Describa y compare los distintos lugares que ocupan el sujeto y el objeto en los proyectos gnoseológicos de Descartes y Hume y en la conceptualización de las pasiones que realizan. Establezca qué postura tiene Kant al respecto
Descartes va a comenzar su proyecto gnoseológico sosteniendo que se debe hacer una revisión crítica de las opiniones pasadas en pos de la búsqueda de una verdad que sea universal e innegable. Para lograr esta empresa establecerá una serie de reglas que usará como método.
La primera de estas reglas se referirá a no admitir como verdadera cosa alguna que no se presente al espíritu de manera lo suficientemente clara y distinta como para no ponerlo en duda. Descartes así va a dudar de todo lo que se le presenta, pero no de manera tal de dudar al infinito (porque si su objetivo es establecer lo verdadero no puede perderse en algo que no lo lleve a alguna seguridad). Por lo tanto dudará de los conocimientos a fin de evitar los errores y las medias verdades hasta llegar a un tipo de conocimiento o seguridad del cual no se pueda dudar. Así llegará a la conclusión de que no se puede apoyar el conocimiento sobre los sentidos porque son engañosos y todo conocimiento extraíble de ellos son, por lo tanto, dudosos. Al dudar también del conocimiento racional llegará al punto en donde ya no haya conocimiento del que no pueda dudar. Salvo uno. Encuentra que al dudar estaba pensando y para pensar había que ser, por lo tanto encuentra su verdad absoluta: Pienso, luego existo.
La segunda de sus reglas hace al método analítico, que consiste en dividir las cosas que se presentan complejas, en cuantas partes fuese posible, hasta llegar a lo simple. Y finalmente con esta división se llegaría a algo que sea evidente. La tercera regla es correlativa de esta, ya que propone la síntesis de lo que se ha dividido anteriormente. Una vez comprendido lo simple, se reconstruye lo complejo.
La cuarta y última de estas reglas es: "Hacer en todo unos recuentos tan integrales, y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada". Esta regla consiste en ordenar y enumerar de tal manera que ningún tema haya sido omitido.
Esto es finalmente el método con el que Descartes se propone indagar el tema del conocimiento humano.
Con la afirmación de: Pienso, luego existo. Lo que hace Descartes es derivar el ser del pensamiento, y con esto el cognito es sustancializado, es decir que no depende de alguna otra cosa para su existencia y que su esencia es pensar. También va a afirmar que hay una segunda sustancia, llamada Res Extensa la cual informa de las sensaciones y los movimientos. Ambas sustancias forman el dualismo de Descartes en donde se hará un esfuerzo por separar al hombre, en cuerpo y mente.
La cosa que piensa lo hace por medio de ideas, que serán como imágenes, una representación mental de las cosas. Las ideas se dividen en innatas, adventicias y facticias. Las ideas innatas son aquellas que vienen con el alma y nada tienen que ver con la experiencia, son garantizadas por Dios. Son ideas que su verdad es necesaria y eterna, tales como la idea de Dios. Las ideas adventicias son aquellas que vienen del exterior por medio de los sentidos. Y finalmente las ideas facticias que son las que surgen de la imaginación.
Estas ideas son las que capturan lo real y lo traen a la conciencia en forma de representación en tanto copia fiel, por lo tanto en la conciencia se alojarán las ideas y las representaciones. Hay una separación entre cuerpo y mente, las dos sustancias forman este dualismo rector de Descartes en donde la razón queda del lado de la res cogitans y la pasión del lado de la res extensa. Es aquí donde el intento de separación del sujeto y el objeto se hace más visible en el proyecto, a partir de a conceptualización de las pasiones esta separación sufrirá un cambio.
Del lado de la res extensa va a ubicar al cuerpo y desde aquí es dónde se propone hablar de las pasiones. La pasión va a ser concebida como algo que el sujeto padece. Va a haber una acción del cuerpo y del mundo que se inscriba como pasión en el alma, la pasión es un concepto límite. Por lo tanto las pasiones se originan en el cuerpo, pero pertenecen al alma. Va a dar toda una mecánica de las pasiones, va a explicarlas en función de la fisonomía del cuerpo humano. En este sentido va a decir que las funciones del cuerpo son el calor y movimiento. Y que por el lado del cuerpo va a haber unas partículas muy pequeñas llamadas espíritus animales que por su diversidad hacen sentir a los objetos de manera diferentes. Estas son las funciones del cuerpo.
