Después de cerrar la puerta, Atsuko corrió y corrió, ya parecía un relámpago de lo rápido que iba. Metro a metro se acercaba a su destino, lástima que al llegar ya había tocado la campana, por lo que Atsuko tuvo que apresurar su paso. Casi que no llega, pero su energía la hizo más rápida logrando llegar en el último segundo. Su respiración era apresurada, tenía los hombros caídos y gotas de sudor resbalaban desde su frente.
Atsuko abrió la puerta de su aula de clases y observó a todos sus compañeros, algunos conversaban y reían, otros aún estaban medio dormidos y otros realizaban otras actividades, luego, ella miró por todos lados intentando encontrar a su Maestro.
-¡Qué bien! ¡Hurra! el Maestro aún no ha llegado, de seguro se le pegaron las cobijas je, je o se quedó atascado en su cama, pues con tremenda panza y un traserote que más parece montaña de lo enorme, quien no… ja, ja, ja- Musitó Atsuko mientras se reía
-¿quién tiene una tremenda panza y una montaña de trasero, niña Takahashi?- Expresó el Maestro muy enojado y con los brazos en las caderas
Atsuko sintió un frio helado recorrer cada una de recónditas partes de su cuerpo y dando un brinco, se dio media vuelta y Dijo
-Un gustazo verlo agradable Maestro, eh…en esa pose se lo ve muy bien je, je-
-¡Ay!, sólo ve a tu ASIENTO- Gritó a Atsuko quien se apretó fuertemente los oídos por el tremendo alarido del Maestro.
-sí señor, como usted ordene- Expresó Atsuko poniendo sus dedos juntos a un lado de su frente como si fuese un soldado y se sentó velozmente en su asiento.
El Maestro caminó al centro del aula y se dirigió ante sus alumnos y llamó su atención.
-Buenos días alumnos… el día de hoy culminan las clases escolares, así, sólo se dedicaran a mejorar sus habilidades, su fuerza, sus técnicas, etc., puesto que, al recibir ambas su tiempo no era el suficiente como para realizarlas con bastante concentración y precisión….-
"Mmp aún así no tendré tiempo para entrenar como se debe" Suspiraba Atsuko cruzando sus brazos que estaban apoyados a la mesa y colocando su cabeza en medio de ellos.
-…Sin embargo, en esta hermosa mañana les terminaremos la clase que quedó inconclusa, la clase de leyendas de Japón…-
"¡Ay no!, ya basta con el sueño que tengo como para quedar más que dormida con esta clase…Aaaay… ¿por qué justamente hoy?, uff bueno pues, no me quedará de otra que mantenerme despierta lo más que pueda" Se lamentaba Atsuko y sin más ni menos, intentó atender a la clase. Aunque al principio ésta estaba aburrida, algo despertó el interés en ella.
-…Les narraré una de las leyendas más destacadas de todos los tiempos, que pocas personas tienen el privilegio de escuchar y que aún es secreta para tantas otras, la cual se titula la leyenda del Dios del tiempo…-
Todos los alumnos prestaron mucha atención al relato del maestro, pues les resultaba bastante interesante.
-… Hace muchos pero muchos siglos, existían 12 Dioses que tenían ciertas preferencias por proteger lugares en específico. Uno de ellos era el Dios del Tiempo, quien tenía la habilidad de manipular el tiempo a su antojo y como él quisiera, este dios se llamaba Hayate y protegía con gran esmero a Yokohama producto de ello ahora es uno de los más importantes puertos de todo Japón.
La descripción del aspecto físico de Hayate no se puede explicar porque la mayoría de los dioses toman una figura humana para tener una mejor comunicación con nosotros, pero se afirma que el aspecto humano que poseía era un colosal adonis.
Como algunos sabrán, antiguamente existían muchos clanes los cuales eran enormes y estaban formados por muchos miembros que incluso llegaban a ser un número tan grande que dentro del clan habían más clanes y éstos ocupaban un territorio que en este caso era Yokohama. Todos eran muy unidos, organizados y formaban grupos de ataque y defesa para cuando se produjera una guerra o cuando fuese necesario.
