El tema de la desaceleración económica en los países emergentes es actualmente materia de amplio debate en ambientes académicos, gubernamentales, empresariales y diversos foros de opinión internacional.
El Perú no es la excepción y las proyecciones de crecimiento económico para este año 2014, muy optimistas en los primeros meses del año, fundamentalmente por el gobierno peruano van cada vez disminuyendo habiéndose previsto inicialmente un 6% y recientemente en un porcentaje aproximado del 5.5% con respecto al PBI, aún así hay corrientes de opinión de que la desaceleración de la economía peruana ya toco fondo.
Considero que las proyecciones de que la desaceleración económica del Perú ya toco fondo no son acertadas debido a que la economía peruana, como todas las economías del mundo en un contexto global, se ve afectada por factores económicos y geopolíticos externos e internos.
En el factor económico externo, la economía de la zona Euro – que genera casi un 20% de la producción mundial – no da muestras claras aún del inicio de una recuperación plena.
Por otro lado, la economía de EE.UU si bien presenta algunos signos de recuperación, todavía no hay señales claras de que la recuperación sea real y sostenible en el tiempo. Asimismo los pronósticos de desaceleración de la economía china son aún preocupantes.
En el plano geopolítico externo las crecientes tensiones de EE.UU y las potencias occidentales frente a China y Rusia por desacuerdos en diversos temas como la intervención rusa en Ucrania, las revelaciones de espionaje de la NSA de EE.UU,
la firme oposición rusa y china al escudo antimisiles de EE.UU, así como el apoyo de estos países a Siria e Irán entre otros, hacen que el riesgo de una confrontación militar de escalas globales mantenga la tensión en la Comunidad internacional.
En el factor interno, si bien los fundamentos macroeconómicos son sólidos, los elementos que afectan la demanda interna como son las expectativas con respecto a variables como el tipo de cambio, política monetaria, inflación,
creciente inseguridad ciudadana, denuncias de corrupción en diversos sectores y niveles del Estado, conflictos sociales, y el ruido político, considerando que nos encontramos en un año electoral, donde en octubre se celebraran elecciones regionales y municipales, entre otros, pueden influir negativamente en los inversionistas tanto locales como extranjeros.
Conclusión Por lo expuesto, las proyecciones basadas en algunos datos positivos de crecimiento de la demanda interna y expectativas de inversiones en los próximos meses, me parecen demasiado optimistas como para afirmar que la desaceleración de la economía peruana ya toco fondo.