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La economía de enclave en la Costa Atlántica de Nicaragua


Partes: 1, 2

    1. ¿Qué es un enclave?
    2. Relaciones de alianza y hegemonía
    3. El enclave como poder económico y político
    4. Control territorial
    5. Manejo de la fuerza de trabajo
    6. Los salarios
    7. Los comisariatos
    8. El legado de la economía de enclave
    9. El enclave bananero en el municipio de Puerto Cabezas
    10. Aspectos Tecnológicos del Enclave Bananero
    11. Bibliografía

    Imágenes CIDCA (Wani-5)

    En este artículo presentamos al lector de WANI algunos de los aspectos de la economía de enclave en la Costa, de acuerdo a la documentación existente en CIDCA, y a los resultados preliminares de estudios que están realizando algunos de sus investigadores.

    Es frecuente hablar de la economía de la Costa Atlántica en términos de un "enclave" que empezó a desarrollarse a fines del siglo pasado, alcanzó su época de mayor auge en la década de 1920, y comenzó a declinar en la década de 1930.

    Otras veces se habla de "los enclaves" de la Costa Atlántica, aludiendo a las empresas extranjeras que se radicaron ahí, en diferentes momentos de su historia, para explotar, sus recursos naturales.

    En todos los casos, la expresión hace referencia, mas o menos explicita, a la presencia de grandes capitales extranjeros que alcanzaron un control económico y político de la saciedad costeña y del conjunto del país, depredaron sus recursos naturales, transfiriendo hacia el exterior ganancias cuantiosas, y modelaron de manera muy fuerte las vidas de los pobladores de la región.

    ¿Qué es un enclave?

    Cuando se habla de un enclave económico se hace referencia a la presencia de capital monopolista en un ambiente económico y social mucho menos desarrollado (generalmente una economía mercantil simple o un capitalismo aun en su etapa concurrencias.). La noción de enclave se refiere a un desnivel o desbalance entre la potencia económica de la o las empresas monopolistas, y el resto de la economía nacional o regional donde operan; es una imagen de contraste, de fuerte desigualdad entre una y otra forma de organización económica.

    El carácter desigual y combinado del desarrollo capitalista en escala internacional, explica porque la mayoría de los enclaves que se desarrollan en el Tercer Mundo son extranjeros. El mayor desarrollo capitalista de los países centrales determina que el capital debe exportarse a la periferia menos desarrollada para continuar el proceso de acumulación. Es natural entonces que el capital monopolista que aparece en la periferia, sea naturaleza extranjera. Por eso esa identificación entre enclave y capital extranjero. Pero el factor determinante del conjunto de relaciones típicas de la economía, en su carácter de capital monopolista. Es este carácter de capital monopolista el que explica que se trate de capital extranjero la gran mayoría de las veces.

    El elemento central de una economía de enclave es, entonces, en primer lugar, ese contraste entre un empresa o actividad altamente desarrollada, capital monopolista, y el resto de la economía. Ahora bien: el hecho, de tratarse de una modalidad asumida por el capital monopolista, indica que la economía de enclave es un rasgo de la etapa imperialista del desarrollo del capitalismo es decir, de la época del desarrollo del capital monopolista en escala internacional. Por su lado, el ser la mayoría de las veces capital extranjero, permite al enclave consolidar sus relaciones de explotación sobre la sociedad local. La historia del Tercer Mundo, y sobre todo de América Central y el Caribe, esta llena de ejemplos de invasiones armadas norteamericanas para garantizar el derecho de libre explotación de los recursos naturales, la fuerza de trabajo, y las finanzas, de los países de la región, por empresas extranjeras.

    En segundo lugar, el concepto de enclave se refiere a una actividad encapsulada, cerrada sobre sí misma o, en todo caso, que tiene relaciones más fuertes y significativas hacia el exterior, que hacia la sociedad en la cual está situada. El carácter generalmente extranjero del enclave abona esta situación. Las empresas extranjeras en una economía de enclave se caracterizan por un elevadísimo coeficiente de importaciones. Prácticamente todo el equipo, las maquinarias, los repuestos, los insumos necesarios para el funcionamiento de las compañías, es importado desde el país de donde proviene la empresa. Lo mismo ocurre con el personal directivo, con los técnicos y los operarios calificados. Solamente el personal de campo es local: se trata principalmente de fuerza de trabajo no calificada. Pero en algunos casos extremos, también la fuerza de trabajo no calificada es importada.

    Es, pro ejemplo, la situación de los enclaves azucareros de capital norteamericano en Republica Dominicana, que importaban cortadores de caña de Haití.

    Las empresas extranjeras en una economía de enclave carecen, por lo tanto, de vinculaciones significativas con la economía local. No hay un proceso de difusión tecnológica, ni de entrenamiento de la mano de obra nativa. Tampoco hay una articulación con actividades complementarias locales. Se trata de actividades eminentemente extractivas que mantienen sus eslabonamientos fundamentales con las economías metropolitanas.

    Cuando la empresa se va, literalmente deja un hoyo vació: recursos naturales agotados, economías locales saqueadas, imposibilidad de los recursos humanos locales de continuar la actividad.

    Relaciones de alianza y hegemonía

    El primer elemento que destaca en una economía de enclave es la relación de alianza y hegemonía que se establece entre las compañías extranjeras y los grupos locales de poder. La debilidad económica de estos grupos generalmente, pequeñas burguesías locales, oligarquías tradicionales, y similares plantea obstáculos a su constitución como clase dominante nacional, dado que son mas o menos iguales en términos de poder. Para imponerse sobre las demás, cada una de ellos se encuentra obligado a alcanzar el apoyo de una fuerza externa y, a partir de ahí, transformar su primacía local en dominación política.

    El atraso general de la sociedad que les sirve de soporte mantuvo la fisonomía de estos grupos y sus contradicciones reciprocas enclaustradas en el marco de las pujas administrativas, familiares y localistas. Carentes de una base propia relevante en la esfera de la producción, sin peso en el mercado internacional, su posibilidad de establecer un sistema estable e integrado de dominación dependía de factores políticos-institucionales más que económicos propiamente tales. Fueron clases dominantes en la medida en que pudieron controlar el estado: clases políticas antes que clases económicas. Su gravitación emanaba de su apropiación de los aparatos de dominación política y de sus relaciones de subordinación al enclave, más que de su apropiación de medios de producción y de la organización de los factores productivos.

    El control de los aparatos del estado significo para estos grupos locales, en primer lugar, la posibilidad de erigirse en clase política "nacional" frente a la competencia de otros grupos, familias, regiones, ciudades. Y, a partir de ahí, en la disposición de las condiciones para proyectar esa dominación política al terreno de la economía. Esta dominación de grupos sociales que para alcanzar primacía en la economía deben primero controlar el poder político es decir, a la inversa de lo que fue el desarrollo histórico de la burguesía explica el carácter intenso y violento de las luchas por el control directo y excluyente de los aparatos del estado.

    Se desarrolla entonces una verdadera competencia entre esos grupos locales para otorgar ventajas y privilegios a las empresas extranjeras; una competencia que generalmente abarca a todas las fuerzas políticas en las cuales estos grupos se expresan, independientemente se sus contradicciones en el terreno de la lucha por el poder local o, mejor dicho, a causa de esa competencia por el acceso al poder local. Con frecuencia las pujas por el poder se expresaron como una carrera por ver cual de los competidores ofrecía mayores concesiones privilegios más amplios al enclave competencia obviamente azuzada por los inversores foráneos.

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