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La idea de totalidad en Kant como fundamento del progreso cognoscitivo

Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Los dos dominios kantianos de la idea de totalidad
    3. El mundo primer dominio de la idea de totalidad
    4. La naturaleza. Segundo dominio de la idea de totalidad. Necesidad y libertad
    5. Moralidad y finalidad
    6. Notas
    7. Lista de Referencias

    Resumen

    Partiendo de la consideración de que el progreso del conocimiento sólo es posible mediante su articulación sistemática en la forma de un todo, en este artículo se consideran las condiciones exigidas para lograr la constitución de las dos ideas de todo presentes en la obra de Kant: la idea de totalidad matemática y la idea de totalidad dinámica. Se examinan también los problemas que plantean ambas formas de totalidad.

    Palabras clave: Conocimiento, progreso, totalidad, idea, matemática, dinámica.

    The Idea of Totality in Kant as a Basis for Cognoscitive Progress

    Abstract

    Taking as a point of departure the view that progress in knowledge is possible only by means of its systematic articulation in the form of a whole, this paper considers the conditions required to achieve the constitution of the two ideas of a whole present in Kant’s works: the idea of a mathematic whole and the idea of a dynamical whole. The problems posed by both forms of totality are also examined.

    Key words: Knowledge, progress, totality, idea, mamemathics, dynamics.

    Recibido: 19-09-2004 · Aceptado: 29-11-2004

    Introducción

    Considerar hoy la idea de totalidad cuando ya todo el pensamiento post-moderno, siguiendo las ideas de Adorno, se ha erigido en su crítico, puede parecer algo extraño e incluso fuera de lugar. Y, sin embargo, creo que es cuando más falta hace considerarla en tanto que en las ciencias se muestra que su conceptuación es absolutamente necesaria dado que es la forma en que se producen sus resultados positivos. Lo dicho encuentra corroboración en las afirmaciones de G. Bueno de que la idea de todo es imprescindible a la hora de realizar un análisis gnoseológico, dado que esta idea:

    "…está presente, casi de modo ubicuo y, además, esencial (no meramente ocasional u oblicuo) en las más diversas ciencias y no hay una sola ciencia que no lleve embebidas, en sus procedimientos, las ideas holóticas" (Bueno, 1993-2: 129).

    Este autor explora la producción de las construcciones holóticas en diversas ciencias, mostrando sin ningún género de duda su importancia e interés.

    Por otra parte la negativa postmoderna a aceptar la idea de todo no pasa de ser una postura meramente especulativa, ya que en el ejercicio se muestra que se está contando con ella. Un ejemplo claro puede encontrarse en la consideración de la organización social vista desde la idea de diferencia que realiza I. Young (1), quien claramente considera la sociedad como una totalidad atributiva, siguiendo la terminología de G. Bueno.

    Pero en este artículo no vamos a seguir las consideraciones que este autor hace de la idea de totalidad, aunque las usamos como marco para entender el problema, sino a seguir el planteamiento kantiano ante todo por el interés que ofrece al entender que esta idea nos proporciona los términos necesarios para lograr un contexto de descubrimiento que haga posible el avance del conocimiento. Kant entendió que ésta era propiamente la tarea de la razón.

    1. Los dos dominios kantianos de la idea de totalidad

    Kant supuso que toda idea podía ser pensada como totalidad, y que los dos términos relativamente a los que esto es posible son: Mundo y Naturaleza. Ambos nos proporcionan las dos direcciones en que puede pensarse de forma transcendental, y no transcendente, una idea: como totalidad matemática y como totalidad dinámica. Esta última exige considerar el problema de práctico y el de la finalidad.

    La forma en que Kant entendió estos términos es la siguiente: Mundo significa el todo matemático de los fenómenos. Naturaleza significa el todo dinámico de los fenómenos (Cfr. Kant, (1956), A-418, B-446: 390).

    Por tanto, vamos a considerar que la idea de todo tiene dos dominios y que, por ello, toda idea se puede hallar determinada según dos direcciones matemática y dinámica.

    La forma de conocimiento de los dos dominios es el discursivo, pues sus objetos no son representados en la intuición, sino en el discurso mismo. El conocimiento discursivo pretende mostrar la relación entre la idea y sus condiciones que puede permitir dar cuenta del ámbito de ejercicio de nuestra razón y de la imposibilidad de pensar la idea como subsistente.

    El dominio matemático vamos a considerarlo someramente, pero vamos a hacer hincapié en el dominio dinámico, que es el que requiere la consideración del problema práctico y de la finalidad.

    Partes: 1, 2
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