También diferenciará las funciones del alma, que se dividen en acciones del alma y pasiones del alma. Del lado de las primeras vamos a encontrar funciones tales como las voluntades, unas que terminan en el alma misma y otras en el cuerpo. Del lado de las percepciones también va a haber dos clases, una dependiente del alma que son las percepciones de las voluntades y la otra perteneciente al cuerpo que son imaginaciones del tipo de los sueños y divagaciones y éstas percepciones van a diferenciarse en tanto se refieran a objetos exteriores, a nuestro cuerpo o a nuestra alma.
Las pasiones del alma van a ser definidas como percepciones, sentimientos o emociones del alma, que se refieren a ella y que son sostenidas o fortificadas por algún movimiento de los espíritus. Va a quedar como percepciones porque el que más las padece es el que menos sabe de ellas, como sentimientos porque son sentidas como objetos exteriores y emociones porque se hacen sentir como ninguna otra cosa.
El alma va a estar unida a todo el cuerpo pero ejercerá sus funciones más particularmente en una glándula del cerebro porque ésta sería el lugar donde las dos impresiones que vienen por los órganos se simplifiquen y formen un pensamiento, ya que ésta glándula es lo único en el cuerpo humano que no tiene par. La glándula sería el lugar de conexión entre el cuerpo y el alma. Las pasiones, y entre ellas las cinco principales que nombra Descartes (Amor, odio, alegría, tristeza y deseo) van a ser producidas por los movimientos de la sangre y los espíritus animales. Hay una relación entre el alma y el cuerpo de modo que una acción corporal se una con un pensamiento y nunca más se presenten separados. Para finalizar, Descartes dará como método contra las pasiones la reflexión. Dirá que lo mejor que se puede hacer contra sus excesos es pensar, tratar de separar los movimientos de la sangre y de los espíritus de los pensamientos. Hay que calmarse, recobrar la cordura y permitir que la agitación de la sangre disminuya.
En el Tratado de las pasiones vemos como Descartes explica el funcionamiento del cuerpo en términos de mecánica y como explica el funcionamiento del alma. Estas dos son imprescindibles para las pasiones. En el tratado el hace un esfuerzo por separar nuevamente el sujeto y el objeto, pero vemos que con la conceptualización de las pasiones precisamente lo que va a suceder es que las dos sustancias van a unirse a partir de la pasión. En tanto es algo que proviene del cuerpo pero pertenece al alma queda implicado que hay algún medio por el cual las sustancias se comunican. Este sitio lo viene a ocupar la glándula que va a ser la sede de la unión entre cuerpo y alma.
En el siglo XVIII va a haber otra corriente filosófica que critica la posición racionalista del conocimiento. Esta nueva corriente se va a llamar empirismo y dentro de ésta vamos a encontrar a uno de sus exponentes, David Hume. El empirismo va a criticar la idea de la razón como fuente de conocimiento innata e ilimitada que no necesita volcarse a la experiencia. Para esta escuela, todo conocimiento deriva de la experiencia. El sujeto no tiene ningún conocimiento anterior a la experiencia, la conciencia está vacía, hasta que la experiencia se va imprimiendo en ella como si fuera una tabula rasa. Su ideal de ciencia serán las ciencias naturales en tanto fácticas, en contraposición con el racionalismo y su ideal matemático. Le hace dos grandes críticas a Descartes. Sobre la idea de sustancia dirá que es errónea porque no se puede conocer la esencia de algo, lo único que se puede conocer son las sensaciones y percepciones de ese objeto o cosa que se sumarán para darnos una idea de un aspecto del objeto. También le critica la idea de causalidad en tanto no existe una conexión necesaria de los acontecimientos, Hume dirá que la experiencia sólo muestra sucesiones, la fuerza que haría que una cosa mueva la otra no tiene impresión, no podemos ver la fuerza. Estas dos críticas atacan al núcleo del racionalismo, dado que eran dos verdades absolutas de las cuales no había duda alguna y Hume demuestra que sí es válido dudar sobre ellas. Es dentro de esta concepción y esta crítica donde se tratará las ideas más importantes de Hume sobre el conocimiento humano.
