérez.

    Una cuadra más arriba Lina María Buitrago que hía parte de la panilla la que tmbién pertenecían su hermana Alicia Helena, Carmenza Londoño y Berta Villegas se ponían en forma pues al otro día tenía la final de la competencia de saltar la cuerda.

    Eran juegos amistosos tanto así que os más niños Rafael Ocampo "Pite", Enrique Ocampo "La Kika" , Ricardo Correa compartían sus soldaditos de plomo con Clarita Buitrago e Ite Llano que pertenecían a otras pandillas…

    Sigue…

    Pablo Ocampo que no gustaba de perder acudió al ingenio de Jaime Taborda a quien llamábamos "Ciro sin tornillos" por su gran capacidad creadora. Desarmaron los patines de María Eugenia Ocampo y su humana Beatriz y construyeron un carro de balineras que pulverizó todos los records. nuestros patines y construir con unos cajones unos carros de carreras, pintábamos la carretera con unos pedazos de yeso y uno manejaba y otro corría y empujaba el carro y así disfrutábamos de las carreras y quien creen que eran los campeones del barrio,  correcto mi hermano y yo,  él empujaba y yo manejaba porque construíamos el carro más veloz de todo el  barrio.

    La felicidad cuando el niño Dios me roel triciclo solo me duro un día. Pues German Sanín (me decían disque Julita botero) meque cuando son ya pasaba mas de 80 kilos se montó en el falda abajo y de pronto vimos que el carro s e freno y las dos llantas d adelante iban por donde ellos Suarez. En ese tiempo no había los juguetes que ahora existen y pero si había los soldaditos de plomo, las canicas, el yoyo, el trompo,  etc. pero también inventábamos los juegos más emocionantes que se nos ocurrían y uno de ellos era hacer con los palos de las escobas unas espadas y practicábamos esgrima y como en esos tiempos nos reuníamos los Pero cuando ya estábamos aburridos de ese jueguito se nos ocurrió uno de más emoción  y nos dedicamos a desarmar nuestros patines y construir con unos cajones unos carros de carreras, pintábamos la carretera con unos pedazos de yeso y uno manejaba y otro corría y empujaba el carro y así disfrutábamos de las carreras y quien creen que eran los campeones del barrio,  correcto mi hermano y yo,  él empujaba y yo manejaba porque construíamos el carro más veloz de todo el  barrio…

    Está el bobo que lo mandan a vender un mico y lados horas volvió el mico con la plata.

    Hay otros que solo funcionan dándoles manivela. Este es el caso del menso que manaban a comprar la leche por la mañana y cuando iba llegando a la tienda unos vagos siempre lo saboteaban: _

    ¿Oiga hombre usted ha visto a Ñique_? Le preguntaban.

    _ ¿Ñique cual Ñique_" contestaba el tonto

    _El que se comió el dedo Meñique_ le respondían los vagos y jajajajajaja

    Al otro día…

    ¿ Oiga hombre usted ha visto a Ñique_?. Le volvían a preguntar

    _¿Ñique cual Ñique_" volvía a caer

    _El que se comió el dedo Meñique_ jajajaja se burlaban

    Siempre lo mismo hasta que un día le dijo a la mamá llorando lo que le ocurria…

    _Tranquilo mijito yo le oy a decir como s elos quita de encima. Mañana antes que ellos arremetan contra usted, su mercé se les adelanta y les pregunta:

    -¿Ustedes han visto a juan_? Y cuando contesten: _ ¿Juan, cual Juan?_

    _Usted les dice: el que se escondió en el desván_

    El hombre no pegó los ojos de la emoción solo de pensar en la cara que iban a poner. Efectivamente al otro día al bobo le dio taquicardia de la emoción cuando os vio.

    _" ¿Ustedes han Visto a juan_?

    _pero por supuesto está mañana pasó por aquí con Ñique_

    _ ¿Ñique, Cual Ñique?_

    Isaías era el loquito que servía de jardinero enseguida de nuestra casa , siempre de un saco oscurecido por la mugre y con ventilación por todos los costados, descalzo y con un palo de escoba  entre sus manos, para defenderse de los perros. Por la mañana cuando mi papá sacaba el carro Isaías con su típica sonrisa mostrando sus encías decía "viva el partido liberal" y mi papá le daba la liga. Una vez Felipe Ocampo y Juan Guillermo Mejía le preguntaron porque tenía la boca hinchada. –fue que me secaron una pieza. Muestre a ir, y cuando Isaías les mostro el mueco Felipe le dijo. una pieza" no usted le sacaron fue un Long playa completo.

    Isaías tenía un gran sentido ecológico. Recogía las basuras y las recicla para abona el solar de la casa dl Dr. Rafael Ramírez y doña Belén. Esperanza su hija menor era dl parche nuestro.

    En ese tiempo no había los juguetes que ahora existen y pero si había los soldaditos de plomo, las canicas, el yoyo, el trompo,  etc. pero también inventábamos los juegos más emocionantes que se nos ocurrían y uno de ellos era hacer con los palos de las escobas unas espadas y practicábamos esgrima y como en esos tiempos nos reuníamos los niños del edificio para formar una pandilla y hacíamos competencias deportivas con la pandilla del otro edificio vecino y cerca del edificio había un terreno baldío en donde iban a construir un edifico que sería una delegación de policía, había montones de arena y grava y decidimos competir para ver que pandilla se convertía en  propietaria de los cerros del material y eran los conquistadores del terreno. Pero cuando ya estábamos aburridos de ese jueguito se nos ocurrió uno de más emoción  y nos dedicamos a desarmar nuestros patines y construir con unos cajones unos carros de carreras, pintábamos la carretera con unos pedazos de yeso y uno manejaba y otro corría y empujaba el carro y así disfrutábamos de las carreras y quien creen que eran los campeones del barrio,  correcto mi hermano y yo,  él empujaba y yo manejaba porque construíamos el carro más veloz de todo el  barrio.

