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Poemas de Adriano Corrales

Enviado por Adriano Corrales


Partes: 1, 2

    1. Carta a la esposa
    2. Casi-da a Federico García Lorca
    3. Video clip para Jorge Luis Borges
    4. Otros

    CARTA A LA ESPOSA

    hablame como siempre / decí

    que me querés / ¿soy en tu vida

    remordimiento?

    Juan Gelman

    Estoy sentadito en un banco de niebla

    pensándote conversándote extraviado

    conversándome pensándome cautivo

    separado de vos por la lluvia

    el enjambre de cipreses

    la punzada de la tarde

    aquí reinventándome la fantasmagoría de las palabras

    la magia del trance vértebra tras vértebra

    en la piel de la herida perpetua la posibilidad del vuelo

    pajarito / machete

    que volás con mi muerte alrededor de la mesa

    al acorde de las horas

    intento un gesto para tu cabello de lentejuelas

    rostro de cristal azul

    para tu voz adormecida en el teléfono

    intento un desabroche del duelo en la cintura de tus ángeles

    espuelita de mango en la noche de gangoche

    para patrullar mis cementerios

    intento pero retrocedo intento en el mangle de tu deseo

    litoral encrespado por el temporal de tu vientre

    ola que rueda y muere y rueda por todo el universo

    espera la luz del encuentro en el fragor de los cuerpos

    dentro de tu sexo de astros empapado por la semilla de polvo

    la nieve amarilla del tiempo

    retrocedo pero intento retrocedo cisne calcinado en los abetos

    canto de rosario de reyes destronados estrella del sur palma venus

    cascada de más estrellas astros estrellas que persigo

    para descubrir nuestro pesebre sin mulas ni bueyes sino musgo hierba seca

    ciudad fragmentada de los diciembres

    rehuyo entonces pero peleo rehuyo

    empapelo las paredes con estos ideogramas

    parpadeos gritos contraespalda caballo desbocado

    en tu falda salto lanza salto

    caigo

    viacrucis de luciérnagas vasos botellas velas apagándose

    cristus rotos

    vírgenes guardadas en anaqueles con azafrán de medianoche

    olor a azufre sudor hierbabuena pasos en la otra habitación de arena

    golpeo finta golpeo finta

    paredes de humo

    puertas de avena

    golpea bajo golpean arriba golpeamos en el centro

    sombras en la caverna me llevan

    caigo

    caigo

    caigo

    caído

    mi descanso es una camilla sin descanso una camilla de niebla

    no descanso los miércoles ni los sábados

    tu santo es mi santo grial mirasol en el portal en el oratorio

    en el altar de flores papel crepé con su mantelito de gamuza

    mirame como rezo en tus rodillas me poso nuevamente en tus pechos

    beso tus manos tus ventanas tus pies beso todo tu cuerpo

    lo beso en la noche del milagro

    paseo por tu jardín de alucinaciones con riesgo me incendio

    paseo pero el milagro no sucede

    sucedo fuego transparente interno externo

    no me digás que sos arrepentimiento

    decíme que me querés pero no en tus secretos

    en tus viajes de notas muertas en tus cadáveres

    no por teléfono decíme que me querés

    como en aquél pueblo donde ahora dibujo incinero manoteo

    detallo una vez más tus pechos tus volteretas en la almohada del silencio

    para no despertar a la niña que llevabas por dentro

    dormida a nuestro lado

    decímelo suavemente ¿tenés remordimiento?

    para ser como soy palabra de mis palabras

    aguacero del recuerdo pasadizo de lo venidero

    fantasma de tus desvelos ¿no me lo decís?

    por construirme un hogar de palo en la selva de mis quimeras

    un tálamo de viento en los devaneos del verso

    almohadones de chocolate sábanas de menta

    con tu nena en el escaparate o en la mesa del domingo

    con mi desayuno a cuestas ¿no me lo decís?

    no me digás qué somos: ¿remordimiento?

    sino qué seremos en esta avenida de ausencias

    palomita de mi tristeza más oblicua

    aguatera de mis fiestas de ceniza

    qué seremos si esto somos: remordido remordimiento

    abríme con tus decires para poder contarte mis insomnios

    caminatas por la hierba

    ronda en la madrugada de tus ecos

    abríme con tu abrealmas para contarte más de cerca

    cómo me caigo por dentro y peleo intento rehuyo peleo

    pellizcando las noches para no recibir más que miradas

    soliloquios de mi sangre donde me vierto

    cerrame pues para no abrirte mis senderos de incienso

    alumbrados apenas por tus ojos tus dedos de lucero

    cerrame partera del barro poneme unos barrotes

    pero decíme cómo seremos

    si no me decís que me querés qué soy en tu vida

    ¿algo más que remordimiento? ¿algo más?

    cerrame pues como la madrugada que gotea golpea

    se planta en mi acecho por los pasillos de las serpientes

    cerrame / abríme – abríme / cerrame

    Partes: 1, 2
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