El colectivo aparece en Lima en el año de 1927, ([1]) con un criterio inicial de Taxi compartido, los choferes, como ha ocurrido a través de los años hasta la actualidad, observaron la demanda de viajes y crearon la primera ruta de autos colectivos de la ciudad, denominada Plaza de Armas-Exposición; partía desde la Plaza de Armas hoy nuevamente llamada Plaza Mayor, entrando a la calle Bodegones y prosiguiendo por las calles Coca, Filipinas, Divorciadas, Pando, hasta llegar a la Plaza San Martin, tomando luego las calles Pacae y Ormeño, concluyendo en la Plaza de la Exposición. El colectivo nacía a pesar de que las disposiciones no lo permitían, ya que se ya que se encontraba prohibido que un carro de alquiler fuera ocupado por personas sin vinculación con el primer pasajero. ([2]) Los chóferes de los autos plaza ([3])motivados por la gran competencia de otros taxis y del tranvía pero principalmente del autobús, que mermaba ostensiblemente sus ingresos, observaron los destinos de viaje de la población creando rutas con apreciable éxito. Los paraderos iníciales fueron las plazas publicas, como la de Armas y la de San Martín, donde años antes los coches de plaza esperaban a sus pasajeros y que cedieran en herencia obligada a los autos que realizaban servicio de taxi. También se constituyeron en paraderos de salida a diversos destinos, desde el parque zoológico o parque de La Exposición, la Av. Nicolás de Piérola, y la Plazuela del camal. Algunos autores afirman que la aceptación de este servicio se debió a la crisis del sector de ómnibus y a su incapacidad de absorber la demanda de una ciudad en acelerado crecimiento, cosa no totalmente cierta; el parque de autobuses crecía con semejante o superior aceleración al de la población de Lima, sin embargo el nivel de servicio que ofertaba el colectivo en comodidad, seguridad y velocidad eran inalcanzables para la casi generalidad de los ómnibus.
Los autos más comunes para el servicio, eran los Chevrolet, Dodge, Oldsmobile y alguno que otro Packard o Buick que ya eran carros más finos, pero sin lugar a dudas la marca que contaba con mayor cantidad de unidades en el servicio colectivo era el "Ford". ([4]) En el servicio particular la ciudad contaba también con otras marcas como, Cleveland, Citroen, Daimler, Jewett, Minerva, Morris Oxford, Oakland, Overland, Paige, Packard Eight, Packard six, Peugeut, Rugby, Star, Wills St. Claire, Cadilac, Chandler, Delage, Essex, Fiat, Flint, Hispano Suiza, Hudson, Hudmovile, Isotta Fraschini, Itala, Lancia, Lincold, Mercedes, Premier, Reo, Studebaker, Renault, Voisim, etc.
Para ser colectivero en aquellos años debía poseerse aparte del necesario vehículo, una potente voz para anunciar el recorrido en los paraderos iníciales situados al principio en la Plaza de Armas, esta función posteriormente fue delegada a los denominados llamadores o llenadores que recibían una propina por cada "llenada".
En dos años la ciudad ya contaba con un parque automotor de colectivos considerable que preocupo a los capitalistas del tranvía, que participan en la creación de la empresa de autobuses Metropolitan Company, la cual logra que el gobierno en el año 1929, emita una Resolución, prohibiendo la circulación del novel servicio por afectar la operación de los transportes autorizados. Lo cierto es que la prohibición de los colectivos estaba prevista; el gobierno firmaba el 14 de enero de 1930 un contrato de concesión con la Compañía Metropolitan Company en la cual como hemos sostenido, tenían intereses económicos los tranvías. Dicho contrato otorgaba el monopolio del transporte urbano publico a la Metropolitan, ocasionando esto la huelga de trabajadores en colectivo, y un gran porcentaje de los ómnibus de propiedad de pequeños empresarios, la medida contó con el apoyo de los propietarios de grifos, al encontrarse comprometidos sus intereses; ya que el transporte público en colectivo les garantizaba mayor número de motores que requerían de combustible y lubricantes, adicionalmente a esto, la Metropolitan que se encargaría de la totalidad de los servicios públicos a excepción de los prestados por el tranvía, inició la construcción de sus depósitos y talleres, los que contaban con su propia estación de abastecimiento de combustible situado en la cuadra 17 de la avenida Venezuela en Chacra Colorada sobre una superficie de 21,216 m2.
Las Empresas Eléctricas que explotaba él tráfico de los tranvías expresa claramente su posición en un aviso publicado en el Diario "El Comercio" el miércoles primero de abril de mil novecientos treintaiuno. (VER PAGINA Nº)
Página siguiente |