- Creo en Jesucristo, hijo único de Dios
- Los misterios de la vida de Cristo
- Jesús e Israel
- Jesús murió crucificado
- Jesucristo fue sepultado
- Conclusión
CAPÍTULO SEGUNDOCreo en Jesucristo, hijo único de Dios
La Buena Nueva: Dios ha enviado a su Hijo
"Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva". Movidos por la gracia del Espíritu Santo y atraídos por el Padre nosotros creemos y confesamos a propósito de Jesús: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16).
"Anunciar… la inescrutable riqueza de Cristo"
La transmisión de la fe cristiana es ante todo el anuncio de Jesucristo para llevar a la fe en el. "Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo."
En el centro de la catequesis: Cristo
"En el centro de la catequesis encontramos esencialmente una Persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre, que ha sufrido y ha muerto por nosotros y que ahora, resucitado, vive para siempre con nosotros…. El fin de la catequesis es conducir a la comunión con Jesucristo. El que está llamado a "enseñar a Cristo" debe por tanto, ante todo, buscar esta "ganancia sublime que es el conocimiento de Cristo"; es necesario "aceptar perder todas las cosas… para ganar a Cristo, y ser hallado en él". De este conocimiento amoroso de Cristo es de donde brota el deseo de anunciarlo, de "evangelizar", y de llevar a otros al "sí" de la fe en Jesucristo.
Artículo 2
"Y EN JESUCRISTO, SU UNICO HIJO, NUESTRO SEÑOR"
I Jesús
Jesús quiere decir en hebreo: "Dios salva. El nombre de Jesús significa que el Nombre mismo de Dios está presente en la persona de su Hijo hecho hombre para la redención universal y definitiva de los pecados. La Resurrección de Jesús glorifica el nombre de Dios porque de ahora en adelante, el Nombre de Jesús es el que manifiesta en plenitud el poder soberano del "Nombre que está sobre todo nombre"
II Cristo
Cristo viene de la traducción griega del término hebreo "Mesías" que quiere decir "ungido". Él cumple perfectamente la misión divina que esa palabra significa. El Mesías debía ser ungido por el Espíritu del Señor a la vez como rey y sacerdote pero también como profeta. Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey.
Desde el principio él es "a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo"concebido como "santo" en el seno virginal de María. La consagración mesiánica de Jesús manifiesta su misión divina. El que ha ungido, es el Padre. El que ha sido ungido, es el Hijo, y lo ha sido en el Espíritu que es la Unción". Su eterna consagración mesiánica fue revelada en el tiempo de su vida terrena en el momento de su bautismo por Juan. Reveló el auténtico contenido de su realeza mesiánica en la identidad transcendente del Hijo del Hombre "que ha bajado del cielo" a la vez que en su misión redentora como Siervo sufriente: "el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos". Por esta razón el verdadero sentido de su realeza no se ha manifestado más que desde lo alto de la Cruz
III Hijo único de Dios
Cristo, el Hijo de Dios vivo. El se designó como el "Hijo" que conoce al Padre Distinguió su filiación de la de sus discípulos, no diciendo jamás "nuestro Padre" salvo para ordenarles "vosotros, pues, orad así: Padre Nuestro" y subrayó esta distinción: "Mi Padre y vuestro Padre". Después de su Resurrección, su filiación divina aparece en el poder de su humanidad glorificada: "Constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su Resurrección de entre los muertos"
IV Señor
Señor nombre más habitual para designar la divinidad misma del Dios de Israel; Atribuyendo a Jesús el título divino de Señor, el poder, el honor y la gloria debidos a Dios Padre convienen también a Jesús porque el es de "condición divina" y el Padre manifestó esta soberanía de Jesús resucitándolo de entre los muertos y exaltándolo a su gloria. Desde el comienzo de la historia cristiana, la afirmación del señorío de Jesús sobre el mundo y sobre la historia significa también reconocer que el hombre no debe someter su libertad personal, de modo absoluto, a ningún poder terrenal sino sólo a Dios Padre y al Señor Jesucristo:
Artículo 3
"JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIADEL ESPÍRITU SANTO Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN"
Párrafo 1EL HIJO DE DIOS SE HIZO HOMBRE
I Porque el Verbo se hizo carne
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