En uno de estos clanes vivía una mujer muy hermosa, de cabellos largos con puntas gruesas, ojos cafés, de espíritu alegre y soñador, ella se llamaba Yoko que significa Niña del sol o Niña Positiva. Su belleza cautivaba a todos los hombres de su clan, quienes siempre estaban detrás de ella e intentaban cautivar su corazón y ser dueños de él por siempre; sin embargo, ella no les prestaba mayor atención.
Hayate el dios del tiempo se había encariñado mucho con Yoko. Al principio eran amigos y todo era perfecto, Hayate ayudaba y contribuía con el progreso del clan mejorando el material que ellos poseían para pescar, aumentando sus implementos para que se produzca más trabajo y más alimento. Se entregó por completo a Yokohama, le dio todo lo que estaba a su alance, todo lo que le pedían él se los concedía. El progreso de Yokohama era enorme y todo marchaba muy bien. Dentro de más lapso pasaba, más estaban juntos Hayate y Yoko, se veían todos los días y permanecían juntos todo el tiempo hasta que el sol se ocultara y Yoko regresara a su clan, puesto que, sus encuentros eran secretos temían que la gente pensara mal y los separara a costa de ello.
Sin darse cuenta Hayate y Yoko se habían enamorado, tal vez se pregunten ¿cómo pueden enamorarse un Dios y una humana? Pues en los tiempos antiguos era algo normal y frecuente así que no les sorprenda que desciendan de dioses, ja, ja…- Relató el maestro y se carcajeó tan fuerte que los alumnos se rieron con él por la gracia que les daba su risa más no por lo que haya dicho les resultaba gracioso.
El maestro prosiguió -… Es muy importante recalcar que, las relaciones amorosas entre dioses y humanos no estaban tan respaldadas por los dioses, pues era algo inusual y reciente en el tiempo en el que trascurre esta leyenda.
El amor que se tenían los dos era tan puro y sincero, Yoko ya no era la misma, estaba más risueña, más lúcida, era una mejor mujer de lo que ya era.
El clan empezó a sospechar que algo extraño sucedía entre ellos, los murmullos no cesaban, todos comentaban sus hipótesis al respecto de lo pensaban de su relación. Algunos cavilaban que Hayate y Yoko planeaban algo en contra de su pueblo, otros, que ellos ya tenían acuerdos con clanes enemigos y que en cualquier momento los atacarían; y, unos tantos estaban en lo correcto, pues era su pensar que ellos estaban enamorados y que querían estar juntos.
Ellos decidieron enfrentar su situación por lo que Yoko, al no ser comprendida, no tuvo más remedio que huir con Hayate y hacer una nueva vida con él. Hayate y Yoko pasaron por muchas dificultades y problemas, pero estaban juntos y fruto de su amor nació un varón a quien llamaron Jo que significa Dios aumentará.
Habían pasado muchos años y el Dios del Tiempo miraba a su mujer envejecer, lo cual le disgustaba. Él quería verla igual que siempre pero el envejecer es algo que todo ser vivo tiene que pasar, eso es algo que todos saben perfectamente; sin embargo, Hayate no aceptó que esto sucediera, así que, después de pensar por largo lapso, tuvo una gran idea.
Hayate creó una esfera que era capaz de atrasar el procedimiento de envejecimiento haciendo que éste se alargara. Lo que una persona envejece en un año lo haría en siete años. A éste novedoso invento lo nombró la esfera Yoko en honor a la mujer que amaba y por quien lo había hecho. Hayate colocó a esta esfera en la montaña más alta de Japón: Fuji Yama, dónde la esfera emitía su energía a todo Japón e incluso algunos mencionan que llegaba a todo el mundo.
