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El profesionalismo desde la formación bioética, un reto para la nueva Universidad


Partes: 1, 2

    1. Reflexiones acerca de la pedagogía y la didáctica como ciencias de la educación superior
    2. La Bioética, un reto de la enseñanza en la nueva universidad
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía

    Introducción

    Por más que parezca convencional y arraigado, los puntos de mira que tiene la educación, siguen siendo los mismos que en el siglo XVII, cuando Juan Amós Comenio escribió su Didáctica Magna, que "es de sentido común que no se debe abrumar al discípulo con asuntos ajenos a su edad, inteligencia y condición actual, ni obligarle a que luche con sombras"[1]. Desde entonces Comenio significó la importancia de transformar los procesos pedagógicos en fenómenos que coloquen al estudiante en el centro, determinando sobre él, todo el conocimiento científico del que deberá apropiarse mediante una formación contextualizada.

    Considerándose su mayor aporte a la Pedagogía moderna el develar que la trascendencia del proceso formativo está en la relación del proceso de enseñanza-aprendizaje, en su máxima expresión de desarrollar la capacidad transformadora humana; en consonancia también con el pensamiento pedagógico cubano del sigo XVIII y XIX en el nombre de Enrique José Varona, que concebía al hombre como organismo en que se manifiestan las fuerzas, para actuar en su medio, al mismo tiempo que este reacciona sobre él, expresando " Este medio, eminentemente complejo, entra en comunicación con el hombre por muy diversos canales y en muy diversas formas, y esto constituye un número variadísimo de relaciones"[2]

    El propósito del presente ensayo es contribuir a la reflexión en torno a la enseñanza de la Bioética, a los supuestos que la fundamentan y las herramientas que son utilizadas para alcanzar sus objetivos. Desde el cuestionamiento actual de cómo formar cualidades humanistas en los profesionales que conlleven a una realización profesional de respeto a la dignidad humana, a decir de Armando Hart sobre la obra pedagógica martiana "(…) concebir la educación como una vía esencial para el mejoramiento humano"[3].

    Se parte del supuesto de que en la medida en que la formación de los profesionales en la nueva universidad se ocupe del proceso de enseñanza/ aprendizaje de la Bioética, se redimensionarán el compromiso social de las universidades de ser una verdadera Institución humana y cultural en su labor formativa profesionalizante.

    Reflexiones acerca de la pedagogía y la didáctica como ciencias de la educación superior

    Tradicionalmente se ha concebido a la Pedagogía en su función de proveer a los futuros profesionales de conocimientos y habilidades necesarias para ejercer con eficiencia la actividad docente, y en su sentido más generalizador la trasmisión de conocimientos acumulados por la humanidad y la asimilación de éstos por las jóvenes generaciones, al mismo tiempo que tiende a mantener las tradiciones, las creencias y los conceptos morales de una sociedad determinada. Tratada indistintamente como Proceso Educativo o proceso pedagógico, en el que emergen las relaciones entre educador y educando, que contribuyen a la formación y desarrollo de la personalidad y del colectivo[4]Con un eminente carácter dialéctico, complejo y multilateral prolongado en el tiempo, de ahí su consideración como proceso.

    Lo cierto es que la tarea educativa ha tenido y conserva un sentido para toda la comunidad humana, surgiendo como disciplina del conocimiento dentro de un contexto histórico, en el interactuar de los miembros de las comunidades con sus hijos, en la necesidad de trasmitir a éstos sus saberes, tradiciones, sus convicciones, creencias y oficios. Evolucionando estas prácticas educativas, se fue sistematizando todo el cuerpo teórico, que a la vez se definió como punto de partida de dicha práctica..[5]

    Desde la teoría que aborda las concepciones acerca de la Pedagogía, se cuestionan el carácter científico de la Pedagogía y de la Pedagogía de la Educación Superior. De la primera resulta innegable la conceptualización de su saber como ciencia independiente, en tanto ha devenido en la historia como ciencia de la educación, que estudia los principios, normas, medios, métodos, técnicas, formas y procedimientos, población y medio ambiente, que se encuentran involucrados en el proceso de enseñanza aprendizaje.

    Para la Profesora Guillermina Labarrere, se trata de un proceso pedagógico que contribuye a la formación del desarrollo de la personalidad y del colectivo, traducido en el conjunto de actividades y procesos específicos que se desarrollan de manera consciente, tomando en consideración las condiciones en que tiene lugar la educación y las relaciones entre educadores y educandos, resaltando de manera relevante su carácter multilateral en cuanto "educa todo cuanto rodea al hombre" factor de incidencia en el desarrollo de la personalidad.[6]

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