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El ánima de La Yaguara (página 2)


Partes: 1, 2

ESCENA IV

EL CULTO CONTINUA HOY

PRESENTE – CURACIÓN- HILDA Y JULY SE CONVIERTEN EN DEVOTAS DEL ANIMA DE LA YAGUARA

El Anima de La Yaguara

Autora: Hilda Sorando

Versión teatral de la leyenda del mismo nombre

circunscripta al Municipio Libertador del Estado Carabobo, Venezuela

Personajes:

Maximiliano González (Anima de La Yaguara)

Carolina

Benito

Simona

Hilda

Julia

July

(LA ACCION SE DESARROLLARA EN DOS ESPACIOS ESCÉNICOS Y EN DOS TIEMPOS DISTINTOS. TIEMPO PASADO EN LA CASA DE LA SEÑORA CAROLINA, TIEMPO PRESENTE EN EL FRENTE DE LA CASA DE LA SEÑORA JULIA)

ESCENA I

La fe es lo ultimo que se pierde

(CALLE DEL BARRIO, MEDIODIA, ENCUENTRO DE DOS AMIGAS)

JULIA:

Hola amiga. ¿Para dónde va tan apurada y con esa cara tan triste?.

HILDA:

Para la casa ….. y después me devuelvo para el Hospital Central.

¡Ayyyy, me estoy muriendo de pesar!

JULIA:

¡Hábleme, dígame!. ¿Qué me le está pasando?.

HILDA:

July, mi hija, mi muchachita….. Se me enfermó. (LLORANDO).

JULIA:

(ACARICIANDO LA CABEZA DE HILDA).

¿Qué tiene la muchacha? ¿salió embarazada?

HILDA:

(ALZA LA VOZ)

¡Ojalá fuera eso, no hombre!

JULIA:

(INTRIGADA)

Y …. entonces …… ¿Qué es? ¿Qué tiene?

HILDA:

Meningitis, es meningitis.

JULIA:

(APENADA)

¡Ay mi santo Dios!, eso si que es grave.

HILDA:

Ya sabemos que se salvará, vengo de hablar con el doctor.

JULIA:

¡Qué bueno! Y si es así ¿Por qué estás tan angustiada?.

HILDA:

No sabemos si quedará bien. Los médicos dicen que si no vence la infección del cerebro, puede quedar ciega, o sorda, paralítica o boba. (SOLLOZA).

JULIA:

No te desesperes amiga mía, hay que tener fe.

HILDA:

¿Y tu crees que a mí me falta?. Lo que pasa es que tengo miedo que Dios esté muy ocupado.

JULIA:

Entonces busca quien interceda allá arriba por tu hija. Pídele con fervor al ánima de La Yaguara, es bendita y milagrosa, yo sé que te ayudará.

HILDA:

Algo he oído de ella, pero en verdad no sé su historia, yo creo que para poder invocarla tengo que conocerla.

JULIA:

No hay problema, si quieres vamos hasta su capilla, en el camino te cuento la historia. Vámonos por aquí.

ESCENA II

La última visita

(MAXIMILIANO LLEGA AL RANCHO DE CAROLINA)

MAXIMILIANO:

Buen día ¿Cómo están todos por aquí?

CAROLINA:

¡Pero Miren Quien llegó! ¿Cómo está señor Maximiliano (SONRIENDO).

Nos tenía preocupados, ¡tantos días sin pasar por aquí!

MAXIMILIANO:

Estaba curando unos enfermos, pero ahora me tocó ir hasta Tinaquillo a entregarle un recado a la gente de mi General Linares.

CAROLINA:

¿No le da miedo, andar tan solo por esos caminos?

MAXIMILIANO:

¡Qué cosas tiene usted! Yo no estoy solo, siempre me acompaña Dios.

CAROLINA:

Mire como tiene de mojada la ropa. Espérese que le voy a buscar unos pantalones de mi sobrino Benito, mientras le seco los suyos en el sol.

