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Rinitis alérgica en niños. Su relación con alergenos en el ambiente (página 2)


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RESULTADOS

El Cuadro 1 muestra que la rinitis alérgica se asociaba en casi todos los pacientes con otros síndromes alérgicos; sólo en 90 apareció como entidad única.

En cuanto a la relación con alergenos, la mayor respuesta se obtuvo con ácaros. En promedio, entre 70% y 84 % de los niños presentaron sensibilidad positiva, sobre todo a B. tropicalis, ácaro nuevo en la investigación en varios lugares del mundo. La respuesta a los pólenes fue menor, con predominio de los pastos. Los insectos (cucarachas y mosquitos) fueron de relativa importancia. Los hongos o mohos ambientales, tienen menor positividad, siendo Alternaria el más común. La caspa de animales domésticos, ocupó un lugar importante y se correlaciona con su presencia en los hogares (Cuadro 2).

La determinación de la IgE en 22 de 55 pacientes estaba dentro de límites normales, pero en más de la mitad fue elevada, algunos con valores muy altos, entre 500 y 1,000 UI/ml; 5 de estos pacientes tenían dermatitis atópica y 14 asma más rinitis alérgica (Cuadro 3).

La citología del moco nasal en 32 niños mostró ser positiva en 17 (54%) con más de 10 eosinófilos en 50 células.

DISCUSIÓN

La rinitis alérgica es una entidad frecuente en niños y adultos de Cali. En casi todos los pacientes se asocia con otros síndromes alérgicos. En Cali, es prevalente la forma perenne, con manifestaciones permanentes leves, moderadas o severas y exacerbaciones periódicas, según la exposición a alergenos y factores de hiperreactivad. El diagnóstico se basa en la historia clínica, por los síntomas y signos característicos que produce: rinorrea acuosa, estornudos frecuentes, prurito que se suele extender a la conjuntiva ocular y al paladar, congestión y obstrucción nasal.

Se encuentra una alta sensibilidad a ácaros como D. pteronissimus y D. farinae y en particular Blomia tropicalis y presenta hasta 5% de sensibilidad cruzada con otros acaros5,6.

Otros areoalergenos de pólenes, insectos, hongos, caspa de animales, tienen una prevalencia menor como factor etiológico. Sin embargo, resulta necesario conocerlos porque muchas veces se pueden evitar o por lo menos disminuir, y contribuir a la mejoría del paciente.

La IgE se puede encontrar normal en la rinitis alérgica en 30% o elevada. Esto se se puede relacionar con la severidad o la asociación con otros síndromes alérgicos como el asma o la dermatitis atópica.

La citología del moco nasal es un examen fácil de realizar y ayuda a confirmar el diagnóstico, pero en muchos pacientes puede ser negativa, hasta en 70%, según el momento en que se tome y de la severidad de la rinitis. En Cali, la muestra de 224 niños la mitad fue positiva.

El tratamiento médico de la rinitis alérgica se hace con antiinflamatorios como los esteroides en forma tópica y el cromoglicato de Na. Los antihistamínicos de segunda generacion actúan sin efecto sedante y su acción prolongada en el astemizol, la loratadina y la cetirizina, ofrecen mejores ventajas que los tradicionales. Los descongestionantes son efectivos en la fase aguda, pero por el empleo prolongado pueden producir una rinitis medicamentosa. Los anticolinérgicos ayudan a mejorar la rinorrea, mas no la fase congestiva. La solución salina local disminuye las obstrucciones y mejora la respiración nasal. Todos estos medicamentos sirven para controlar en una forma u otra la rinitis alérgica.

El tratamiento médico, en algunos pacientes, da resultados pobres y no está exento de complicaciones, como en el caso de los descongestionantes que por el empleo repetido pueden conducir a una afección medicamentosa. En estos casos, la identificación de los alergenos causales por escarificación es fácil, de acuerdo con la historia clínica, y útil porque se podrán evitar o disminuir alergenos en el hogar que facilitan el control de la inflamación crónica en la mucosa nasal. En pacientes con rinitis alérgica severa, y pobre respuesta sintomática al tratamiento médico convencional, se recomienda la inmunoterapia con alergenos específicos estandarizados, como alternativa para controlar la enfermedad, y disminución de la severidad del proceso y de la necesidad de medicamentos.

AGRADECIMIENTOS

El autor agradece al Dr. Enrique Fernández-Caldas el suministro del alergeno de Blomia tropicalis utilizado en las pruebas dérmicas de los pacientes.

REFERENCIAS

  1. Naclerio RM. Allergic rhinitis. N Engl J Med 1991; 325: 860-69.
  2. Caraballo L, Cadavid A, Mendoza J. Prevalence of asthma in Cartagena. Ann Allergy 1992; 68: 525-29.
  3. Naclerio RM, Proud D, Togias AG, et al. Inflammatory mediators in late antigen-induced rhinitis. N Engl J Med 1985; 313: 65-70.
  4. International Consensus on the Diagnosis and Management of Rhinitis. Supplement. Lund V L. University College London. Vol. 49, 1994.
  5. Puerta L, Fernández-Caldas E, Mercado D, et al. Sequential determination of Blomia tropicalis allergens in mattresses and floor dust samples, in a tropical city. J Allergy Clin Immunol 1996; 97: 689-91.
  6. Platts-Mil TAE, Chapman MD. Dust mites. Immunology, allergic diseases and environmental control. J Allergy Clin Immunol 1987; 80: 755-75.

Marco A. Reyes, M.D. Profesor Titular, Departamento de Pediatría, Facultad de Salud, Universidad del Valle, Cali, Colombia.

macoycr[arroba]aol.com

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