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Sistema de crédito y reclutamiento capitalista

Partes: 1, 2

    1.  El devenir de este trabajo
    2. Operación Triunfo y la forma mercantil de la riqueza
    3. La concepción burguesa y marxista sobre la ganancia
    4. Modo de producción y formas económicas
    5. Capital productor de interés y capital usurario
    6. El reclutamiento en la época feudal
    7. Los mil modos de dominio del capital

     "Cuanto más capaz es una clase dominante de asimilarse a los hombres más significativos de las clases dominadas, más sólido y peligroso será su dominio". El Capital. Karl Marx.

    El devenir de este trabajo

    Las reflexiones que pongo a disposición del lector tienen su causa primera en Operación Triunfo, un programa emitido por Tele 5 con el que se pretende producir cantantes comerciales. El seguimiento de este programa me ha provocado dos reflexiones: una, comprobar que el capitalismo dispone de mil medios para reclutar adeptos, y dos, la vinculación que tienen los cantantes comerciales con el capital productor de interés. Este último aspecto me llevó a estudiar el libro III de El Capital, justamente en los capítulos dedicados al capital bancario. Pero esta vez, a diferencia de las últimas ocasiones, me centré en el estudio de las condiciones precapitalistas, donde se examinan las diferencias entre el capital usurario y el capital productor de interés; y fue ahí donde hallé una reflexión de Marx sobre el reclutamiento capitalista y de donde tomé la cita que encabeza este trabajo.

    Operación Triunfo y la solidaridad

    Hace cuatro semanas Soraya, una de las finalistas del año pasado, visitó la academia de Operación Triunfo. Llevaba una camiseta blanca donde se hacía publicidad de la necesidad de apadrinar un niño. El resto de los concursantes también llevaban dicha camiseta. Soraya les hablaba a los concursantes, en tono persuasivo, de que si todos hiciéramos un pequeño esfuerzo, sólo basta con veinte euros mensuales, se podrían salvar de la miseria y del analfabetismo a muchos niños del mundo. Esto me indignó. Estas personas ni por conciencia ni por posición social deberían estar al frente de las grandes causas de la solidaridad. A la semana siguiente los concursantes cantaron una canción sobre los inmigrantes africanos. Esto ya me sublevó. No me cabe en la cabeza que unos hechos tan dramáticos y dolorosos puedan ser usados comercialmente. Pero lo que remató mi indignación fue cuando Ricky Martin visitó la academia y el presentador comunicó que el cantante puertorriqueño había sido seleccionado como la Persona del año por la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación Discográfica, por sus logros como trabajador humanitario. Ricky Martin desempeña su labor humanitaria en una fundación que lleva su nombre.

    Hoy día cualquier cantante sabe que es necesario defender una causa justa para mejorar su imagen pública. Aparece así ante la gente como una persona humanitaria, no egoísta, sensible con los desvalidos. El contenido solidario de la imagen del artista es fundamental para mejorar la aceptación social, sobre todo entre la juventud. Ricky Martin, como cualquier otro famoso, no pierde sino que gana volviéndose portavoz de los niños pobres y desamparados. Y que la solidaridad se haya convertido en un aspecto comercial y en un aspecto de la imagen publicitaria es muy indignante. Puesto que no es un acto de solidaridad sino de publicidad que Soraya trate de convencer a quienes la siguen que apadrinen un niño. De todos modos, ni Soraya ni Ricky Martín ni ningún otro famoso de este género son personas ejemplares en el mundo ético. Viven del sistema capitalista y se alimentan de él. Forman parte, aunque no sean conscientes, de la clase dominante.

    Operación Triunfo y la forma mercantil de la riqueza

    De Ricky Martin no sólo decía el presentador que era una gran persona por su labor humanitaria, sino que ya tenía en su haber 60 millones de discos vendidos. Triunfar no es aportar algo nuevo a la música sino vender. Y cuanto más se vende, más ingresos se perciben. Y la posibilidad de vender mucho es una de las posibilidades que crea la globalización. Así que Ricky Martin como la mayoría de los músicos sacan provecho de esta circunstancia: no para hacer el bien moral sino para llenarse los bolsillos.

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