Para Hume el conocimiento se basa en la experiencia, tanto externa como interna. Las percepciones van a dividirse en:
Impresiones: Provienen del exterior por medio de los sentidos y se subdividen en impresiones de sensación e impresiones de reflexión. Siendo la de sensación inherente a la experiencia externa y la reflexión a la experiencia interna. Son vívidas y vivaces en cuanto a grado de fuerza
Ideas: Son copias o representaciones de las impresiones pero debilitadas. Aquí se encuentran fenómenos como el de la memoria y la fantasía. Son adquiridas, éstas se aprenden por asociación y repetición
Todo conocimiento se va a derivar de las impresiones, toda idea, todo conocimiento complejo, se forma a partir de las impresiones. Las impresiones se unen en un complejo para formar ideas, la formación de este compuesto está regulado por leyes de asociación de ideas y que son:
Asociación por semejanza: Tiendo a agrupar lo que se parece
Asociación en tiempo y espacio: Tendencia a agrupar lo que es próximo.
Asociación por causa y efecto: Tendencia a agrupar los acontecimientos en relación a la causalidad.
El criterio de verdad será para Hume que una idea siempre se corresponda con una impresión. Si no encontramos impresión de la cual derive la idea, ésta no será un conocimiento real, sino una imaginación.
Ahora con respecto a su concepción de las pasiones. Para Hume, la impresión es lo primero. Por lo tanto va a haber un objeto externo que provoque una primera impresión. Esta impresión va a provocar dolor o placer, es decir que la orientación de la pasión viene dada por el objeto. El dolor va a estar relacionado con lo malo y el placer con lo bueno. Va a hacer una distinción entre pasiones directas (que son las mencionadas arriba) y las pasiones indirectas que van a ser el dolor o el placer, del bien o el mal pero combinados con otras cualidades. Entonces acá hay en un primer momento una impresión (de dolor por ejemplo) que en un segundo momento se va a asociar con una idea y sólo ahí se puede hablar de pasiones. Por eso son un producto elaborado, secundarias. El resultado de lo anterior dará pasiones tales como el orgullo, la humildad, el amor, el odio, etc. La combinación se da por las leyes de asociación. También las estudia con respecto a las leyes de la probabilidad, es decir van a ser tales en tanto relacionadas con algo futuro. Por ejemplo: Un bien que yo creo que es probable me provocará alegría y una mal que yo creo probable me dará pena.
¿Cómo se relacionan estas pasiones con las ideas? Las pasiones van a ser el motor de acción de las ideas. Va a pensar la razón como una pasión atenuada porque como las impresiones provocan la pasión, éstas serán más fuertes y más vivaces y las ideas al ser más abstractas perderán algo de la condición de vivacidad y fuerza. La moral, dirá finalmente no proviene de la razón, sino de los sentimientos.
Con respecto a Descartes, la diferencia entre estas dos corrientes en tanto al estudio de las pasiones serán: Que descartes ubica la causa de la pasión dentro del cuerpo y Hume la ubica exteriormente, en el objeto. La pasión será una parte de la experiencia.
A estas dos posturas se le viene a sumar otra, que intenta resolverlas definitivamente. Esta postura es la Emmanuel Kant, un filósofo alemán que nace en el 1724. Este filósofo se forma en el racionalismo, pero al leer a Hume pone en duda la razón. Si se tiene presente que las posiciones racionalista y empirista son opuestas, es decir, una toma la razón como fuente única de conocimiento y la otra la experiencia se entiende mejor a partir de donde Kant construye su propia concepción del sujeto gnoseológico.
Kant encuentra la superación de ambas corrientes al plantear que el conocimiento es una operación transformadora que lleva a cabo un sujeto. Conocer es elaborar el objeto. De esta manera va a decir que si bien es cierto que todo comienza con la experiencia, con el encuentro del sujeto con lo real no es esto lo que produce de por sí el conocimiento. El sujeto irá a la experiencia preparado con ciertas categorías a priori. Es decir que llega al objeto con algo más que ser un simple papel en blanco para que lo real se imprima. Con estos instrumentos el sujeto elaborará el objeto. Aquí se encuentra la superación mencionada antes, dado que el conocimiento ya no es más del tipo realista, no implica copiar algo que ya está dado, sea por medio de la razón o la experiencia. Sino que el objeto en Kant no está dado, hay que elaborarlo. Y en tanto aquí el sujeto es determinante se puede hablar de una posición idealista.
