Mastitis Bovino La mastitis es una inflamación de la glándula mamaria que puede ser ocasionada por factores físicos, químicos, mecánicos o infecciosos. El 80% de los casos de mastitis son ocasionados por la entrada de microorganismos patógenos específicos a través de los pezones y tejidos de la ubre; los casos restantes son resultado de lesiones traumáticas, con o sin invasión de microorganismos. Pero la forma más común de lesión, y que generalmente es llamada mastitis, es la infección bacteriana de la glándula mamaria. La mastitis puede ser causada también por hongos o micoplasmas.
Mastitis Bovino Un ataque de mastitis puede dejar cantidades variables de tejido con cicatrices en la ubre afectada, aún si la infección es eliminada exitosamente. Es probablemente la más costosa de las enfermedades infecciosas, endémicas que afecta a la vaca y otras especies lecheras. La mastitis bobina es una enfermedad a causas por diversos factores. Entre los cuales tenemos: la vaca, los agentes patógenos y el medio ambiente.
Para la vaca son importantes: Estado del sistema inmune específico e inespecífico. Estadio de lactación. Presencia de factores estresantes.
En el caso de los agentes patógenos son determinantes: Numero de microorganismos. Patogenicidad. Factores de virulencia. Respecto al medio ambiente debemos de considerar: Higiene del ordeño. Higiene en el manejo. Factores climáticos. Alimentación.
Mastitis Clínica y Subclínica En los casos de mastitis clínica, el cuarto infectado en general se inflama, en algunas vacas se encuentra dolorido al tocarlo, la leche se encuentra visiblemente alterada por la presencia de coágulos, descamaciones, o suero descolorido y algunas veces sangre. En casos más severos (mastitis aguda), la vaca muestra signos generalizados: fiebre, pulso acelerado, pérdida de apetito, reducción aguda de la producción de leche. En contraste, la mastitis subclínica es sutil y más difícil de corregir. La vaca parece saludable, la ubre no muestra ningún signo de inflamación y la leche parece normal. A pesar de ello, los microorganismos y células blancas de la leche (células somáticas) que combaten las infecciones se encuentran elevados en gran número en la leche.
Etiología Cuatro tipos de bacterias se encuentran en cerca del 90% de los casos de mastitis: 1. Streptococcus agalactiae. 2. Streptococcus uberis. 3. Streptococcus dysgalactiae. 4. Staphilococcus áureas.
Organismos menos comunes Micoplasma bovis Corinebacterium bovis Coliformes Hongos.
Desarrollo de la enfermedad Las infecciones comienzan cuando los microorganismos penetran el canal del pezón y se multiplican en la glándula mamaria.
Invasión del pezón El pezón en sí es la primera línea de defensa contra la penetración de bacteria dentro de la ubre. Normalmente, el esfínter cierra el canal del pezón fuertemente cuando la vaca no es ordeñada. La invasión del pezón se presenta generalmente durante el ordeño. Los organismos presentes en la leche o en la punta del pezón son impulsados dentro del canal del pezón y de la cisterna cuando existe la entrada indeseable de aire en la unidad de ordeño. Luego del ordeño, el canal del pezón permanece dilatado por una o dos horas e inclusive, el canal del pezón dañado puede permanecer parcialmente o permanentemente abierto. Los organismos del ambiente (materia fecal, cama, etc.) o aquellos que se encuentran en lesiones de la piel en la punta del pezón, pueden invadir fácilmente y abrir total o parcialmente el canal.
Destrucción del tejido alveolar Algunas veces los microorganismos son eliminados rápidamente y la infección se aclara. En este caso, los conductos tapados se abren y la composición y producción de leche retorna a la normal en varios días. Aun así, a medida que la infección persiste y los conductos se mantienen tapados, la leche encerrada hace que las células secretoras pasen a una etapa de descanso (sin producir) y el alvéolo comienza a reducir su tamaño. Las substancias liberadas por los leucocitos conducen a una destrucción completa de las estructuras alveolares, que son reemplazadas por tejido conectivo y cicatriza. La destrucción del tejido secretor de leche es, en efecto, la tercera línea de defensa de la vaca para mantener a la infección bajo control.
