Justificación
Con la posibilidad de elegir libremente un tema de ensayo, concerniente a la ética judicial, como trabajo final de la asignatura, inmediatamente se da a la imaginación riendas sueltas para realizar un trabajo que además de interesante despierte el sentido de investigación, y que el resultado de dicha tarea ofrezca recomendaciones positivas y palpables en el quehacer cotidiano de los jueces de nuestro tiempo y de aquellos que aspiramos ocupar dichas posiciones.
Reflexionando en elección del tema que ofrezco, me di cuenta de que la función del juez trasciende mas de lo que imaginaba, para un ejemplo basta citar cuando Jesús de Nazaret, fue conducido ante el Pretor Poncio Pilato, para que este, de conformidad con la autoridad delegada de Roma lo juzgase, de ahí que me interesara en el proceder de este "juez", pero mi inquietud no se limitó hasta el momento en que se dividió la historia de la humanidad, sino que llamó a mi atención el hecho de que Jesús pertenecía a un pueblo, que no solo tenía sus costumbres y creencias, sino que también tuvo sus jueces, por lo que de manera pretenciosa decidí conocer el proceder de aquellos "jueces", sus valores éticos al administrar justicia, así como su proceder dentro de su tribu, el pueblo de Israel. Es en ese sentido que justifico la pertinencia del tema, ya que la misma Biblia nos dice que: "Lo que ahora existe, ya existía; y lo que ha de existir, existe ya. Dios hace que la historia se repita[1] siendo esta una verdad irrefutable, veamos como los jueces de nuestro tiempo actúan haciendo que la historia de los jueces del pueblo se repita.
Introducción
Hablar de ética en nuestros tiempos implica una vuelta al pasado, de forma tal que justifiquemos los orígenes de aquellos valores que demanda la sociedad de sus funcionarios, y de forma específica de aquellos llamados a administrar justicia. En ese sentido se ofrece en el presente ensayo una visión de la ética de los Jueces del Pueblo de Israel, aquel que desde Egipto fue llamado como el pueblo elegido por Dios. Desde su salida de Egipto, el pueblo de Israel era guiado por Moisés, quien además de ser su guía espiritual, y el medio de comunicación con Dios, tenía en principio la tarea de dirimir las controversias surgidas entre los miembros del pueblo, en tal sentido se hizo necesaria la designación de Jueces que se ocuparan de dirimir tales conflictos.
La designación de los Jueces exigía que se encontraran condiciones especiales en aquellas personas llamadas a la administración de justicia, su designación y modo de proceder obedecía a condiciones propias de la época, pero que no escapa de un todo a ciertas exigencias actuales. El juez que exhibía una conducta contraria a las leyes y ordenanzas del pueblo de Israel, tenía repercusiones sociales que incidían de manera directa en su credibilidad, en ese sentido compartiremos ejemplos bíblicos que ilustran el proceder de los Jueces, tanto de manera positiva como negativa.
En estos tiempos la incidencia que podría tener el reflexionar sobre el proceder de aquellos jueces es significativa, de más no estaría el recordar que precisamente un juicio dividió el curso de la humanidad, aunque Jesús fue juzgado ante un tribunal con autoridad legada de Roma por circunstancias meramente políticas, fueron estás las circunstancias que hicieron que no obstante no hallarse en el culpa alguna, fue condenado a morir.
Son muchos los ejemplos que como el señalado anteriormente, resultan bastante interesantes para su estudio, y es que la misma Biblia hace referencia de las condiciones éticas que deben acompañar a un Juez.
A continuación compartiremos relatos bíblicos, apreciaciones muy personales de lo que pudo haber significado en la época del Israel antiguo el desempeñarse como Juez, así como también apreciaremos las sabias decisiones que dentro de un marco de la prudencia y la justicia hicieron célebres a los juzgadores del antiguo testamento.
Historia del Pueblo de Israel
La historia del pueblo de Israel se remonta a la emigración de la Tribu del mismo nombre, a la cual la Biblia hace referencia al periodo correspondiente a Abraham, Isaac y Jacob, la cual comprende aproximadamente el año 1350 antes de Cristo. Aunque no se cuenta con documentación que evoque cronológicamente, esta parte de la historia encuentra justificación a partir del año 1250 a. C., donde se registra la rebelión de los Judíos sometidos en Egipto, quienes según sus tradiciones el líder se llamaba Moisés, que significa "salvado de las aguas".
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