Teoría Creacionista

Es una "teoría" científica que sostiene que las formas más complejas de vida provienen de formas menos complejas en un proceso de períodos de tiempo muy, muy largos. La materia orgánica proviene de la inorgánica. En cuanto a la vida humana sostiene que proviene de la vida animal, concretamente que el ser humano proviene del mono.

Al contemplar el cielo en una noche clara, sin luna y suficientemente alejados de la luz de la ciudad, observamos que existe un número finito de pequeñas regiones superficiales de luz, estrellas, dispersas en un fondo de oscuridad. De haber infinidad de estrellas, la bóveda celeste sería tan brillante como la superficie del Sol. Del conocimiento de la astrofísica, sabemos que cada estrella es un horno activo con una cantidad finita de combustible que termina consumiéndose en unos miles de millones de años. Puesto que aún se observan estrellas, la edad del Universo es finita. De ser infinita, todas las estrellas deberían haber cesado su actividad. De estas observaciones se obtienen consecuencias que, al usar el concepto de creación van más allá de la física; se introducen en la metafísica:

Antes del tiempo de vida del Universo no había Universo y es necesario hablar de creación en un solo golpe.

El Universo es eterno y hay creación continua de materia para hacer nuevas estrellas que sustituyan a las que se van apagando.

Desde el punto de vista científico, las teorías físicas acordes con estas propuestas metafísicas son:

Teoría del Big Bang: Existe una gran explosión donde se debieron sintetizar el hidrógeno y el helio: materia prima de estrellas y nuevos elementos. Consecuentemente, debe existir tanto un eco de esta explosión (radiación de fondo de microondas) que haga no nula la temperatura del Universo, como cenizas de la misma (abundancia de helio).

Teoría del estado estacionario: No hay gran explosión. La temperatura del Universo debe ser cero y elementos como el helio sólo se forman en las estrellas. El Universo se expande a densidad constante.

Estudiamos las estrellas por su distancia y luminosidad. Observamos que existen estrellas un millón de veces más brillantes que el Sol con una temperatura de 35.000 grados. Con mayor frecuencia encontramos estrellas más pequeñas que el Sol, un billón de veces menos brillantes, con una temperatura de unos 2.500 grados. Cada estrella funciona produciendo luz y calor. Su origen se debe a la compresión gravitatoria de un gas que contiene los elementos que entrarán a formar parte de la estrella. Tal compresión permite que se alcancen en su núcleo temperaturas de diez millones de grados. Tan elevada temperatura ocasiona la fusión del hidrógeno para producir un elemento más pesado, helio, en tres etapas que producen energía. El hidrógeno será el combustible que sostenga a la estrella durante el 90% de su vida. Cuando las reservas de hidrógeno escasean en el centro estelar, el núcleo sufre una transformación que provoca el desprendimiento de las capas superficiales: tan sólo permanece un núcleo denso, incapaz de producir energía. En el caso de estrellas de masas similares a la del Sol, durante esta transformación el núcleo alcanza cientos de millones de grados, permitiendo la formación de elementos pesados como carbono y oxígeno, constituyentes fundamentales del cadáver estelar: la enana blanca. Estrellas más masivas, de 20 a 50 veces la masa del Sol, con una temperatura nuclear de miles de millones de grados, son capaces de sintetizar hierro. Elementos más pesados: oro, plata, uranio, sólo pueden sintetizarse durante una fase violenta en la que la estrella masiva finaliza su vida en una enorme explosión denominada supernova. Una sola estrella en esta fase tiene una luminosidad comparable a la de una galaxia.

De las ecuaciones de Einstein puede deducirse que el universo se encuentra en expansión o contracción. Según la observación de Hubble desde el telescopio de Monte Wilson, el espacio del Universo se expande, arrastrando consigo las galaxias contenidas en él. Tanto mayor es la velocidad de alejamiento de las galaxias cuanto más distan del punto de observación. A pesar de que resulta tentativo sugerir un centro de dicha expansión; no existe, conforme a la homogeneidad del Universo un centro geométrico desde el que todo se expanda. Independientemente del punto de observación, el Universo parece expandirse como si éste fuera el centro geométrico de la expansión.

Dos observadores, situados en galaxias distintas, afirmarían que la expansión del universo parece tomar como centro su lugar de observación.

La evolución naturalista no es tan sólo una teoría científica; es el relato oficial de la creación para la cultura moderna.

A la evolución se le llama teoría por- que se reconoce que es una hipó- tesis y no un hecho científico comprobado.

Según la teoría tradicional de la evolución, entre los fósiles se encontrarían:

• Formas de vida simples que habían aparecido gradualmente, provenientes de predecesores similares.

• Formas de vida simples que se habían transformado gradualmente en formas más complejas.