Intuiciones e instintos como fuentes de orientación portentosas
A veces, cuando observamos el comportamiento adaptante y complejo de otras especies, como son las aves, nos maravilla y nos intriga el intuir los factores, que se dicen ser instintivos, que deben de existir para iniciar de modo ineluctable sus migraciones a otros climas en el invierno. ¿Cómo saben con precisión exacta cuáles semillas le suministran medicación y cuáles alimento durante su jornada? ¿Cómo se orientan durante su vuelo, especialmente, cuando vuelan a oscuras? ¿Cómo entrevén la presencia de enemigos potenciales y cómo seleccionan al individuo quién volará como guía a cabeza de la formación? ¿Cómo aprenden a seleccionar la ubicación, la defensa y los materiales específicos para la construcción de sus nidos? ¿Cómo…?
Estas reflexiones acerca de animales que creemos carecen de nuestro albedrío y de nuestra inteligencia, se tornan más intrigantes, cuando ponderamos los cálculos matemáticos que fueran necesarios hacerse por quienes fuesen responsables, de erigir la ciudad andina de Machu Picchu, las pirámides de Egipto, o para los habitantes de la Micronesia lanzarse a la mar en sus embarcaciones endebles logrando colonizar tierras remotas, mientras navegaban un océano, cuyo solo atributo de ser "Pacífico" es el nombre que, arbitrariamente alguien le diera.
Asimismo, la humanidad ha presenciado con misteriosa frecuencia histórica lo que yo he bautizado con el nombre facticio de la "La Regla del DNA." Esta regla, representa la tendencia misteriosa, que poseen algunos fenómenos históricos de la misma naturaleza de hacer su apariencia, coincidencial y, simultáneamente, en localidades (entre ellas remotas) sin que hubiese sido posible la comunicación física entre aquéllos quienes hiciesen los descubrimientos dichos. Este fenómeno es común, frecuentemente, aquellas personas, quienes iniciaran un movimiento filosófico o implantaron un sistema o doctrina nuevas.
Es precisamente a esa receptividad a la ocurrencia de un evento, y a esa preparación idiosincrásica al que éste sea recibido, a lo que me referiré en estas páginas.
Siguiendo nuestra "Regla del DNA": Históricamente, nuestra especie adquirió los lenguajes, desarrolló la agricultura, evolucionó la escritura, fundó las varias monarquías, inventó el arte y la música, hizo los grandes descubrimientos científicos, astronómicos y médicos, inventó la economías, colonizó nuestro planeta y se aventuró a hacer viajes interplanetarios, practicó guerras y cruzadas, inventando armas de destrucción inimaginables; fundó asimismo, las grandes religiones y los movimientos filosóficos. Todo estas acciones, pari pasu, y de un modo coincidente y sorpresivamente simultáneo. Pero hay más que, acerca de esto, debemos de hablar.
Todos nosotros, lo seres humanos quienes durante el transcurso de nuestras vidas, hemos alguna vez tenido la experiencia, de que a veces nos visitan enigmas existenciales, que a menudo surgen al mismo tiempo, afectándonos a todos simultáneamente, como si hubiese existido una preparación o un ensayo previo. ¿De dónde vienen, dónde se originan y cuál es la razón de ellos?
Hoy vivimos una de estas experiencias inexplicables, alrededor de nuestro llamado "mundo civilizado."
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