- Motivaciones subyacentes al homicidio serial
- Factores neuropsicológicos correlacionados
- Factores psicológicos correlacionados
- Conclusión
El homicidio es un comportamiento que ha estado presente a través de la evolución de la humanidad y quizá figura como un acontecimiento de importancia histórica, ya que se utiliza como un marcador de épocas; se habla de las victoriosas batallas de independencia, de la muerte de los monarcas, de los grandes genocidios en aras de una causa ideológica, etc. Incluso la tendencia actual de los noticieros es reportar el número y la forma de muertes violentas.
Ante esta realidad podríamos cuestionarnos con múltiples interrogantes… Porqué el ser humano no marca sus intervalos históricos con acontecimientos positivos? Porqué no son las experiencias dadoras de vida las que generan una noticia? Será que nuestro morboso interés se ve más atraído por lo destructivo? Será nuestro temor de identificarnos con las víctimas y con los débiles lo que nos motiva a estar curiosos por los violentos y los poderosos? Señalará esto una tendencia negativa del ser humano como depredador?
Los países desarrollados están a favor del neoliberalismo y la globalización que aumentan la miseria e incluso la violencia y se convierten en una metáfora de la constante depredación social.
Nos seguimos comportando de maneras tan primitivas como las comunidades tribales, en las cuales el homicidio también estaba presente como una conducta primaria, primitiva, que requiere de la intervención del control social formal y especialmente de las ciencias del comportamiento cuando se descubre que son las motivaciones psicológicas las que subyacen una conducta tan peligrosa, repetitiva y compleja.
Al referirnos al homicida serial hacemos alusión a la definición de Homes y Deburger (1988) citados por Egger (1999) persona que mata reiteradamente y logra cometer más de 3 muertes, generalmente opera individualmente, cada vez que lo hace mata a una sola persona, que no suele tener algún vínculo con la víctima, que carece de móviles claros y que lo hace en diversos momentos, pasando por pausas o intervalos de "enfriamiento". Actúan como depredadores, acechan, se acercan y matan.
También existen mujeres asesinas seriales, pero son desestimadas por el sistema judicial, tal vez porque ellas no utilizan métodos violentos, sino letales como el envenenamiento o porque no tienen estadísticas de víctimas tan altas como los hombres homicidas. En todo caso acá también se hará referencia a los hombres, ya que sobre ellos existe una mayor documentación.
En los homicidas seriales en su proceso de "caza" de víctimas según Joel Norris(sf) se pueden diferenciar varias fases entre las que se encuentran las siguientes:
Áurea: fase de aislamiento social e inclusión hacia el mundo de fantasías de muerte y destrucción. En sus fantasías ellos crean otra realidad, una en la cual tienen el control total y no se sienten amenazados, sino dominantes. La fantasía por si sola puede satisfacerlos momentáneamente, pero también puede ser insuficiente e impulsarlos imperiosamente a matar.
Pesca: fase para elegir y frecuentar sitios adecuados para encontrar a su víctima
Seducción: el cazador humano en esta etapa puede actuar con violencia directa e inmovilizar a sus víctimas o también puede experimentar un placer especial por atraer a sus víctimas y burlar su autoprotección. Esto último lo realizan los más experimentados y versátiles.
Captura: Periodo en el cual "cierran la trampa" y disfrutan de las reacciones de terror a las víctimas, utilizan medios físicos o psicológicos para inmovilizarlas.
Asesinato: momento el que los asesinos seriales aniquilan, utilizando su modo de operación en particular, su estilo personal, durante el homicidio experimentan clímax.
Fetichista: El homicida guarda un fetiche que le permita recordar su hazaña, revivir la escena. Recauda un trofeo que le permite prolongar la experiencia.
Depresivo: Crisis post homicidio que puede llevarlos incluso a tener ideas suicidas, aunque pocos de ellos consuman su propia muerte.
Independiente de estas fases descriptivas, todos los casos de homicidio obtienen un resultado similar, eliminan una víctima inocente y así se involucran en una conducta típica, antijurídica, culpable y punible, por lo que siempre tendrán la atención y la intervención de profesionales del derecho, la criminología y la policía judicial.
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