Racionalización del fenómeno acentual castellano
El trabajo tiende a "racionalizar" el estudio de la ortografía acentual, la que se aprecia muy domática, lo que obliga a los alumnos a aprenderse las reglas de memoria, sin llegar a la raíz del asunto de marras
El contenido que provoca más frustración en el profesor de castellano, creemos, lo constituye la ortografía, pues si bien son tratados todos los tópicos relativos al tema, los resultados no responden a las expectativas cifradas en dichos esfuerzos.
La mala ortografía es un mal generalizado en todos los niveles socioculturales de la nación, en consecuencia las conductas contenidas en los objetivos no se desarrollan en los estudiantes.
Creemos que entre los factores que dificultan el aprendizaje de la ortografía, está el hecho de que ésta es de origen etimológico y no fonético, de ahí que para lograr culminar exitosamente esta labor de enseñanza, sería necesario recurrir con más frecuencia al estudio de las raíces griegas y latinas, de tal forma que el uso de las letras "conflictivas" responda a un fenómeno comprensible y no a una decisión antojadiza, emanada de la Academia de la Lengua.
Así, por ejemplo, la b de cabeza responde a la evolución que experimentó el fonema p que formaba la palabra latina capitis, lo cual impide escribir cabeza con v. Este error ortográfico es frecuente en español de Chile, debido a que no se discrimina entre los fonemas b y v.
La acentuación
El otro factor de mala ortografía que salta a la vista, es el relativo a la acentuación. Las causas, al igual que en la ortografía literal, son atribuibles a un enfoque dogmático de su estudio, y por ende carente de racionalidad.
Es dogmático e inexacto afirmar por ejemplo, que las palabras graves se tildan en la penúltima sílaba cuando terminan en cualquiera consonante, menos en s ni n. Qué sucede con las palabras graves tíos, cuándo o ríos que terminan en los fonemas que la norma más divulgada señala como "prohibidos". Estas situaciones provocan un alto grado de desconcierto entre los alumnos.
Ahora bien, el fenómeno acentual puede abordarse con absoluta racionalidad, como un sistema, cuyos elementos están lógicamente relacionados.
El castellano tiene ciertas características en la pronunciación de los vocablos que llamaremos tendencias prosódicas. éstas se manifiestan por la mayor o menor intensidad de voz que se aplique a una u otra sílaba, de acuerdo a la letra terminal de la palabra. Dichas tendencias se manifestarán en la lengua escrita, por la ausencia de tilde o acento gráfico; en este contexto, sirve para marcar la alteración a las tendencias que postulamos. Reconocemos la importancia de la tilde en relación con la movilidad del acento en las palabras. Ej. remedio – remedió ; amara – amará, etc.
Un principio importante que debe tenerse en cuenta es que las palabras se dividen en tónicas y átonas; dentro de la primera categoría caben todas las polisilábicas, y en la segunda, las monosilábicas.
Se pueden observar las siguientes tendencias prosódicas del español:
Tendencia grave o paroxitónica
Toda vez que las palabras castellanas terminan en vocal, en n o en s, se tiende a cargar la voz en la penúltima sílaba. Ejemplo: romance, taza, provocan, casas, etc.
Tendencia aguda u oxitónica
En todas las palabras terminadas en consonante (menos n ni s) se carga la voz en la última sílaba. Ejemplo: pared, universal, etc.
Tendencia diptongal
Cada vez que confluyen dos vocales, una fuerte con una débil, los sonidos de ambos fonemas se fusionan, formándose un diptongo. Ejemplo: causa.
Estos fenómenos se manifiestan en la lengua oral, por la mayor intensidad de voz que se aplique a una de las sílabas, o bien por el predominio de un fonema vocálico sobre otro, esto último en el caso de la tendencia diptongal.
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