MAXIMILIANO:

Muchas gracias, pero no puedo, no tengo tiempo. Me están esperando y no puedo entretenerme más.

CAROLINA:

Y si se enferma, ¿Quién se lo va a agradecer?

MAXIMILIANO:

¿ Y quién le dijo a usted que yo hago las cosas para que me las agradezcan?

CAROLINA:

Amigo, no se moleste. Yo le digo eso porque me parece que se puede enfermar de fiebre o de pulmonía.

MAXIMILIANO:

Yo se lo agradezco mucho, pero eso sólo lo dispone Dios.

Bueno, ahora tengo que irme (SONRIE).

No se preocupe, pronto volverá a saber de mí.

CAROLINA:

Tenga mucho cuidado. Los demás están para los conucos, pero yo les digo que Maximiliano González pasó por aquí.

MAXIMILIANO:

Gracias amiga. Ya me voy.

CAROLINA:

Bueno, adios. No se pierda, mire que por aquí lo apreciamos mucho.

ESCENA III

Maximiliano se fue con Dios

(CASA DE CAROLINA, ENTRAN BENITO Y SIMONA, EMOCIONADOS)

BENITO:

Tía (A CAROLINA), ¿quien fue la última persona que vió a Maximiliano González Vivo?.

CAROLINA:

Ay mijito, ¿quién iba a ser?, fui yo.

Un hombre tan bueno…….

Yo le dije que se quedara pero no me hizo caso.

SIMONA:

Estaba de Dios.

Se murió en ese yaguaro.

Quedó enterito y ni los animales se atrevieron a comérselo.

BENITO:

Mucha gente no lo cree, pero fue así, lo enterramos allá mismo.

SIMONA:

(LLORANDO). Yo le debo la vida a ese señor. Cuando me pegó la viruela hace dos años, fue el único que se me acercaba y todo el tiempo me cuidó.

CAROLINA:

Deja de llorarlo , tonta, ahora es un ánima bendita.

Anda hasta el yaguaro y rézarle.

Haz lo que yo le digo a todo el mundo. Préndele sus velitas cuando tengas una tribulación.

SIMONA:

Creo que tiene razón, ¡le han hecho caso!.

Usted sabe que Don Gabriel le rogó para que la peste se alejara de sus vacas y el ánima lo favoreció.

BENITO:

Ninguna se le ha vuelto a morir.

El me contrató para hacer una capilla en su hacienda.

Mañana empiezo, cuando esté lista pasamos el cuerpo para allá.

CAROLINA:

(A BENITO)

Que bueno, quiero ir a ver dónde es. Para que después no digan que yo no fui la primera que reconoció sus milagros.

SIMONA:

Vámonos pues, yo los acompaño.

ESCENA IV

El culto continúa hoy

(FRENTE A LA CASA DE JULIA, HILDA Y JULY LLAMAN)

HILDA:

(VOZ ALTA). Amiga Julia, ¡salga rápido para que vea!

JULIA:

¿Qué alboroto es ese?. ¡Pero si eres tu Hilda!.

¿Por qué estás tan contenta? ¿ y esta muchacha ya se curó?

JULY:

Si estoy de lo mejor, vivita y muy sana.

Gracias a Dios y a Maximiliano González, el ánima de La Yaguara.

JULIA:

(A HILDA). ¿No se lo dije yo?. Si señora.

HILDA:

(SEÑALA A JULY) Vinimos para que nos acompañe a la capilla, a agradecer el favor.

JULY:

Hoy celebran misa allá porque es domingo.

Después podemos entrar en el cuartico de atrás y le encendemos estos velones y le ponemos estas flores como prueba de agradecimiento.

JULIA:

Con mucho gusto voy.

Esperen que me ponga unos zapatos (CORRE A CAMBIARSE Y REGRESA).

Ya estoy lista, podemos ir.

JULY

Entonces Vámonos hasta la capilla del ánima de La Yaguara. (SALEN LAS TRES).

 

 

 

Hilda Sorando

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