Prólogo
Este es uno de los primeros libros de una serie con los que investigaremos al Buda y sus experiencias convertidas en la actualidad en budismo y budismo Zen, todo ello lo iremos descubriendo juntos.
Una vida dedicada al Zen, en estado puro, sin ligarnos a ninguna escuela a ninguna creencia, porque la experiencia del Buda, es No creencias, No dioses.
La Vida no es el Mundo, la Vida es la manifestación de la Existencia, El Mundo es la manifestación de la Mente.
El Buda no era budista, porque no existía el budismo, el Buda es un estado a recobrar, inherente en cada ser sintiente, El Honorable del Mundo en su legado nos legó su experiencia, por ello no confundamos el Buda con el budismo.
El laberinto es el camino del Mundo, la confusión en la que vivimos, el vehículo que lo recorre recreando nuevos recorridos dentro de ello, es la Mente.
La Salida del Laberinto requiere un gran esfuerzo de voluntad personal ,los medios la consciencia a través de la meditación.
La invitación es ¡acompáñame! hacia la
Salida del Laberinto, juntos hallaremos el
correcto recorrido.
Investigaremos juntos la ciencia de la subjetividad, buscaremos la raíz del conflicto, caminaremos correctamente sin condicionamientos
La Meditación requiere un aprendizaje, es el medio para reencontrarse con la Fuente de laVida, una vez hallada soltaremos el instrumento.
Es un recorrido profundo por la subjetividad en pos de aquello fundamental del Ser Humano perdido en el laberíntico mundo
Jordi Mas i Manjon
El Espejo Empañado
Como un espejo empañado en el que no se puede ver nada, hasta que lo frotamos y vemos con claridad, así en nuestra búsqueda sucede lo mismo.
El mundo donde cada día nos desenvolvemos es el espejo empañado, pensamientos adquiridos, pensamientos creados por nosotros. ¿Cómo percibir correctamente?, primero comprendamos que es lo que adquirimos.
Las tradición, las costumbres, son memoria, pertenecen a los otros, son de otro espacio y tiempo, lo heredamos y no nos preguntamos por qué debemos aceptarlos, las emociones, nos pulsan hacia ello, a través de la empatía vinculada a la memoria de seres queridos, de lugares recordados o de fantasías creadas.
La memoria al pertenecer al pasado es un algo ya muerto, carece de vida, no es desfavorable la memoria, sí es desfavorable, atribuirle la categoría de real en el presente, ignorando de que se trata de memoria.
Se atribuyen afectos o defectos ante lo que percibimos a través de la memoria, examinamos un algo, y ese algo le atribuímos cualidades que nosotros atesoramos en nuestra memoria.
El espejo está empañado por algo que no nos pertenece, no obstante lo defendemos como si fuese parte de nosotros.
Un árbol no es un árbol, la designación conceptual de árbol es un atributo producto de nuestra mente, un árbol no depende de ello para estar en la Vida, es en el mundo, donde nosotros precisamos llamarle árbol, para categorizarlo, en el ámbito social del mundo, sin ello tenemos la creencia, que no podríamos alcanzar una comprensión mútua entre seres humanos.
El Mundo no es un algo a rechazar sino un algo a comprender que es un medio, a lo largo de la história social, las atribuciones del Mundo han superado a las verdades de la Vida.
Las imágenes del Mundo son sustitutas de la Vida, Platón con su caverna, nos mostraba que el mundo no es la Verdad, El buda, con sus enseñanzas nos mostraba que la Verdad no es el mundo mental. Esto es el espejo empañado que es preciso frotar para ver con claridad.
Lo Real no es la Verdad
(la Vida no es el Mundo)
En nuestro recorrido por el laberinto de la Vida, tenemos que superar la neblina que empaña nuestra visión, lo real es aquello que nosotros conceptualizamos, designamos y con ello aparentemente podemos compartir una "totalidad" por la colectividad.
La humanidad ha elaborado conceptualizaciones de un constructo complejo dandoles categorias condicionadoras, ello ha conducido a la creencia de lo real es la Verdad.
Atrapamos una planta, le atribuimos conceptualizaciones, de carácter ciéntifico, de carácter cultural y con ello la hemos atrapado, pero no la hemos hecho nuestra, porque la planta, está mucho más allá de que nosotros podamos atribuirle; y este es el punto de inflexión, para comprender nuestro condicionamiento, cada ocasión que veamos esta planta, no veremos al ser vivo manifestación de la existencia, la manifestación de la Verdad, nosotros veremos la manifestación del mundo, lo que designamos como Real.
La designación es memoria, y la memoria produce seguridad, y es esta seguridad, la que pulsa a mantener la ilusión de realidad como si fuese una Verdad.
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