Personas No Limpias (Números 5:1-4) – Exégesis presentada en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia de Pentateuco
Enviado por Anthony Yupanqui Lorenzo
Introducción
Números es un título algo ínfimo para el riquísimo contenido del libro. El autor lo designo con el nombre de rB:ïd>miB., que significa: "en el desierto". Puesto a que el libro nos narra los eventos, episodios y situaciones que pasaron los hijos de Israel mayormente en el desierto de Parán.[1] En cuanto a la autoría del libro de Números –y del resto del pentateuco– es un asunto que ha sido discutido por décadas. Las escuelas conservadoras sostienen la autoría Mosaica, mientras que las escuelas modernas no reconocen en Moisés una participación significativa.[2]
A penas existe en Números una referencia a la actividad literaria de Moisés (Num 33:1-2). Sin embargo, a través del libro se resalta a Moisés como receptor de las revelaciones divinas;[3] pero a pesar de esta tajante evidencia interna, las escuelas modernas argumentan en contra de ella, aseverando que el libro de Números se refiere a Moisés en tercera persona y no en primera persona como correspondería en caso que él lo haya escrito, no obstante, los críticos han pasado por alto que la intención de Moisés no era escribir una autobiografía.[4] Además en la literatura del mundo antiguo, escribir en tercera persona singular era una práctica común.[5] Por lo tanto, respecto a la paternidad literaria de Números, los argumentos presentados en contra de la autoría de Moisés son pocos o nada consistentes.[6]
Considerando la autoría y edición de Moisés, el libro de Números dataría cronológicamente alrededor del año 1500 A.C.[7] Ubicada más específicamente entre los años que pasaron en el desierto. A diferencia del libro de Éxodo, Números nos retrata a un Moisés mucho más maduro y comprometido con el liderazgo a la cual fue encomendado.[8]
El libro comienza relatando la historia del pueblo de Israel desde el primer día del segundo mes, dándole un especial énfasis a la organización, luego registra una serie eventos acontecidos bajo determinadas y, no precisamente cronológicamente correctas, circunstancias que sucedieron en el árido e insípido desierto. Por lo tanto, vale concluir que el libro de Números tiene un desarrollo histórico indiscutible pero no acertadamente cronológico.[9] Sin embargo, para intereses del presente estudio, se considerará la primera sección del libro, la cual está compuesta desde el capítulo primero al décimo (Num 1:1-10:11)[10], sección que a su vez hace de preámbulo para los libros de Éxodo y Levítico, y no obstante, estos capítulos cubren a penas los últimos diecinueve días, describiendo los hechos que sucedieron en el monte Sinaí y a la preparación superlativa del pueblo para sobrevivir en el desierto.[11]
Los Israelitas no eran guerreros, Dios era quien peleaba sus batallas. A penas habían salido de Egipto, el libro registra la necesidad de cooperación y la organización del pueblo de Dios, órdenes a la cual se sometieron para marchar por el desierto. Tenían que vivir organizados. La organización sería su mejor arma en contra de las tribus del desierto, incluso en contra de las enfermedades. Precisamente por eso, encontramos en este libro –al igual que en los tres predecesores– a un Dios de amor comprometido con la integridad de su pueblo.[12]
Tal vez, como sugieren algunos comentaristas, el tema más relevante en el libro de Números es la disciplina;[13] sin embargo, existen algunos subtemas que no podemos obviar como: la preparación ordenada, la consagración adecuada y, la apostasía del pueblo de Dios.[14] En el libro de Números se comprueba el valor superlativo con que Dios consideraba a los israelitas, y sus esfuerzos para emanciparlos del dolor, las enfermedades e, inclusive, la muerte. Esfuerzos que Israel tardaría en comprender sino, muchas veces, obviarlos completamente. Esto último se vería reflejado en las constantes pérdidas humanas y las apostasías a las cuales se sometió el pueblo de Israel en las distintas etapas de su peregrinaje.
A veces las leyes que aparecen en los libros de Números como en Levíticos, pueden parecer muy duras o crueles. [15]Sin embargo, suele tratarse de una lectura superficial de estos textos lo que nos conduce, muchas veces, a estas conclusiones lejanas del sentido original. En el presente estudio, el lector podrá comprender los motivos por las cuáles Dios fue exigente con su pueblo, asimismo, entender de un modo más amplio el interés de Dios por la santidad y la limpieza de cada uno de sus hijos y por su iglesia respectivamente. El presente estudio, por lo tanto, se encuentra en el libro de Números 5:1-4. Tomando en cuenta que las exigencias de Dios sobre el pueblo de Israel, en principio, en esencia, siguen siendo las mismas con su iglesia en la actualidad, éstas sean una verdadera bendición para nuestra estadía en este mundo que, sin lugar a dudas, se parece más a un árido, desolado y peligroso, desierto.
Consideraciones gramaticales
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