Establecimiento de la infección e inflamación del área dañada Algunas bacterias pueden avanzar dentro de la ubre atacando y colonizando nuevos tejidos; otras pueden moverse por medio de la corriente de leche producida por el movimiento de la vaca. Las bacterias dañan primero los tejidos que recubren los grandes tubos colectores de leche. Las bacterias pueden enfrentarse con leucocitos (células blancas de la leche) presentes naturalmente en bajas cantidades en la leche. Estas células son la segunda barrera de defensa debido a que pueden englobar y destruir a las bacterias. Aun así, durante este proceso, los leucocitos liberan substancias que atraen a más leucocitos desde el torrente circulatorio hacia la leche. Si las bacterias no son totalmente destruidas, pueden continuar multiplicándose y comenzar a invadir los pequeños conductos y áreas alveolares.
Transmisión de la Mastitis En un intento por controlar los diferentes tipos de infecciones, es importante considerar la fuente y formas de transmisión de la enfermedad. Los organismos que causan la mastitis viven en diferentes ambientes (materia fecal, cama, piel, etc.).
Transmisión de la Mastitis
Fuentes más comunes y formas de diseminación de las bacterias productoras de mastitis.
Detección de síntomas de mastitis en vacas individuales Examen físico de la ubre Aspecto de la leche La Prueba de California de Mastitis Cultivo bacteriano
Prevención La prevención de la mastitis puede conseguirse siguiendo pasos muy simples que tienen como objetivo el reducir el grado y la duración de la infección.
Adecuada higiene de ordeño: Sellado de pezones luego del ordeño Tratamiento al secado de todos los cuartos: Tratamiento adecuado y a tiempo de todos los casos clínicos Descarte de vacas infectadas en forma crónica
Otras prácticas útiles de manejo Alimente a las vacas inmediatamente después del ordeño de manera de que puedan permanecer de pie por lo menos una hora antes de echarse. Ordeño al último a las vacas infectadas.
Tratamiento de la Mastitis Mastitis aguda Las mastitis agudas, tales como las causadas por las bacterias coliformes, ponen en peligro la vida de la vaca. Un veterinario debe ser llamado inmediatamente cuando la vaca muestra signos de una reacción generalizada a una infección en la ubre (incapacidad de pararse, pulso acelerado, fiebre, etc.). El ordeño del cuarto afectado cada tres o cuatro horas ayuda a eliminar toxinas. Mastitis clínica Un tratamiento rápido de la mastitis clínica limita la duración y la posible de diseminación de la enfermedad. Cuando se recomienda el tratamiento con antibióticos, es crítico seguir las instrucciones, especialmente cuando se trata de la duración del mismo. Generalmente los tratamientos son discontinuados demasiado rápido, previniendo que los antibióticos alcancen y destruyan los organismos en las partes de la ubre que son difíciles de alcanzar (las infecciones "profundamente asentadas").
Mastitis subclínicas Altos conteos de células somáticas en la leche indican mastitis subclínicas, pero esto no debe de ser utilizado como criterio para tratar vacas con antibióticos debido a que, como se indicara en el párrafo anterior, el grado de curación es generalmente bajo. Los casos de mastitis subclínica son mejor tratados al momento del secado. El tratamiento con antibióticos de la mastitis durante la lactancia es en gran parte inefectivo. Generalmente, el tratamiento al secado es la forma más efectiva de curar las mastitis subclínicas existentes.
Tratamientos con antibióticos al secado La infusión intramamaria de antibióticos de liberación lenta en el momento del secado (tratamiento de secado) es un componente esencial del programa de control de mastitis en el establecimiento. El tratamiento de secado ayuda a curar cerca del 50% de las mastitis causadas por Staphylococcus aureus y 80% de los estreptococos ambientales (Strep uberis, dysgalactiae, etc.). Un cuarto infectado que es tratado y curado al secado, producirá cerca del 90% de su potencial durante la nueva lactancia. Aun así, si un cuarto permanece infectado o es infectado durante el período de seca, ese cuarto producirá solamente el 60 a 70% de su potencial.