Conductas agresivas en relación al tamaño del grupo. Una exploración en la escuela primaria
Enviado por Arturo Meza Mariscal
Resumen
Tomando en cuenta la convicción ampliamente difundida entre los maestros de que en los grupos grandes, a diferencia de los pequeños, se incrementan las dificultades conductuales, pretende conocerse en principio si entre los grupos grandes y pequeños, existe un monto diferencial de conductas agresivas que eventualmente pudieran afectar el rendimiento escolar. Mediante observaciones sistemáticas realizadas en el interior de dos grupos grandes y dos grupos pequeños, del mismo grado escolar y características socioeconómicas semejantes, logró establecerse el promedio de conductas agresivas interpares para cada uno de los grupos, dándose a los datos obtenidos el correspondiente tratamiento estadístico para el establecimiento de diferencias entre medias.
Se anotan algunas conclusiones en el sentido de apoyar los hallazgos previos reportados por la literatura.
Palabras clave: Educación primaria, agresión, rendimiento escolar, tamaño de grupo.
Introducción
El tamaño del grupo en relación con el rendimiento escolar ha sido ampliamente estudiado, al punto de haberse establecido como aceptable, la afirmación de que el rendimiento conoce de una mejora sustancial en grupos considerados pequeños (de máximo 20 alumnos), en relación con grupos grandes (30 niños o más), sobre todo si se trata de escolares de entre 4 y 9 años de edad. (Grissmer, 1999; Finn & Achilles, 1999; Nye, Hedges & Konstantopoulos, 2000).
Pero quizá en última instancia, el origen del rendimiento académico diferenciado de los niños, resida no tanto en la estrategia de aprendizaje que pueda significar la implementación de grupos pequeños, sino en las posibilidades de adaptación social y escolar, que de acuerdo a varios autores, dependen del tamaño del grupo.
Ya en sus investigaciones, Day, Tolley, Hadfield Parking & Watling (1996) establecieron relación entre el tamaño del grupo y la conducta de los alumnos, sosteniendo que en los grupos grandes siempre existe la probabilidad de que se requieran urgentes mejoras en el comportamiento escolar y de que el docente demande ayuda para manejar los problemas de conducta.
Así, Pate-Bain, Achilles, Boyd-Zaharias & McKenna (1992), plantean que en grupos pequeños la conducta es mejor, y el manejo y el control del grupo es más fácil. En este tipo de grupos se reportan menos eventos disruptores y los potenciales problemas de indisciplina son rápidamente identificados y resueltos. Bennet (1996) menciona que las observaciones de los maestros reportan diferencias significativas en la proporción de eventos conductuales disruptores (mala conducta) e inatentividad que se presentan en grupos pequeños y en grupos grandes, disparándose desmedidamente tales eventos en los grupos grandes.
La conclusión consensada se orienta a considerar que los grupos grandes incrementan las dificultades conductuales, entorpeciendo la adaptación social y por consiguiente el rendimiento escolar.
Quizás entonces, lo que más debiera llamar nuestra atención no es el constatar que el rendimiento escolar suele mejorar en los grupos pequeños o deteriorarse en los grandes, sino tratar de clarificar cuales son los procesos que en tales escenarios pudieran estar involucrados en el salón de clases. Al respecto, Blatchford, Edmonds & Martin (2003) han examinado los efectos del tamaño del grupo en relación al ajuste social y conductual en la escuela en términos de dos dimensiones: atentividad y relaciones de pares. Mencionan que en grupos numerosos se presenta mayor inatentividad en clase y más numerosos signos de dificultades sociales entre los niños bajo la forma de rechazo, ansiedad social y conducta agresiva, así como menos conductas prosociales.
Diversas investigaciones que abordan el estudio del tamaño del grupo (Rowe, 1995; Creemers, 2002), establecen como clave del aprovechamiento escolar, a la atentividad (tiempo de aprendizaje, tiempo de tarea o algún otro término equivalente). Resulta evidente suponer que los alumnos aprenderán si se mantienen atentos al tópico que se explica o si se aplican en el trabajo que se les solicita. El sentido común sugiere también que mientras más niños concurran a una clase, la ocurrencia de eventos distractores será mayor y con mayores probabilidades, la atención en juego sufra interrupciones y se abandone la tarea, además de disminuir la calidad de la relación que el profesor pueda establecer con el niño.
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