- Presentación del curso
- Biografía y contexto histórico del Profeta Ezequiel
- Parábola de las Dos hermanas (Lectura Bíblica)
- ¿Quién es Ahola, y quien es Aholiba?
- Antecedentes importantes que precedieron a esta realidad que está viviendo el Profeta
- Sucesos Posteriores a esta Profecía, Reinos de Judá e Israel
- Esquema del Linaje de los Reyes
- Cumplimiento acerca de la Profecía de Aholiba
- Cumplimiento acerca de la Profecía de Ahola
- Anexos (Mapas Bíblicos)
- Bibliografía consultada
Presentación del curso
Este curso bíblico, está basado en el estudio del Capitulo 23 del Libro de Ezequiel, el cual nos relata la parábola de las dos hermanas.
Esta es una historia simbólica, que usó el profeta para ilustrar una profecía que Dios le había dado acerca del castigo que vendría acerca de dos pueblos hermanos, que se habían corrompido con las practicas de los pueblos vecinos, y habían dejado al Dios verdadero.
Capítulo 1:
Biografía y contexto histórico del Profeta Ezequiel
Ezequiel fue un sacerdote y profeta mayor hebreo exiliado a Babilonia. Sus profecías avisaron de la destrucción inminente de Jerusalén. También fue uno de los oráculos sobre la condenación de las naciones extranjeras y de la restauración de Israel. Su nombre Ezequiel (hebreo: Yejez·qé'l) significa Dios Fortalece. Iniciamos diciendo que Ezequiel se caracteriza como un hombre teólogo entre los profetas.
Ezequiel, hijo de Buzí, de linaje sacerdotal, fue llevado cautivo a Babilonia junto con el rey Jeconías de Judá (597 a. C.) e internado en Tel-Abib a orillas del río Cobar. Cinco años después, a los treinta de su edad (cf. 1, 1), Dios lo llamó al cargo de profeta, que ejerció entre los desterrados durante 22 años, es decir, hasta el año 570 a. C.
A pesar de las calamidades del destierro, los cautivos no dejaban de abrigar falsas esperanzas, creyendo que el cautiverio terminaría pronto y que Dios no permitiría la destrucción de su Templo y de la Ciudad Santa (véase Jer. 7, 4).
Había, además, falsos profetas que engañaban al pueblo prometiéndole en un futuro cercano el retorno al país de sus padres. Tanto mayor fue el desengaño de los infelices cuando llegó la noticia de la caída de Jerusalén. No pocos perdieron la fe y se entregaron a la desesperación.
La misión del Profeta Ezequiel consistió principalmente en combatir la idolatría, la corrupción por las malas costumbres, y las ideas erróneas acerca del pronto regreso a Jerusalén. Para consolarlos pinta el Profeta, con los más vivos y bellos colores, las esperanzas de la salud mesiánica.
Divídase el libro en un Prólogo, que relata el llamamiento del profeta (caps. 1-3), y tres partes principales. La primera (caps. 4-24) comprende las profecías acerca de la ruina de Jerusalén; la segunda (caps. 25-32), el castigo de los pueblos enemigos de Judá; la tercera (caps. 33-48), la restauración.
"Es notable la última sección del profeta (40-48) en que nos describe en forma verdaderamente geométrica la restauración de Israel después del cautiverio: el Templo, la ciudad, sus arrabales y la tierra toda de Palestina repartida por igual entre las doce tribus" (Nácar-Colunga).
Las profecías de Ezequiel descuellan por la riqueza de alegorías, imágenes y acciones simbólicas de tal manera, que S. Jerónimo las llama "mar de la palabra divina" y "laberinto de los secretos de Dios".
(s. VI a.C.) Profeta hebreo. Según la tradición bíblica, era hijo de Buzzi, un sacerdote de Jerusalén. Cuando el rey babilónico Nabucodonodor destruyó Jerusalén, Ezequiel siguió a sus habitantes en su exilio a Babilonia. Según la cronología comúnmente aceptada, el primer período de profecía de Ezequiel se sitúa entre el año 592 a.C. y el 585 a.C. , y el segundo período a partir de 572 a.C. En la primera de dichas etapas anunció la pronta destrucción de Jerusalén, debido a la proliferación de la injusticia y el aumento de los ritos paganos; en la segunda, anunció la restauración de la casa de Israel por intermediación de la gracia divina y aconsejó a los exiliados que abandonaran la diáspora y regresaran a la tierra de la cual procedían. A Ezequiel se le atribuye la redacción del libro homónimo del Antiguo Testamento, o al menos de gran parte de él
Capítulo 2:
Parábola de las Dos hermanas (Lectura Bíblica)
Ezequiel 23 (La Biblia de las Américas)
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