Lesiones cutáneas por presión en adultos hospitalizados en el Hospital Universitario del Valle, Cali
Enviado por Henry Ramírez-Hoffmann, M.D.
Publicación original: Colombia Médica, 1997; 28: 177-181 – ISSN 1657-9534, Reproducción autorizada por: Corporación Editora Médica del Valle, Universidad del Valle, Cali, Colombia |
RESUMEN: Durante un período de seis meses en adultos hospitalizados en el Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario del Valle (HUV), en Cali, Colombia, se identificó el riesgo de hacer lesiones cutáneas por presión, la presencia de las mismas y los factores que intervienen en su desarrollo . El riesgo de lesiones por presión se midió con la escala Braden entre las 36 y 48 horas del ingreso al servicio; se valoraron actividad física, movilidad, fricción, nutrición, percepción sensorial y humedad. La aparición o presencia de la lesión se evaluaron los días cuarto y octavo de la hospitalización; además se tomaron datos sociodemográficos, el diagnóstico de hospitalización, la hemoglobina y albúmina sérica. Casi 23% de los pacientes se clasificaron en riesgo. De los pacientes con riesgo, 52% desarrollaron lesiones por presión; de éstos 59% tenían más de dos lesiones, casi todas en el talón y en el sacrocoxis. Los mayores de 35 años presentaron más lesiones por presión. En más de la mitad del total de los pacientes con riesgo de desarrollar la entidad, la albúmina y la hemoglobina fueron inferiores a lo normal, con niveles más bajos para los que presentaron lesiones; las cifras de hemoglobina más bajas correspondieron a los hombres. Los factores que más aportaron al riesgo fueron fricción, actividad, movilidad y nutrición. Entre quienes presentaron lesiones por presión se identificaron además, cambios en los parámetros hemodinámicos y compromiso de la oxigenación. Lo anterior sugiere la importancia de incluir estos aspectos en los protocolos para prevenir estas lesiones.
Palabras claves: Lesiones cutáneas por presión. Escala Braden. Hospitalización. Malnutrición. Fricción.
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Las lesiones cutáneas por presión son entidades que pueden afectar un buen número de personas hospitalizadas; llevan a aumentar los costos de permanencia en el hospital y, lo que es peor, pueden conducir a la muerte. Evaluar el riesgo es fundamental en la prevención de las mismas1,2 pero es necesario hacerlo desde las etapas tempranas de la hospitalización.
En países desarrollados, 5% a 12% de los pacientes adultos en los hospitales manifiestan lesiones por presión. La incidencia sube hasta 20% en enfermos geriátricos3. En Colombia no se cuenta con datos suficientes sobre la incidencia de estas lesiones, y tampoco se ha tenido en cuenta la evaluación sistemática para identificar el riesgo en las personas que se admiten a los servicios de hospital.
Se cree que los pacientes de medicina interna, urgencias, cuidado intensivo y neurología, que por algún motivo o situación clínica deben permanecer en una sola posición, tienen mayor posibilidad de sufrir lesiones por presión; sin embargo, muchas veces se olvida que el compromiso generalizado o de varios sistemas podría predisponer a las mismas y hace necesarios en las personas hospitalizadas en estos servicios su valoración y monitoreo con instrumentos válidos y confiables.
El personal de enfermería, así como los otros miembros del equipo de salud, juega un papel importante para evitar estas lesiones; entre sus responsabilidades está el brindar un cuidado preventivo oportuno. El descubrimiento temprano de los factores de riesgo permite identificar a la persona expuesta a presentar la lesión y, además, tomar acciones para el manejo preventivo adecuado y así disminuir la incidencia4.
El propósito de este estudio fue aportar elementos de valoración a fin de descubrir oportunamente a los hospitalizados con riesgo de lesiones por presión para el manejo preventivo. Los objetivos del estudio fueron:
1. Evaluar en los pacientes de los servicios de Medicina Interna del Hospital Universitario del Valle (HUV), el riesgo de presentar lesiones por presión.
2. Identificar su aparición en las personas con riesgo de presentarlas y que recibieron un manejo preventivo tradicional.
3. Determinar los factores que influyeron en esa aparición y que se tendrían en cuenta para el desarrollo posterior de los protocolos de prevención y manejo.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se hizo en el Servicio de Medicina Interna del HUV, entre octubre, 1991 y marzo, 1992. En este período se evaluó el riesgo de presentar lesiones por presión a la totalidad de los hospitalizados (128 enfermos), el riesgo se midió durante las primeras 36 a 48 horas de hospitalización. Se informó en seguida al personal de enfermería sobre el resultado de la valoración del riesgo. Estos pacientes se atendieron de acuerdo con el manejo preventivo tradicional del servicio.
A cada persona a quien se le identificó como expuesta a riesgo se le valoró la presencia o no de la lesión en los días cuartos y octavos de hospitalización. Además, en el día octavo se repitió la valoración del riesgo. En el análisis inicial y en el seguimiento de los pacientes se usó un instrumento que constaba de tres partes: datos sociodemográficos y clínicos, parámetros para valorar el riesgo y evaluación de las lesiones. Los expertos en el tema determinaron la validez del cuestionario; la prueba de equivalencia fue 89.9%.
Los datos sociodemográficos y clínicos incluyeron: edad, sexo, grupo étnico, enfermedad actual y asociada, medicamentos suministrados durante el período de estudio, albúmina sérica y hemoglobina al ingreso. Se tomó el diagnóstico y se clasificó según el sistema afectado. Los medicamentos que se administraron al paciente se clasificaron según la acción farmacológica, p.e., antibióticos, antihipertensivos, digitálicos, etc. Los niveles sanguíneos de hemoglobina y de albúmina se midieron en los dos primeros días de ingresar al Servicio de Medicina Interna y la lectura la hizo el personal del Laboratorio Clínico del HUV.
La clasificación del riesgo siguió la escala Braden5-7. Esta escala consta de seis subescalas que conceptualmente reflejan la percepción sensorial, el grado de humedad de la piel, el estado nutricional, la fricción o roce, la actividad física y la movilidad. De las seis subescalas cinco se califican de 1 a 4 (menos favorable a más favorable), la subescala de fricción y roce se califica de 1 a 3. Los datos informados por la literatura refieren la confiabilidad de la escala en .99 cuando la usan enfermeras graduadas, y en .83 cuando la emplean auxiliares de enfermería; la sensibilidad es 100% cuando se usa el puntaje crítico igual a 16 puntos para determinar el riesgo; la especificidad varió de 64% a 90%5-7.
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