- Definición y frecuencia
- Clasificación, etiopatogenia y factores de riesgo
- Diagnóstico
- Exámenes paraclínicos
- Tratamiento
- Conclusiones
- Trabajo realizado sobre TOT (Transvaginal Obturatriz Tape) como procedimiento para incontinencia urinaria de esfuerzo en mujeres
- Anexo
- Bibliografía
Definición y frecuencia
La incontinencia urinaria es un síntoma que aparece en distintas patologías de ambos sexos y a lo largo de la vida, aunque la padecen con mayor frecuencia las mujeres y se define como "la pérdida involuntaria de orina objetivamente demostrable que origina un problema social o higiénico" (1).
Su frecuencia es difícil de estimar, pues los estudios epidemiológicos publicados incluyen definiciones de poblaciones y de métodos de recogida muy distintos. En la población general se estima de un 4-5% (2). No conocemos datos epidemiológicos de Uruguay pero según esta estimación afectaría a cerca de 150.000 personas.
En USA esta patología afecta a unos 25 millones de personas de todas las edades, aunque la mayoría sean mujeres que han parido alguna vez y que tienen edad avanzada. En España, alrededor de un 30% de mujeres de más de 60 años, presentan esta patología, aumentando este porcentaje con la edad, duplicándose entre los 65 y 85 años.
En Francia afecta casi 3 millones de personas, con porcentajes mayores en la mujer, aproximadamente un 30% antes de los 65 años y 40% en mujeres de más de 65 años (2).
Clasificación, etiopatogenia y factores de riesgo
Existen diferentes maneras de clasificación, La International Continence Society (ICS) clasifica la IU en cuatro tipos (1):
Incontinencia Urinaria de Esfuerzo (IUE).
Incontinencia urinaria de urgencia.
Incontinencia urinaria refleja.
Incontinencia urinaria por rebosamiento.
La clasificación que utilizaremos es la siguiente (2):
Incontinencia urinaria de esfuerzo
incontinencia urinaria de urgencia
incontinencia urinaria mixta
incontinencia urinaria por rebosamiento
Micción inadaptada
Otros
Realizaremos una breve reseña de los distintos tipos de incontinencia a pesar de que el objetivo principal de nuestro trabajo es la incontinencia urinaria de esfuerzo y en algunos casos la incontinencia urinaria mixta.
Incontinencia urinaria de esfuerzo: se caracteriza por la emisión de orina de forma concomitante con un esfuerzo. Al inicio las pérdidas se desencadenan con maniobras de valsalva fuertes (salvas de estornudos, deportes violentos), y tiene una tendencia a agravarse si no se controla (2).
Incontinencia por urgencia miccional: se caracteriza por la emisión de orina de forma concomitante, con una necesidad de orinar que la paciente no puede reprimir. Suele asociarse a polaquiuria diurna, e incluso nocturna, y puede aparecer a cualquier edad de la vida. Su característica principal es una hiperactividad del detrusor. Su causa puede ser secundaria a una reacción vesical a un efecto irritativo en la vecindad (infecciones, litiasis, tumores, fecalotas), algunas enfermedades neurológicas (esclerosis múltiple, parkinson, diabetes) (2).
Incontinencia mixta: comparte los síntomas de las anteriores. Conviene diferenciarla de las perdidas urinarias que aparecen con el esfuerzo, y que se acompañan de una polaquiuria de precaución en que la paciente aumenta el número de micciones para evitar las perdidas (2).
Incontinencia urinaria por rebosamiento: rara en la mujer, aparece en caso de retención vesical crónica con evacuación inesperada por exceso de llenado. Pueden aparecer en algunas enfermedades neurológicas, después de algunos tratamientos quirúrgicos con mucha disuria, en presencia de prolapsos voluminosos, presencia de obstáculo subyacente o hipocontractilidad del detrusor (2).
Micción inadaptada: se trata del desencadenamiento socialmente inapropiado de una micción normal que puede observarse en casos como risa incontrolable, orgasmo; o en pacientes con síndrome frontal (2).
Otros: se considera diagnósticos diferenciales con fístulas vesicovaginales, anastomosis ectopicas congénitas del uréter que llevan a incontinencias extrameáticas.
En la etiopatogenia de la IUE se detectan con frecuencia anomalías en los elementos de sostén del suelo pelviano, así como alteraciones en los elementos activos representados por el sistema nervioso, que condicionan una disfunción en el mecanismo de continencia urinaria con el aumento de la presión abdominal.
Entre los factores de riesgo fundamentales encontramos la edad, los factores obstétricos (embarazo y parto), el estado ginecológico y los antecedentes de histerectomía o de menopausia así como la obesidad. Además numerosas enfermedades asociadas como diabetes, enfermedades neurológicas y psiquiatricas así como toma de fármacos que influyen sobre la micción (diuréticos y algunos antidepresivos), pueden contribuir a alterar un equilibrio vesicoesfinteriano precario, lo que constituye un factor de riesgo de incontinencia.
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