Aunque todo parecía estar maravilloso, los dioses se enteraron de este acto que ni siquiera fue mencionado por parte del Dios del Tiempo. Ellos se pusieron de acuerdo en que Hayate debía ser castigado por haber hecho algo sin su consentimiento, además ellos creyeron que esto no era necesario y que él solo lo había hecho por una humana. Lo peor de todo fue que Hayate ni siquiera tuvo la decencia de presentarles a Yoko pues todos los Dioses eran muy unidos y expresaban sus opiniones acerca de todos los temas y situaciones que sucedían.
Hayate fue juzgado por los Dioses los cuales determinaron que él debería dejar a Yoko o en caso contrario él tendría que sufrir la pena más grande que se impone a un Dios la cual es secreta para nosotros.
Algunas personas creen que el Dios del Tiempo aún sigue cumpliendo la pena impuesta por los otros Dioses, otras personas piensan que culminó su labor hace ya vario siglos y que ahorita es feliz con su mujer. ¿Cuál es la verdad? De eso nadie está seguro lo que es cierto es que se desarrolló aquí mismo en Japón y que el Dios del Tiempo jamás abandonó a su mujer. Y bien díganme sus opiniones acerca del tema-Expresó el Maestro mirando fijamente a sus alumnos.
No pasaron ni 5 segundos después de que el Maestro habló y todos comenzaron a hacer preguntas, algunos cortésmente alzaban la mano esperando que les cedan la palabra, otros sólo preguntaban haciendo una tremenda bulla.
-¡Silencio!… uno por uno pregunte, no todos a la vez porque no logro escuchar a nadie- Y, justamente antes de que alguien alcanzara a pedir la palabra, sonó la campana para salir al recreo y todos salieron amontonados por la puerta.
Atsuko salió al último como de costumbre, pasó por el pasillo que conducía a un patio. Observó a todos a su alrededor, a los más grandes y a los más pequeños. Ella vio a Isamu en una esquina con otros compañeros de él conversando y como Atsuko estaba sola decidió acercarse a ellos.
-¡Hola amigos de Isamu!, díganme, ¿qué tan divertido es tener cinta roja?, ¡debe ser de lujo!- Dijo muy emocionada y sonriendo.
-¿la conoces?- Indagó con seriedad uno de los amigos de Isamu y él le contestó después de un silencio prolongado
-No… mejor vámonos que este sitio ya me aburrió- Musitó Isamu con frialdad y se marchó con sus amigos.
Atsuko agachó su cabeza por un momento y dijo un poco triste –Mmp siempre es lo mismo… ¡ah ya se!- Alzó su cabeza y con una enorme sonrisa se dirigió al árbol central del patio dónde se encontraban unos niños menores que ella, para ser exactos, tenían 7 años y estaban estudiando la asignatura de ciencias naturales. Atsuko se les acercó, miró detenidamente lo que estaban haciendo y dijo muy alegre:
-aaaaah, están estudiando ciencias naturales, ¡esa era mi materia favorita! porque es muy interesante, y ¿qué les están enseñando ahorita?-
Los niños murmuraban entre sí tapando con su mano derecha su boca para que Atsuko no se diera cuenta que hablaban de ella.
-Ella es la niña rara de la que todos hablan…-
-Hay que tener cuidado con ella…-
-Yo he escuchado que lastimó a todos los niños de su grado en un abrir y cerrar de ojos…-
-Es muy peligrosa y muy tonta, he oído que es la peor alumna de su grado…- Murmuraban hasta que el más avispado de cabello negro y ojos negros también, indagó–Chicos me olvidé mi cuaderno en el aula, ¿me acompañan?-
-claro, vamos muchachos- Expresaron todos y se esfumaron rápidamente.
Atsuko se había quedado sola de nuevo, se sentó entrecruzada las piernas en la banca situada debajo del árbol y allí se quedó hasta que se acabara el recreo.
La campana sonó después de veinte minutos y todos los alumnos entraron a clases. El Maestro les volvió a decir que quien desea preguntar algo levante su mano y le será concedida la palabra.
