- El café y los orígenes de la acumulación de capital en Brasil
- Una breve mirada sobre la inmigración masiva
- Inmigración e industria al inicio del período
- La década del 20 y la fase agroindustrial
- La crisis de 1930. Primer gobierno de Vargas
- Segundo gobierno de Vargas: la industrialización como política
- A modo de conclusión
El presente trabajo intenta establecer una relación entre la inmigración y el proceso de industrialización, especialmente en el área de San Pablo, en el periodo que va desde 1870 hasta 1954.
El estudio se centra en plantear las relaciones entre las inmigraciones, la industrialización y el crecimiento urbano, viendo a las inmigraciones como un factor importante de desarrollo económico y urbano.
Se pretende mostrar, además, que la inmigración es un factor de progreso, incorporando, en el país receptor, nuevos capitales, fuerza de trabajo, y experiencias sociales y culturales.
Se ha seleccionado como inicio del periodo 1870 por ser el año en que comienza a expandirse en forma creciente la inmigración de origen italiano, una de las más importantes del lapso considerado.
El final se establece en 1954 por ser el último año del segundo gobierno de Vargas y en consideración, además, a dos hechos:
- Ya estaban sentadas las bases de la industrialización masiva que va a hacer eclosión durante el gobierno de Kubitschek y los gobiernos militares que le sucedieron.
- Es en la década de 1950 cuando la inmigración decrece en comparación a los años anteriores.
El primer objetivo del estudio es rastrear el tema de la inmigración en el contexto de la economía cafetalera, considerando a esta última como el principal centro de acumulación de capital en la economía brasileña posterior a la independencia.
En realidad, dicha economía creció y se perfeccionó en un proceso de diversificación que llevó a lo que algunos autores llaman el nacimiento de una economía industrial considerada como la última fase del periodo de transición capitalista.
El café y los orígenes de la acumulación de capital en Brasil
La historia de Brasil marca claramente como se pasa de una economía extractiva a una economía colonial y luego a una fase mercantilista, profundizada por el traslado de la familia real portuguesa, a principios del siglo XIX (1808).
En este periodo, el capital que provenía de la explotación minera (Minas Gerais) y de la producción azucarera (principalmente el Nordeste), dejó de evadirse del país e incrementó fuertemente el mercado interno, el cual había sido profundamente transformado con la presencia de la Corte en Río de Janeiro.
El clima socio-económico existente en las primeras décadas del siglo XIX, además de la amplia disponibilidad de tierras y la liberación de la mano de obra esclava de las explotaciones mineras agotadas, crearon un flujo de capital que permitió, primero en la zona de Río de Janeiro y luego en el valle de Paraíba, la expansión de un producto que ofrecía un futuro promisorio en el comercio internacional: el café.
Al mismo tiempo, el pasaje de colonia a reino y luego a imperio independiente, atrajo a muchos portugueses hacia la economía brasileña. Estos venían con ideas aún incipientes de industrialización, pero que perduraron durante todo el periodo inicial del ciclo del café, el cual se va a transformar en el principal producto de exportación y, por lo tanto, de sustentación económica del Imperio.
Las transformaciones más profundas de esta economía, totalmente apoyada en el sistema esclavista, comenzarán a producirse hacia la mitad del siglo XIX, cuando las nuevas formas de producción recrearán al conjunto de la sociedad como un todo.
A partir de ahí, surge la sustitución paulatina del trabajo esclavo por mano de obra asalariada y el consiguiente desarrollo del mercado interno, el cual va a requerir, cada vez con más fuerza, de medios de transporte, maquinaria de "beneficiamiento" del café y la aparición de las primeras manufacturas, lo cual configura el comienzo de la ruptura con el sistema colonial anterior.
Esta evolución, dentro de un sistema complejo de contradicciones sociales, trajo aparejadas las primeras luchas económicas provenientes del antagonismo político e ideológico de los diversos grupos dominantes de la sociedad brasileña, provocando las primeras rupturas entre la economía conservadora primario-exportadora y la liberal, de perfil más desarrollista e industrial.
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