La actividad solar

1. Introducción general
2. La actividad solar
3. El ciclo de actividad solar
5. Efectos de fenómenos solares en la Tierra
6. Historial de los ciclos de actividad solar
7. Conclusión
8. Anexos
9. Bibliografía

• Introducción general

Todos saben que el Sol tiene gran importancia para la vida en la Tierra, pero muy pocos hemos recibido una buena descripción de nuestra estrella y de sus variaciones.

Es por esta razón que el objetivo principal que se pretende alcanzar en la presente monografía será el estudio de los fenómenos que se producen en nuestra estrella, y de los cuales, se obtiene como producto a las tormentas solares.

Estas tormentas ligeramente bombardean la Tierra con partículas energéticas, rayos ultravioleta y radiación que no llegan a afectar la vida en el planeta gracias al campo magnético y la atmósfera de la Tierra, sin embargo, sí nos pueden perturbar en el tipo de vida que llevamos actualmente, por la potencia de estas tormentas y por los daños que podrían causar en la avanzada tecnología de hoy en día.

Se analizarán por medio del método deductivo las causas del origen para una tormenta solar, así también como las consecuencias que pueden provocar.

Agradezco a mis padres por haberme ayudado en a selección del tema para esta monografía y a mi hermano por guiarme en la elaboración de la misma

Capítulo I

• La actividad solar

Introducción

La energía producida en el interior del Sol es una cantidad más o menos constante, al menos así lo ha sido en los últimos mil millones de años. Sin embargo, la energía que escapa del Sol al resto del Sistema Solar cambia con el tiempo. Debe haber algo que está controlando la emisión, y se cree que ese algo está relacionado con el hecho de que el Sol, tiene un campo magnético o, bien podríamos llamarlo, imán solar.

Este imán solar puede controlar el transporte de energía y la forma en que parte de ella aflora y escapa de la superficie del Sol. La teoría física que intenta explicar el fenómeno del campo magnético solar, así como la forma en que éste es capaz de hacer variar la energía que emite el Sol, es tan compleja como incompleta. Esto no es de extrañar, ya que son muchos los distintos procesos involucrados, y muy sutil la forma en que éstos se relacionan. En pocas palabras, puede decirse que el modo en que el imán solar interactúa con el movimiento del gas y cómo este gas es capaz de ajustar su densidad y temperatura, son las claves que explican la variación de energía emitida por el Sol.

Históricamente, las observaciones necesarias para explicar la teoría del campo magnético, las variaciones de energía con el tiempo y su efecto en la Tierra, empezaron de forma casual (como otras muchas cosas en ciencia) hace más de dos mil años.

Durante mucho tiempo se ha conocido que el Sol no es una estrella sin rasgos distintivos o estables. Algunas de los fenómenos más importantes que forman parte de la Actividad solar se describirán a continuación

Fenómenos de la actividad solar

Protuberancias

Durante los eclipses es fácil observar por encima del limbo unas estructuras espectaculares denominadas protuberancias, que aparecen brillantes sobre el fondo del cielo. Alcanzan alturas de 30000 a 100000 km y su espesor no supera los 5000 km. Son frías, 7000 grados, y cien veces más densas que la Corona circundante.

Las protuberancias activas cambian de forma en un intervalo de minutos y expulsan material solar, a velocidades del orden de 1000 km s-1, que asciende y desciende siguiendo, al parecer, las líneas de fuerza del campo magnético. Otras, quiescentes, no experimentan grandes modificaciones durante periodos de días.

Cuando el fondo sobre el que aparecen proyectadas las protuberancias es el propio disco solar, reciben el nombre de filamentos.

Fulguraciones

Son los fenómenos más violentos observados en el sistema solar. Están asociados a la liberación explosiva de energía altamente concentrada a la que acompaña la eyección de partículas que alimentan el viento estelar, provocan incrementos de la radioemisión y son responsables de las radiotormentas.

Los efectos alcanzan también la Tierra ya que la tratarse de partículas cargadas producen tormentas geomagnéticas y auroras boreales y modifican la densidad ionosférica, alterando la propagación de las ondas emitidas por las estaciones de radio.