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La construcción del paisaje y las ciudades mesoamericanas (Landscape construction and the Mesoamerican cities)

Partes: 1, 2

    1. Los altepeme y la construccion de su paisaje
    2. Los altepeme y alteraciones al paisaje en el siglo XVI
    3. Conclusiones
    4. Notas
    5. Bibliografia

    Resumen: La construcción del espacio urbano en Mesoamérica estaba muy próxima a la prolongada interrelación de seres humanos con ciertos elementos del relieve y, al mismo tiempo, era consecuencia de los ajustes bioculturales que surgían de dicha interrelación. El espacio urbano mesoamericano se caracterizó por su integración y amplia extensión sobre el paisaje seleccionado para asentarse, aquel concebido como el más adecuado para la fundación de una ciudad. En él, la conjunción montaña-agua fue primordial.

    Palabras clave: Mesoamérica, espacio urbano, paisaje,

    Abstract: The construction of the urban space in Mesoamerica, was very close to the long lasting relationship of human beings with certain elements of the relief and at the same time, was consequence of the biocultural arrangements that came out from such relationship. The Mesoamerican urban space was characterized by its integration and wide expansion over the selected landscape, the one conceived as most suitable for the founding of a city. In it, the conjunction mountain-water was essential.

    Key Words: Mesoamerica, urban space, landscape

    Introducción

    El término utilizado para hablar del espacio urbano mesoamericano en este trabajo, es altepetl, que de la lengua náhuatl o mexicana, se traduce como poblado, ciudad, estado, rey o soberano (Simeon, 1991:21) pero cuyas raíces son agua (atl) y montaña (tepetl). Lo que vincula directamente a la idea de urbanidad con lugares elevados, sinuosos y fértiles. Siendo estos los espacios privilegiados, en los que era posible recrear el ideal de civilización mesoamericano. Los otros grupos culturales de Mesoamérica, asimismo, definieron a sus poblaciones principales con nociones próximas a montaña-agua (Fernández-Christlieb y García-Zambrano, en prensa).

    La definición de una gran unidad biocultural, consecuencia de la prolongada permanencia de ciertos grupos humanos en sitios que guardan, en una larguísima duración, características bioclimáticas similares. Se tradujo en Mesoamérica, en la consideración de los espacios civilizados, como aquellos abruptos y fértiles y los espacios bárbaros, como aquellos llanos y secos. Esta dicotomía idealizada, dibuja los límites culturales de Mesoamérica, siempre móviles, por la banda del norte. Mismo rumbo de donde procedieron los aportes culturales más significativos, para la Mesoamérica posterior al período clásico1. Por lo anterior se puede apreciar como geología y clima, dos elementos físicos de la realidad, se vinculan directamente a la construcción cultural de una sociedad.

    En este texto, se reconoce la evolución en la identificación de ciertos paisajes con los requerimientos para dar lugar a la creación del medio urbano y se utiliza como ejemplo, el de la cuenca de México. Misma, que al haber albergado cinco extensos y someros cuerpos lacustres, fue uno de los grandes núcleos culturales de Mesoamérica: el devenir y alcances políticos y económicos de las unidades políticas que contuvo, se pueden asociar a la selección del sitio en que se fundo el centro político y religioso de cada una de ellas.

    Elección en la que también se sopesaba las posibilidades de acceder a otros pisos ambientales. El caso de México-Tenochtitlan, capital mexica2, al localizarse en el medio de uno de los mencionados lagos rompió en parte con el esquema de selección de un sitio, pero le brindó insuperables ventajas económicas, que explican en buena medida su auge. A pesar de ello, como se verá más adelante, no dejo de buscar los referentes en el paisaje que hiciesen plausible la justificación de su emplazamiento.

    Tres son las abstracciones del paisaje utilizadas a lo largo de estas páginas; rinconada, olla u hoya y amajac. Aunque, al profundizar en el estudio de geoformas y simbolismo en Mesoamérica se pueden encontrar varias más (ver a García-Zambrano y Bernal- García en Fernández-Christlieb y García-Zambrano, en prensa), así como matices y entrecruzamientos entre las mismas, en estas páginas sólo se utilizarán las tres que a continuación se desglosan. La rinconada es mencionada, bajo este término por varias fuentes del siglo XVI, y se refiere a un sitio rodeado de montañas por tres de sus costados. El cual a su vez, puede ser entendido como una gran olla o receptáculo, donde las aguas son retenidas. Es, asimismo, de orden hidrográfico, la última de las abstracciones propuestas, el amajac o entrepierna en náhuatl, se refiere al punto de unión de dos cauces y se le denomina entrepierna como alegoría al parto, a la eterna fertilidad, que se deduce del nacimiento de una criatura.

    En una segunda parte, se incluye el tratamiento del siglo XVI, en tanto se sigue considerando al espacio urbano anterior al despoblamiento casi total, como una entidad primordialmente indígena, en la que los elementos europeos son adecuados al ideal urbano del altepetl. El cual, eventualmente, se convertirá en un "pueblo de indios" o en un simple barrio adosado a la traza española de una ciudad, una vez que la postración demográfica y biocultural sean casi absolutas, como consecuencia de las transformaciones socio-ambientales habidas durante los primeros cien años de dominio español.

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