La obesidad no constituye fallo personal, sino una lucha implacable contra la biología y la evolución…
Enviado por Felix Larocca
Para entender la obesidad se requieren investigaciones de mucha profundidad cubriendo las interacciones que existen entre los genes y el entorno.
Esta es la noción actualmente más aceptada en los círculos científicos.
Jack Sprat
Una canción de cuna norteamericana dice: "Jack Sprat no comía nada graso, mientras que su esposa no comía nada bajo en calorías.
Significando que la figura delgada de Jack y la de su corpulenta esposa, eran decisiones discrecionales, ya que, "entre los dos, lamieron, limpio, el plato del que comieran".Pero, la realidad científica es que los genes y el entorno, actuando en conjunto son los factores que determinan el peso de una persona.
Quizás sí — quizás, no…
Nature vs Nurture…
En general, los factores del entorno son responsables por las tendencias demográficas del sobrepeso en un período de tiempo determinado, mientras que los factores genéticos explican las diferencias ponderales de una persona en el momento actual.Mientras que algunas respuestas comienzan a emerger acerca de las razones por las cuales algunas personas son obesas, no podrá haber una discusión fructífera en esta materia hasta que resistamos el impulso de asignar la culpa a algún ente todavía desconocido
Tampoco puede asumirse que la falta de fuerza de voluntad, en aislamiento, es responsable por el fallo que experimentan algunas personas en lograr perder de peso. Ya que se asume que nadie puede resistir la seducción constante de la comida para mantenerse delgado, a menos que sufra de alguna condición extrema como la anorexia nervosa.
En esta lección lo que deseamos lograr es conducir una discusión objetiva de los principales factores que compiten entre ellos para darnos alguna explicación lógica acerca de este asunto tan debatido.
Los hechos señalan en la dirección de que el aumento de peso, sin razones para entenderlo, no explica el incremento mundial que observamos en la incidencia de la obesidad.
¿Es esto, comer?
El instinto de comer está arraigado en nuestro organismo. Esto lo sabemos.
Pero, igualmente, existen diferencias genéticas entre nosotros, y, simultáneamente, la evolución ejerce fuerzas poderosas que las personas tienen que combatir para prevenir ganar de peso, o para lograr perderlo una vez que lo han ganado.
Un mejor entendimiento de los mecanismos que median las interacciones entre los genes y el entorno es necesario para explicar cómo se gana de peso hasta llegar a los niveles de obesidad que hoy presenciamos.
Siempre teniendo en cuanta los factores epigenéticos imponderables.
Con casi un 33% de la población norteamericana siendo obesa, y con un incremento de un 10% en la última década, las autoridades de salud pública de ese país están alarmadas. Ya que la obesidad conlleva un riesgo mayor para las enfermedades cardíacas, la hipertensión y la diabetes.
Aún más inquietante es el incremento de la incidencia de diabetes tipo 2 en los niños, que las autoridades de la salud pública asocian a la obesidad epidémica que ya afecta a los jóvenes.
La obesidad se define, para los fines de salud, usando la medida provista por el IMC, instrumento que es incapaz de suministrarnos una determinación precisa y estable de su diagnóstico.
De acuerdo a este instrumento la diagnosis se establece cuando una persona excede un umbral que se resume de esta manera: Sobrepeso si el IMC es mayor de 25, y obeso si éste excede 30.
¿Causas?
Los científicos no están totalmente de acuerdo en qué causa la obesidad — dicen ellos — aunque la evidencia para quienes piensan un poco parece resultar asombrosamente clara…
Es cierto, que algunas personas parecen ser más resistentes a ganar de peso que otras. Lo que no entendemos claramente son las razones para este fenómeno.
Muchos factores se han propuesto como contribuyentes a la epidemia de la obesidad: Un cambio en los hábitos de comer de los americanos, el consumo exagerado de fast food y de las bebidas azucaradas, disminución en la actividad física, e incremento en la inactividad total.
Pero, aún, con los cambios del entorno, siempre puede hacerse esta pregunta: ¿Cómo puede evitarse la gordura con la disponibilidad, de que hoy todos "disfrutan" de caloría ilimitadas?
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