Descargar

La Ciudad de México ante la influenza humana (página 2)


Partes: 1, 2

Todas las escuelas han cerrado sus puertas, las iglesias cancelaron sus oficios religiosos, y ahora más que nunca se antoja asistir a ellas para orar por la salud de México, tanto de sus ciudadanos, como de sus finanzas y de sus valores morales como sociedad. Centros nocturnos y de diversión también han cerrado para evitar la propagación del virus.

Personalmente me causó un profundo pesar que México se encontrara en boca de todo el planeta debido a este brote epidémico, y que se dejara de lado que país es tan basto en su cultura, razón por la cual merecía ser motivo de comentario en el mundo. Sin embargo, inspira especial orgullo que la Organización Mundial de la Salud haya emitido especiales felicitaciones al pueblo de México, por la pronta, adecuada y responsable respuesta que las autoridades y los ciudadanos hemos mostrado para contrarrestar la diseminación de tan extraña influenza.

La gran capital es otra en estos últimos días, se antoja como un gran pueblo lleno de edificios y amplias avenidas con una baja carga vehicular. Aunadas a todas las disposiciones oficiales de suspender infinidad de actividades, las autoridades capitalinas y de salud también ordenaron el cierre de bares y restaurantes. Menos personas viajan en el transporte público y todos los que pueden hacerlo, permanecen encerrados en sus casas o realizando compras injustificadas de pánico en los supermercados.

El colmo de las cosas, con tantas personas resguardadas en sus casas usando Internet, comenzaron a circular mails de toda índole asegurando que el virus de la influenza era un teatro, una farsa montada por las autoridades federales y de la ciudad de México. Quedé pensando en como muchas personas pueden hacer más caso a un correo electrónico que de las recomendaciones que ofrecieron tanto las autoridades mexicanas como la Organización Mundial de la Salud.

Para el domingo 3 de mayo que viajé en dos línea de metro a una parte céntrica de la ciudad, sorpresivamente me encontré con que a diferencia de los primeros días en los que aproximadamente un ochenta por ciento de los usuarios usaban cubre bocas y nariz, ahora las cosas se habían invertido, sólo cerca del veinte por ciento de los pasajeros tenían en protector cubriendo parte de su cara, y lamenté la falta de responsabilidad, de conciencia y credibilidad de algunos mexicanos frente a la emergencia.

Pensé si tendrían exceso de confianza en su sistema inmunológico o simplemente no creían en las recomendaciones que se hacían por radio y televisión por médicos especialistas y autoridades del país.

El colmo, países como China, Argentina, Cuba y Perú, determinan cancelar los vuelos de México a sus países, a pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de adoptar medidas como esas. China hace un donativo a México en dinero y especie, peso simultáneamente expulsa a varios mexicanos de su país, aún sin presentar ningún síntoma de la influenza humana, tan solo por el hecho de ser mexicanos, y esas acciones son verdaderamente reprobables y vergonzosas por parte de quienes tomaron semejantes decisiones.

Personalmente he visitado Cuba, Argentina y Chile, países en los que fui tratado con verdadero respeto en el pasado y lamento las actitudes mostradas especialmente por estos países latinoamericanos hacia mis connacionales, pues me parece muy soberbio de su parte ignorar que un brote epidémico puede surgir en cualquier país en el momento menos esperado.

Bien, como el orgulloso mexicano que siempre he sido, sé que mi país es fuerte, grandioso, indeleble a las circunstancias más desfavorables y que podremos retomar el rumbo y seguir adelante. Sin embargo, aunque los mexicanos nos caracterizamos por ser gente amable y hermanable, es importante recordar estas acciones de quienes nos han estigmatizado también llamando a este problema de salud como la: "La influenza mexicana", cuando existen testimonios de que en Estados Unidos se registraron casos no antes vistos en México.

A veces me asombro de que los mexicanos tengamos tan "mala memoria" y olvidemos con facilidad ciertas experiencias que deberíamos tener más frecuentemente presentes para evitar que vuelvan a suceder en nuestra historia de vida como la gran nación y gran pueblo que somos, como son estos actos discriminatorios mostrados por los gobiernos y ciudadanos de algunos países, como para evitar visitar esas naciones que han mostrado tantas faltas de cortesía y de consideración hacia México y sus ciudadanos.

Es tan característico hacer bromas entre mexicanos cuando nos invade la psicosis, el temor, la duda, el miedo tan natural de todo humano, a manera de debilitar el proceso y poderlo asimilar más constructivamente, tan es así que no pude evitar reír cuando un conocido dijo: "Asustados Unidos Mexicanos", en lugar de: "Estados Unidos Mexicanos", como orgullosamente nos hemos llamado por muchas gloriosas y sufribles décadas.

En fin, México ha sido otro en estos días y lo será necesariamente a partir de esta experiencia en la que no todo debe verse como negativo, como para perdernos la oportunidad de aprender algo bueno de tan particular situación. Como sería el hecho de aprender a cuidar más nuestra salud física, psicológica y emocional, así como observar un mayor respeto por el medio ambiente y darnos un mejor trato entre conciudadanos y como los ciudadanos del mundo globalizado al que para bien y para mal pertenecemos.

¡México, tú puedes, mexicanos, nosotros podemos y podremos siempre!

 

 

 

Autor:

Gerardo Guiza Lemus

México, D. F. abril y mayo de 2009.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente