- ¿Quién fue María Magdalena?
- María Magdalena en el Nuevo Testamento. Identificación con otros personajes
- María Magdalena en los Evangelios apócrifos
- Leyendas posteriores. La tradición del huevo de Pascua
- Veneración de María Magdalena
- María Magdalena según la Iglesia Católica
- La Magdalena: "El ultimo tabú del cristianismo". Entrevista por la BBC, al autor Juan Arias
- Teorías recientes acerca de María Magdalena
- María Magdalena: la supuesta esposa de Jesús
- María Magdalena, ¿pecadora?
- Falsa prostituta
- María Magdalena: ¿Autora del Cuarto Evangelio?
- Su tesis
- La evidencia externa. Investigando explicaciones posibles
- La evidencia interna
- Inconsistencias estructurales en el Cuarto Evangelio
- Evidencia corroborante adicional
- Comentarios concluyentes
- Justicia veinte siglos después
- El último escondite de María Magdalena
- María Magdalena la pionera
- María Magdalena y Simón, el Fariseo
- Evangelio de María Magdalena
- Epílogo
- Bibliografía
INTRODUCCIÓN
La verdad sobre María Magdalena sale a la luz después de dos mil años de silencio y ocultación. De prostituta ha pasado a ser princesa, la discípula más destacada, la elegida por Jesús para transmitir su mensaje. Nos encontraríamos ante la verdadera fundadora del cristianismo, uno de los secretos mejor guardados de la Iglesia Católica. La fuerza de lo femenino se abre paso. La justicia no ha hecho más que empezar.
María Magdalena es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazareth. Es considerada santa por la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del cristianismo. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: María de Magdala, localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades. Hay quien pone en duda su existencia histórica, aunque autores ateos o agnósticos expertos en el "Jesús histórico" no dudan de su historicidad.
Tiberíades está situada en la orilla occidental del lago del mismo nombre y es conocida por ser uno de los santos lugares del judaísmo. En el año 70 d.C., eruditos judíos se asentaron en Tiberíades y contribuyeron a la escritura del Talmud palestino, una recopilación de comentarios sobre la ley. La ciudad y la población judía comenzaron a decrecer hacia el siglo XII. La ciudad moderna ha atraído a la mayoría de los inmigrantes judíos. Aquí aparecen tumbas judías ubicadas a lo largo de la orilla.
Ahora bien, se discute si debe identificarse con la hermana de Lázaro y Marta, también llamada María y residente en Betania, aunque nunca se le llama "María de Betania". De la lectura de los evangelios de Juan y Lucas, en los que aparecen ambas, da la sensación de ser mujeres diferentes, aunque llama la atención que en el Evangelio de Juan María de Betania tiene un papel importante y, en los momentos claves de la crucifixión y resurrección, desaparece, y en cambio, aparece de repente María Magdalena, siendo la primera testigo de la resurrección de Jesús.
¿QUIÉN FUE MARÍA MAGDALENA?
Los datos que nos ofrecen los evangelios son escuetos. Lucas nos informa que entre las mujeres que seguían a Jesús y le asistían con sus bienes estaba María Magdalena, es decir, una mujer llamada María, que era oriunda de Migdal Nunayah, en griego Tariquea, una pequeña población junto al lago de Galilea, a 5,5 km al norte de Tiberias. De ella Jesús había expulsado siete demonios, que es lo mismo que decir "todos los demonios". La expresión puede entenderse como una posesión diabólica, pero también como una enfermedad del cuerpo o del espíritu.
Los evangelios sinópticos la mencionan como la primera de un grupo de mujeres que contemplaron de lejos la crucifixión de Jesús y que se quedaron sentadas frente al sepulcro mientras sepultaban a Jesús. Señalan que en la madrugada del día después del sábado María Magdalena y otras mujeres volvieron al sepulcro a ungir el cuerpo con los aromas que habían comprado; entonces un ángel les comunica que Jesús ha resucitado y les encarga ir a comunicarlo a los discípulos.
Juan presenta los mismos datos con pequeñas variantes. María Magdalena está junto a la Virgen María al pie de la cruz. Después del sábado, cuando todavía era de noche se acerca al sepulcro, ve la losa quitada y avisa a Pedro, pensando que alguien había robado el cuerpo de Jesús. De vuelta al sepulcro se queda llorando y se encuentra con Jesús resucitado, quien le encarga anunciar a los discípulos su vuelta al Padre. Esa es su gloria. Por eso, la tradición de la Iglesia la ha llamado en Oriente "isapóstolos" (igual que un apóstol) y en Occidente "apostola apostolorum" (apóstol de apóstoles). En Oriente hay una tradición que dice que fue enterrada en Éfeso y que sus reliquias fueron llevadas a Constantinopla en el siglo IX.
María Magdalena ha sido identificada a menudo con otras mujeres que aparecen en los evangelios. A partir de los siglos VI y VII, en la Iglesia Latina se tendió a identificar a María Magdalena con la mujer pecadora que, en Galilea, en casa de Simón el fariseo, ungió los pies de Jesús con sus lágrimas.
Por otra parte, algunos Padres y escritores eclesiásticos, armonizando los evangelios, habían identificado ya a esta mujer pecadora con María, la hermana de Lázaro, que, en Betania, unge con un perfume la cabeza de Jesús. Como consecuencia, debido en buena parte a San Gregorio Magno, en Occidente se extendió la idea de que las tres mujeres eran la misma persona. Sin embargo, los datos evangélicos no sugieren que haya que identificar a María Magdalena con María, la que le unge a Jesús en Betania, pues parece que ésta es la hermana de Lázaro. Tampoco permiten deducir que sea la misma que la pecadora que según Lucas ungió a Jesús, aunque la identificación es comprensible por el hecho de que San Lucas, inmediatamente después del relato en que Jesús perdona a esta mujer, señala que le asistían algunas mujeres, entre ellas María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios.
Además, Jesús alaba el amor de la mujer pecadora: "Le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho" (Lc 7,47) y también se descubre un gran amor en el encuentro de María con Jesús después de la resurrección. En todo caso, aun cuando se tratara de la misma mujer, su pasado pecador no es un desdoro. Pedro fue infiel a Jesús y Pablo un perseguidor de los cristianos. Su grandeza no está en su impecabilidad sino en su amor.
Por su papel de relieve en el evangelio fue una figura que recibió especial atención en algunos grupos marginales de la primitiva Iglesia. Son fundamentalmente sectas gnósticas, cuyos escritos recogen revelaciones secretas de Jesús después de la resurrección y recurren a la figura de María para trasmitir sus ideas. Son relatos que no tienen fundamento histórico (a mi parecer, todavía los teólogos de la Universidad de Navarra, no se dan cuenta que todo los evangelios carecen de fundamento histórico, empezando de quienes lo escribieron). Padres de la Iglesia, escritores eclesiásticos y otras obras destacan el papel de María como discípula del Señor y proclamadora del Evangelio. A partir del siglo X surgieron narraciones ficticias que ensalzaban su persona y que se difundieron sobre todo por Francia. Allí nace la leyenda que no tiene ningún fundamento histórico (nos preguntamos que fundamento histórico buscan, para encontrar la verdad) de que la Magdalena, Lázaro y algunos más, cuando se inició la persecución contra los cristianos, fueron de Jerusalén a Marsella y evangelizaron la Provenza. Conforme a esta leyenda, María murió en Aix-en- Provence o Saint Maximin y sus reliquias fueron llevadas a Vézelay.
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