Descargar

Las relaciones de amistad como mediación del proceso educativo


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Concepciones sobre la amistad en la adolescencia
  4. Concepciones sobre el Trastorno de conducta
  5. Metodología
  6. Principales resultados
  7. Conclusiones
  8. Recomendaciones
  9. Bibliografía

Resumen

La presente investigación constituye un acercamiento a las relaciones de amistad en los adolescentes con trastorno de conducta, como mediadoras del proceso educativo dirigido a la superación de dicho trastorno. Las relaciones de amistad en estos adolescentes presentan particularidades que deben tenerse en cuenta para realizar la labor educativa. Por ello el objetivo de la investigación estuvo dirigido a valorar la mediación de las relaciones de amistad en el proceso educativo, a través de la definición de epistemas y el análisis de su expresión en el proceso. Para dar cumplimiento a dicho objetivo asumimos la metodología cualitativa y el método empleado fue el fenomenológico.

El estudio se efectuó en el Internado Especial Osvaldo Socarrás Martínez, única de su tipo en la provincia Santiago de Cuba. Contamos con una muestra seleccionada de manera intencional, compuesta por 24 adolescentes. Para la recogida de información utilizamos la entrevista semiestructurada, la observación participante, la composición, el cuestionario y el análisis de documentos. Los resultados fundamentales manifiestan que las relaciones de amistad median el proceso educativo en tanto viabilizan el trabajo terapéutico grupal, potenciando el intercambio continuo y cotidiano de intereses, valores, afectos y el aprendizaje de normas, roles y conductas socialmente aceptadas. Pero a su vez limitan el proceso generando el aprendizaje y adopción de patrones comportamentales negativos que traen consigo la involución del mismo. La investigación permitió enfatizar en la importancia que posee el tratamiento de las relaciones de amistad que se gestan en el centro escolar.

Palabras Claves: Relaciones de amistad, trastorno de conducta, adolescentes, proceso educativo.

Introducción

El intercambio constante y cotidiano de intereses, valores, afectos sólo se producen de manera viable en las relaciones del individuo con otros. Permitiéndole conocer y adaptarse mejor a la sociedad en que vive, en dependencia de la calidad del sistema de estas relaciones sociales y prácticas socializadoras; que los adultos, la familia y otros individuos le ofrecen desde niño. En este proceso de interacción social, denominado socialización surgen las relaciones de amistad, erigidas sobre la base del intercambio de afectos, emociones, valores, creencias, motivos, necesidades, experiencias y opiniones[1]Es al interno de estas relaciones donde el sujeto, junto a su grupo de coetáneos experimenta directamente el acatamiento de normas, roles y las conductas aceptables o no para la sociedad donde vive, por lo que también se erigen como un agente socializador de vital importancia en la formación y desarrollo del individuo. Por lo planteado anteriormente han constituido el objeto de estudio de diversos autores, tal es el caso de Yorkys Santana y María del Pilar Soteras[2]que hacen mención en diversas publicaciones sobre el estudio de las relaciones de amistad como un tipo de interrelación, fuera del ámbito familiar, que promueve el bienestar y la satisfacción de las necesidades de los individuos.

Algunas investigaciones han demostrado el mérito de las relaciones de amistad en la formación de valores, cualidades y habilidades sociales, incluso se han potenciado como estrategia para reducir las conductas agresivas en adolescentes. Sin embargo, estas relaciones no se han percibido como aspecto que puede mediar en la interiorización de esos valores y en la corrección de esas conductas, cuando estos últimos constituyen el eje central de todo un proceso educativo. Por ello en la investigación presente queremos abordar el estudio de las relaciones de amistad como elemento a tener en cuenta en el proceso educativo que reciben los adolescentes con trastorno e conducta, luego de comprender que estas pueden propiciar el aprovechamiento de las potencialidades que tienen los adolescentes, que le posibiliten una mayor integración social y la corrección de su conducta. "Probablemente, porque los chicos con menos habilidades sociales y con más problemas psicológicos sufrirán más rechazo y tendrán más dificultades para establecer amistades; no obstante, también se podría pensar en la relación inversa, es decir, en que tener amigos con los que compartir secretos y sentimientos contribuye a un mejor ajuste psicológico."[3] Por ende nuestra novedad científica se expresa en el estudio y la valoración de las relaciones de amistad de los adolescentes con trastorno de conducta, como mediadoras del proceso educativo que desempeña la escuela, con estos sujetos.

Partes: 1, 2
Página siguiente