Define distintos tipos de juicios (afirmaciones o negaciones).
Juicios analíticos: El predicado está contenido implícitamente en el sujeto. Este tipo de juicio no hace avanzar a la ciencia ya que sólo tenemos que aplicar un principio de no contradicción o de identidad. Este tipo de juicio es a priori: Es necesario en tanto no puede ser de ninguna otra manera y es universal en tanto vale siempre igual, no tiene excepciones. Estas dos condiciones se presentan siempre juntas.
Juicios sintéticos: El predicado no está implícito en el sujeto. Es el tipo de juicio que hace avanzar a la ciencia y que amplía el conocimiento. Este juicio depende de la experiencia, es particular y contingente, esto es a posteriori. Pero hay juicios sintéticos a priori aquí que no van a estar fundados en la identidad, ni la contradicción, ni en el sujeto ni en el predicado y tampoco en la experiencia. Son válidos porque están construidos por la razón pero al ser un juicio puede ser verdadero o falso.
Ahora, ¿Cómo tiene que ser un sujeto para que un objeto le pueda ser dado? Tiene que ser un sujeto sensible, receptivo. Es la capacidad de recibir representaciones por el modo cómo somos afectados por los objetos.
En Crítica de la razón pura, Kant establece dos tipos de estudio:
El de la Estética trascendental que será el estudio de las condiciones de posibilidad de la sensibilidad (en tanto percepción), de las formas a priori (es decir fuera de la experiencia) de la sensibilidad. Son intuiciones de formas del objeto y son dos. Espacio y tiempo. Del objeto lo que se va a tener esto:
Intuiciones empíricas: Sensaciones, impresiones.
Intuiciones puras: Espacio y tiempo
Pero intuir no es conocer, para conocer debemos pensar el material intuitivo en conceptos. Para esto funciona el siguiente tipo.
El de la Lógica trascendental, que se ocupará las condiciones de posibilidad de pensar a priori. Los conceptos puros del entendimiento serán la pluralidad, totalidad, substancia, causalidad, etc. El término más amplio de conocimiento será la representación, en referencia a un objeto. Dividirá las representaciones en:
Conceptos empíricos, y conceptos puros: Del entendimiento (categorías) y de la razón (ideas).
Por lo tanto, para el conocimiento se juegan estos dos tipos. La sensibilidad va a aportar los datos de los objetos y el entendimiento los va a analizar de acuerdo a las categorías.
La razón pura servirá de esta manera para poder conocer los fenómenos.
Finalmente Kant se pregunta: ¿Es posible determinar la existencia de objetos metafísicos? Sí, pero sólo a partir de que sean estos objetos de conocimiento. Pues bien, ¿Cómo se conocen los objetos metafísicos?
La respuesta aquí la viene a dar la Crítica de la razón práctica. La respuesta será que no se los puede conocer absolutamente, pero que se puede hacer una aproximación por medio de la conciencia moral. Esta conciencia responde a la pregunta ¿Qué debo hacer? En tanto diferenciación del bien y el mal, de lo justo y lo injusto. Es el deber máximo, es la moral. Es una exigencia absoluta que no responde a ningún tipo de condición que no sea el deber. Es un imperativo categórico. El debido.
Pero al ser el hombre no solamente racional, sino sensible también se va a producir un conflicto entre las llamadas inclinaciones, que son las pasiones: el amor, el odio, el placer, los gustos, la avaricia, etc.
Hay un conflicto entre el imperativo categórico de la ley moral que ordena: "Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne una ley universal" y las imperfecciones de las voluntades humanas. La buena voluntad se va a jugar en la lucha contra las pasiones del ser humano.
Aquí las pasiones pasan a ser enfermedades con las cuales se debe luchar para estar a la altura de la ley moral. El yo aparece patológicamente determinado por inclinaciones que lo llevan a poner su egoísmo por sobre todas las cosas, el amor propio contrapuesto a la Ley Moral que lo humilla y que produce ese efecto negativo en el yo que resulta patológico.
Por lo tanto, las pasiones en este pensamiento serán pensadas como algo que debe ser dominado por el poder de la razón. Como algo enfermo que sólo piensa en el amor propio y la satisfacción personal en contraposición con una ley moral que se le interpone y la domina.
María Laura Telo
Estudiante de Psicología, UBA.
Argentina