    No se por qué lo del calificativo "inglés", pero era lo que se decía cuando uno se salvaba: "un, dos, tres al escondite inglés", también se podía salvar a otros: "por mí y por Paquito" Es curioso, hoy en día ya nadie se llama Paquito.

    Gallinita ciega. Juego de niños pequeños o de adolescentes algo bebidos.

    Chapas. Se les ponía la imagen de futbolistas o personajes televisivos. Los niños recorríamos los bares pidiendo chapas para jugar. Teníamos cientos y unas tenían más categoría que otras, en función de que fueran menos vistas. A mí siempre me gustaron la de Mirinda.

    Saltar a la goma. Muy divertido y complejo en ocasiones. Se empezaba con la goma a ras de los tobillos y si la niña saltadora no se equivocaba, se iba ascendiendo hasta el cuello, para lo que debía levantar mucho las piernas y recoger la goma con ellas, haciendo filigranas. La goma, de color negro, se compraba por metros en las mercerías. Por cierto, ¿sigue habiendo mercerías?

    Canicas. Era un juego más bien de niños y se jugaba en la calle, siguiendo un circuito o golpeando unas canicas con otras. Si ganabas, te las llevabas todas. Intentabas tener canicas más bonitas que tus amigos. Las había de colorines, de metal, con filigranas, etc.

     Peonza. Normalmente de madera, se hacía bailar lanzándola al suelo y luego recogiéndola con la mano, sin que dejara de girar.

     Hacer el pino. Antes nos distraíamos con cualquier cosa. Hacíamos el pino contra una pared o al aire y caminábamos o saltábamos de esa guisa. Ahora ya nadie hace el pino por la calle. Luego estaba el pino-puente, más propio de chicas, al ser ellas más flexibles.

     Jugar a las ruedas. A eso sólo se jugaba en los pueblos, porque en las ciudades, a ver de dónde sacaba uno una rueda. Se hacía carreras o se colgaban de un árbol, con una cuerda, a modo de columpio.

    Saltar a la comba. Es el juego más universal e intemporal que existe.

    El pincho o hinque. Con un puntiagudo trozo de metal o madera, se jugaba a clavarlo en el suelo húmedo de tierra y consistía en ir ganando terreno al enemigo. Recuerdo que, al ser un juego con cierto peligro, los niños más pequeños no podían jugar a él, aunque lo hacían a escondidas. Ese peligro y esa prohibición aumentaban el atractivo del juego. 

    Juguete peligroso, si no conseguías atarlos fuerte se soltaban…. Siempre íbamos con ellos al hombro, para volver a casa patinando al salir del colegio…. No sé ni cómo nos dejaban…..

    El coche de pedales. Pocos niños lo tenían, eran bastante caros y sofisticados para le época.

    Triciclo y patinete, precursores de la bicicleta

    Mi querida bici BH, de color azul. La de la derecha era la popular Torrot. Ambas eran el juguete más preciado por cualquier niño/a de la época.

    El tirachinas, en todas sus modalidades.

    otas de goma. La de arriba, venía de regalo con los zapatos marca Gorila. 

    Con estas clásicas pelotas de goma se jugaba a tirarla contra una pared, a pasársela de unos a otros, a botarla y pasarla por debajo de la pierna, a ver quién aguantaba más, etc.

    El juego del Trompo es un juego tradicional que se juega como su nombre indica con un trompo, peón o peonza. El trompo es un objeto de madera que tiene una forma parecida a la fruta de la pera. Pero que por la parte donde la pera tiene el pezón o rabito, el trompo posee una púa de hierro. Recuerdan muchas de las personas mayores que algunos de los que jugaban al trompo, le cambiaban esta púa y le colocaban otra mayor y mucho más afiliada, que se utilizaba en el juego, como luego veremos.

    Con el juego del Trompo se pretende "bailar el trompo", o lo que es lo mismo: hacer que el trompo de gire. Para ello enrollaremos una cuerda por la parte contraria a la púa y luego se lleva hasta la punta o púa, enrollándola casi hasta la mitad del trompo. Una vez enrollado sujetamos el extremo de la cuerda que quedo libre, lanzamos el trompo hacia el suelo para conseguir que el trompo rote sobre punta, manteniéndose erguido y en definitiva bailando en el suelo, que en definitiva es lo que consiste el juego del trompo. Esta no es la única manera de enrollar la cuerda, otra forma era comenzar enrollándolo desde la púa hasta la mitad del trompo y luego tirarlo al suelo para que bailase.

    El juego del trompo se jugaba por un número indeterminado de jugadores con un trompo o peonza. Los jugadores marcaban un círculo en el suelo de unos dos metros de diámetro. Luego cada jugador tiraba sobre el centro del círculo su trompo a la vez que con la cuerda procuraba llevárselo fuera del círculo marcado. Si lo conseguía estupendo ya habías ganado, en caso contrario, tenía que dejar que el trompo se parase. Si al pararse quedaba dentro del círculo, los demás jugadores tiraban de nuevo su trompo para hacerle una muesca con la punta afilada de sus trompos. Si con uno de estos golpes se conseguía sacar del círculo, quedaba libre y terminaba el juego.

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    Autor:

    Julian Gallego Marulanda