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El hijo del Llano

Enviado por Dumar Suarez G.


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    Este su servidor nació en la capital agrícola del ariari reflejado como un gran acontecimiento obviamente para mis padres, de echo para hablar de Dumar Suarez G, primero tengo que hacer un retroceso y platicar de sus progenitores, cuando a penas comenzaban a florecer los astromelios, agotados por el terrible verano del 74, florecían con ellos el amor. Fue en el ocaso de una difícil etapa en la que solo tenía derecho a vivir: el odio, la venganza, el desamor, la desolación, la zozobra.

    Los espantos reales e imaginarios se resistían a abandonar las calles de los pueblitos donde no había luz artificial, los caminos boscosos estaban cargados de espíritus que venían a recorrer los pasos y no todos eran buenos.

    Pero en medio de nefastas masacres despues de la violencia entre liberales y conservadores, escaparon de sus provincias dos jóvenes acompañados de la valentía y por sus padres dando escape a la muerte, sin pensar que el amor los uniría en este majestuoso llano de mitos y leyendas.

    La veranera fue la única que no floreció en ese verano del 74 por eso no participo de la fiesta que celebro la naturaleza en honor al invierno: las dalias, las rosas, las hortensias, al igual que las demás flores se vistieron de los colores mas alegres. Los arbustos los pastizales, y las sementeras prometieron abundancia para remediar tan gran de sufrimiento despues de tan basta lucha.

    Vicente, joven Tolimense, vigoroso, y amante en ese tiempo al boxeo, y Marina una paisa nacida en Risaralda, atractiva, venida de familia de principios cristianos devota al corazón de Jesús, a la bandeja paisa y otras costumbres, Dios los une mediante el sagrado matrimonio;… ahí entro a la historia un joven campeón que antes de nacer lucho contra miles de espermatozoides hasta llegar al ovulo y ser fecundado.

    Mis padres eran entre pobres y acaudalados, entre labriegos y señores, muy temerosos a Dios y buenos vecinos, parte de mi niñez, la viví, en una finca propiedad de mis padres, heredada de mi abuelo fundador de boca de monte ahora llamada Granada.

    Mis padres siempre añoraban que fuera alguien en la vida "un doctor", ¡pobres Viejos! Hasta se desplazaron a un pueblo cercano para que tuviera más oportunidad de superarme.

    Fue mi primera profesora una hermosa joven de ojos claros y cabello castaño, quien había cautivado mi pequeño corazón y me daban motivos de madrugar a estudiar, pero como dicen vulgarmente un mi pueblo "se enmozo" con un repartidor de gaseosa y mato mis inocentes ilusiones, pero entre cuentos y cuitas, termine con felicitaciones mi primaria en la escuela que aun estimo.

    En mi época si que tenia valor una llanta, un tarro de leche clin, y las latas de sardina, esos eran mis juguetes, hacia parte del buen reitin del chavo del ocho, y fiel seguidor del chapulin colorado.

    Una mañana fría, cuando la neblina no permitía ver mas allá del horizonte, en un abrir y cerrar de ojos se tornaba aun mas gris cuando llego la nefasta noticia de que mi abuelo, el viejo que tanto quería agonizaba en su lecho sin que se pudiera remediar nada. Nunca había visto llorar tanto a mi padre como ese día, botado sobre su féretro y en medio del susurro de viejas viperinas que hacían tertulia de la desgracia, pero con madures y apoyo de quines lo amábamos pudimos superar este triste acontecimiento y le ayudamos tambien a el.

    Como no olvidar mi primer día de clase, cuando las bandas sicáriales se comenzaban nuevamente a formar, chicuelos adolescentes que junto conmigo habían cursado su niñez, cambiaban sus singulares juguetes por armas queriendo hacer parte de una guerra sucia a la que nunca participe, casi todos los Diaz rumbo a mi colegio encontraba cuerpos fusilados, que sin saber porque habían muerto ¡los llore! Y los llore una y otra vez.

    Pero no basto mucho tiempo para aprender a vivir en medio de cuerpos descuartizado y cadáveres en estado de descomposición, eran dejados abandonados a menudo en nuestro parque, donde en las tardes nos divertíamos jugando sin que perdiéramos ese espíritu de inocencia.

    A pesar de las dificultades, porque la ola de violencia se encrudecía mas, siempre soñaba con ser alguien en la vida, "el doctor" que mi viejo quería que fuera, sabes aun relato mi historia y me llena de vacíos, porque estuvo llena de muertes no de familia si no de amigos que tanto estimaba, y de desamores.

    No pudo anhelar mejor escenario cupido para lanzar una de sus inesperadas flecha, que aquel jardín brillante y frondoso, que al levantar la cabeza descubrió el segundo sol de aquel día, el rostro de la hermosísima si mal no recuerdo Marlin, éramos de la misma clase social, de cuna de llaripa y de la realeza de la trocha nueve.

    Desde ese momento mis cuadernos comenzaron a desojarcen, y la pelea con cupido por su mala puntería era casa día mas fuerte, pareciere que en cada flechazo agachase la cabeza, Marlin se había convertido en la fuente de mi inspiración, cómplice de mis eróticos sueños, solo sueños por que respuesta nunca de ella halle, ingresaba a grado séptimo y nunca mas volví a ver Marlin, pues la noticia fue que sus padres se trasladaron a otro municipio, nunca supe mas de ella.

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