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Estrategia empresarial para el desarrollo sostenible

Enviado por Beverly Hernandez


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    1. La Estrategia Empresarial para el Desarrollo Sostenible
    2. Bibliografía consultada

    Ambiente y Desarrollo Económico

    Según la Organización de Naciones Unidas ONU se entiende como desarrollo, la condición de vida de una sociedad en la cual las necesidades auténticas de los grupos y/o individuos se satisfacen mediante la utilización racional, es decir sostenida, de los recursos y los sistemas naturales.

    Este concepto integra elementos económicos, tecnológicos, de conservación y utilización ecológica, así como lo social y político.

    Una de las principales características de los conceptos de la ONU es la reafirmación acerca de que las medidas macroeconómicas centradas en aspectos de producción y su relación con las poblaciones -caso de ingreso per capita tienen limitaciones.

    Entre estas limitantes se encuentra la evidencia de que el desarrollo si bien es cierto implica la posesión económica hasta cierto nivel, no se reduce sólo al aspecto de riqueza. Se hace énfasis en que el desarrollo humano incluye dos facetas complementarias: la formación de las capacidades humanas y la otra faceta es que esas capacidades puedan ser ejercidas en las diferentes esferas de la vida: económica, social, ambiental, cultural o política.

    Siendo que para el desarrollo económico se requiere de la utilización de los recursos que nos proporciona el ambiente en su concepto holístico, es importante contextualizar este concepto en el orden complejo y globalizado que experimentamos hoy.

    Ahora bien el ambiente comprende los recursos naturales renovables, y no renovables- que se agotan con su explotación, como por ejemplo el petróleo y los yacimientos de minerales-. Los recursos naturales pueden ser determinantes de la posición económica de un país

    Los sistemas económicos de algunos países industrializados representan en la actualidad una amenaza a los recursos naturales.

    La disminución de la biodiversidad y de grandes áreas de selvas y bosques, demuestra que la humanidad no ha logrado construir con éxito un modelo responsable para la conservación de los recursos naturales.

    Por ello en el año 2000, 192 países miembros de las Naciones Unidas acordaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio cuya consecución tiene como fecha límite el

    2015. Para el ámbito empresarial podemos circunscribirnos en los últimos dos: Objetivo 7: Garantizar el sustento del medio ambiente y el Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

    La globalización del mercado está motivando una creciente necesidad de ajustar las estrategias empresariales al constante cambio y a la procura de la administración de la incertidumbre.

    Pero ¿cómo podemos diseñar el futuro en forma planificada o con una proyección para hacer el planteamiento más conciso y contundente, dejando atrás la inspiración repentina para dar paso al análisis conceptual y a un proceso metodológico basado en los diversos aspectos que configuran el entorno coyuntural, en las expectativas existentes y en los logros esperados? tomando en cuenta la cantidad, velocidad y disponibilidad de la información, -no necesariamente confiable- los avances tecnológicos, -no necesariamente amigables con el ambiente- las guerras, el cambio climático y los desastres parecieran no darnos tregua?

    Sin dejar de lado la valiosa riqueza de la experiencia del personal gerencial, de su conocimiento del negocio, de su intuición y su preparación académica, para la gente de empresa de hoy es cada vez más clara la necesidad de diseñar el futuro de sus decisiones y seleccionar en forma coherente las alternativas más convenientes dirigidas al éxito en un periodo de transición, donde impera la confusión y el miedo.

    La apuesta es -como bien dicen los orientales- es ante el riesgo que genera la crisis, encontrar la oportunidad que está detrás de los distractores inmersos en el caos. Por tanto es necesaria una posición visionaria y desarrollar competencias adaptativas para afrontar los nuevos desafíos con acciones consecuentes para el logro de un desarrollo sostenible.

    Las metas, por tanto, tendrán que ser flexibles a los distintos escenarios, revisadas y replanteadas toda vez que sea necesario. La comunicación fluida y la creatividad, serán herramientas diarias para la ejecución de los planes formulados.

    En un contexto complejo, los viejos paradigmas se analizan para plantear nuevos roles de los actores estratégicos de la sociedad. Hoy día sabemos que la figura estatal, como actor de gran influencia en el desarrollo económico, ha perdido poder en la actualidad. Su capacidad de respuesta ante las demandas de la sociedad y sus múltiples limitantes financieras y administrativas, son el escenario para el surgimiento de líderes empresariales en todas las dimensiones: grandes, pequeñas y medianas empresas con iniciativas proactivas y de autogestión para promover nuevas oportunidades y estrategias.

    La Estrategia Empresarial para el Desarrollo Sostenible

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