Atsuko alzó la mano
-Sí, Atsuko puedes preguntar- Dijo el Maestro
-Maestro… ¿Podemos irnos a casa?- Expresó Atsuko contenta.
Kazahaya, una niña muy bonita, de cabellos teñidos color rubio que ocultaba su verdadera cabellera negra. De estatura normal, ojos pequeños y cafés; su ropa consistía en una prenda superior que cubría sus pequeños senos y unos cuantos centímetros más para abajo, cuyo color era roja; dos mangas sueltas cubrían sus brazos; una falda larga con dos aperturas desde la cadera, de igual color que la pupera; un short negro por debajo de la falda y unas sandalias bajas que hacían juego con el conjunto. Ella era la persona con quien menos se llevaba Atsuko, aunque ella sólo cruzaba unas cuantas palabras con Ryusei un niño coqueto.
Kazahaya le dijo –Pero que estúpida eres que no ves que el Maestro nos está pidiendo nuestras opiniones y preguntas de la leyenda que él nos relató, que atolondrada-
-Es que yo pensé que…-Atsuko fue interrumpida por Kazahaya.
-¿pensaste?, eso es algo nuevo en ti, atolondrada-
Todos se rieron y comenzaron a hacer rebullicios hasta que el Maestro los paró.
-bueno, bueno ya basta de insultos, los que deseen preguntar algo acerca del tema…-Dijo el maestro mirando a Atsuko y continuó –…pregunten-
-Yo tengo una pregunta muy coherente y razonable no como la de Atsuko- Musitó Kazahaya
-Muy bien, has tu pregunta-
-si esa leyenda fuera verdad, ¿qué sucedió con la esfera de Yoko? Y ¿por qué envejecemos rápido? ¿Acaso no deberíamos envejecer lento por causa de la esfera?-Kazahaya indagó al Maestro
-Esa es una muy buena pregunta…-Dijo el maestro mientras Kazahaya miraba a todos con orgullo y le viraba los ojos a Atsuko.
-…Se dice también, que la esfera de Yoko era muy codiciada por todos ya que en su interior guardaba una fuerza oculta y por ello todos querían ser acreedores a esta fuerza; sin embargo, se dice que por un descuido esta esfera fue fragmentadas y que sus fragmentos se hicieron polvo y desde allí, el tiempo ha transcurrido como ahora- Contó el Maestro de una forma muy misteriosa.
Todos estaban confundíos, no estaban seguros si esa era una leyenda cierta o falsa. Naomi, una niña que se había quedado huérfana de sus padres adoptivos alzó la mano y después de que el Maestro le indicara que podía hablar, ella manifestó:
-yo no creo que se algo así pasó, pues es algo increíble, de seguro a de ser algo que inventaron para fomentar el turismo en Japón- Dijo con mucha confianza en sí misma. Inmediatamente de la participación de Naomi, la campana sonó puesto que ya era la hora de salida. Todos los alumnos salieron rápidamente; sin embargo el maestro les dio un aviso de último momento
-Mañana tendrán las respuestas a su desempeño y si es que están en las mejores condiciones para pasar el año y dedicarse a su entrenamiento, los esperamos a la misma hora de siempre- El Maestro se despidió calurosamente de sus alumnos con una sonrisa mientras se percató de la presencia de una persona en la puerta, observándolo todo desde el inicio de la clase.
Atsuko terminó de escuchar al maestro y se fue, ella tenía que ir rápidamente a su casa a almorzar y, luego iría a la academia Tsuki para obtener el resultado de su progreso.
En el próximo capítulo de Atsuko:
-¿qué el director va a ser nuestro maestro? Atsuko/ -Yo entrenaré a los que sean capaces de resistir a mi entrenamiento el cual es el más difícil de todos- Daisuke /
Nos vemos en el capítulo 2: ¿pase o no? Una difícil prueba.
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