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Astrología: Un intento desprejuiciado por comprenderla


Partes: 1, 2

    1. Astrología Histórica
    2. La Astrología muestra un ejemplo

    Mimada por todos en una época, su gloria se fue eclipsando a medida que el racionalismo (¿?) encarnaba en los espíritus sedientos de nuevas visiones del Universo.

    Considerada una ciencia por sus seguidores, sin mucho análisis del concepto de ciencia, se ha mantenido en los primeros planos de la consideración popular, que no le exige precisiones. Solo entretenimiento fugaz, hasta la próxima entrega.

    Generadora de controversia entre seguidores y "científicos", sigue su marcha, ya no gloriosa. Solo un pasatiempo.

    Tal como sucede con otras disciplinas conjeturales, que hemos heredado de antiguos filósofos naturales, cuyo rastro se pierde en la noche de los milenios, nos llegó incompleta, tergiversada, manchada por supersticiones, atacada por prejuicios y deformada por sus propios adictos, que enfermos de psicologismo y cientificismo, han renunciado a lo que fue desde siempre su verdadero potencial: el pronóstico del Futuro.

    Ya casi nadie se anima a vaticinar o augurar.

    Se limitan a un juego de salón, donde se admite de inicio la inocuidad y la posibilidad de amoldar los resultados a gusto del consumidor.

    El concepto del Libre Albedrío ha desplazado la predicción.

    Según este concepto, los seres humanos somos dueños de nuestro destino.

    La Astrología solo puede indicar tendencias.

    Resulta claro que esto es solo un movimiento defensivo, resultado del alto prestigio alcanzado por las Ciencias modernas y del ataque masivo que se lleva a cabo contra la misma, desde esos cenáculos.

    Reconozcamos que los practicantes de la disciplina astrológica no han hecho mucho por recuperar el prestigio perdido.

    Los antiguos maestros y sus conocimientos, siglos ha que han desaparecido. Su lugar fue ocupado por diletantes, con formación profesional deteriorada, ante la premura de los tiempos, la comercialización de los estudios y la contaminación ideológica del "NewAge".

    Y a la defensiva, ante el ataque de los "serios".

    Nuestro propósito es aclarar, dentro de nuestras propias limitaciones, el panorama actual, sus tendencias, falencias y necesidades futuras.

    Astrología Histórica

    Como otras disciplinas, su origen es nebuloso, pudiendo encontrarse los primeros rastros en los siglos anteriores a Cristo, en las zonas de influencia griega.

    Es indudable, sin embargo, que nació en Caldea, pues de allí heredó el uso del sistema sexagesimal del tiempo y el espacio, antes que ningún otro saber humano.

    Que luego trasmitió a su hija dilecta, la Astronomía.

    Pero no resultaría imposible que su origen remoto sea Summer, de donde proviene al parecer el sistema sexagesimal.

    Pretender que un sistema como el sexagesimal puede haber aparecido sin una base científica y sin aplicación en la cultura de la época, es despreciar el desarrollo intelectual de los antiguos.

    Existen muchos ejemplos de perfeccionamientos tecnológicos en diversas culturas de todos los continentes que nos hablan de un desarrollo cultural a los que hemos intentado negar apelando a la teoría que el progreso ha sido siempre ascendente.

    Y por lo tanto, retrocediendo en el tiempo, de acuerdo a esta teoría, solo encontraremos un descenso continuo de la calidad y cantidad del desarrollo intelectual humano.

    Nada más falso.

    Hemos perdido la mayor parte del material elaborado en los últimos 3 o 4 milenios, pero lo que se conservó da muestras indudables de un alto nivel cultural.

    Que no ha sido homogéneo ni constante. Que apareció y se perdió, en muchos casos casi sin dejar rastros.

    La Astrología muestra un ejemplo

    Su base matemática nos habla, en una época donde la mayoría del humano planetario todavía gesticulaba, no escribía ni filosofaba, de centros de elaboración y deducción del conocimiento aplicado.

    El sistema sexagesimal no puede ser, como suele pensarse de otros descubrimientos, producto de una manzana que golpea la cabeza de un durmiente, iniciando así un ciclo de desarrollos matemáticos y científicos que alumbraron el mundo moderno.

    Por supuesto tal cosa no sucedió con Newton. La manzana, en todo caso, solo avivó un pensamiento en ciernes, todavía confuso, que requería de una síntesis.

    No podemos, a la altura de nuestros conocimientos históricos y arqueológicos, resolver el enigma de la creación de la matemática sexagesimal.

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