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Municipio Autónomo Candelari Trujillo: Tres puntos en su Geografía: Chejendé – Torococo – Mogotón (Venezuela) (página 2)


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           Aguarda un poco muchacho, ven acá, ¿Qué pasa? Nada papá. En realidad nada pasaba. Con el tiempo el muchacho se hizo viejo y todos los muchachos se hicieron viejos y nada pasó. Día a día pedían a Dios bonanza para sus vidas, sin darse cuenta que Dios vivía en ellos, acicateando una esperanza sin respuesta; era así como cabalgaban en gotas de vida que no eran vida, gotas de vida hechas para ser sepultureras, era el camino de todos, buscando rumbos hacía destinos felices, hacia una felicidad que no podía encontrarse, y, hacia otro final, el final definitivo. Fue así como los campesinos, asomados por la ventana de sus sueños, esparcían suspiros de horizontes imposibles, lloviznas de deseos no realizables; los campesinos  mogotoneros libélulas de azúcar en el corazón de la panela, libélulas de luz en  el quehacer de las estrellas, libélulas de amor en el corazón de todos ellos.

El mogotonero fue gañan, no sólo de bueyes enyugados, sino también, gañan de sus conformidades, las conformidades terribles del ser de cada día, del día de ayer, del de mañana, del día de siempre; pero, a pesar de todo, gañan de fraternidades asombrosas, porque en ellos, la fraternidad rebasaba sus angustias, sus penas, antepuestas frente a la alegría de la vida, de la vida compartida, la alegría de la cosecha, que, aún siendo individual, era de todos, por eso contaban y cantaban las mismas cosas, porque las mismas cosas eran de todos; no había triunfos ajenos ni derrotas, nada era exclusivo, todo era de todos, si había lagrimas, las lagrimas se compartían, si había alegrías, las alegrías se compartían.

          Yo viví allí muy niño, sin embargo, allí me quedé, tal vez porque entendí, que la sangre repartida era el motor de todo aquello que daba fuerza a la intención de vida, o porque entendí que Don Ramón y Doña Gertrudis eran uno y, con ellos, todos quienes lo rodeaban eran uno.

Mogotón, en donde el tiempo germina con el canto  de los gallos, en el aroma del café recién colado, en el momento en que las aves publican sus silencios, y, en las venas de sus propias lagrimas, el rocío teje sonrisas a los hilos de la telaraña.

           Para Don Ramón en su rincón de olvidos, en el rincón del olvidado Don Ramón, la nostalgia tejía los hilos de la telaraña que lo envolvía en el recuerdo de los nombres de su gente, de sus lugares, de sus vivencias mas queridas, y, entre los laberintos de la tristeza recordaba el trapiche campesino, en donde se hicieron los hombres de miel que habitaron esas tierras, los hombres de miel que habitan nuestros campos, los hombres de miel que habitan todos los campos de la tierra.-

Salud Don Ramón

Ramón – Mogotón – Ramón. . . Salud

DON RAMÓN – PAPÁ VIEJO

 

 DOÑA GERTRUDIS

 

DON RAMÓN

Nació en los Altos de Escuque, hijo natural del General Santana Saavedra y Dolores Matheus. Años más tarde, Dolores contrae matrimonio con José Francisco Ruiz, de ésta unión nacen: Leopoldo y Dolores y reconoce a Ramón como su hijo, de allí el apellido Ruiz.

              No Sabemos cuándo, ni en qué tiempo llegó a Torococo a casa de Don Emilio Paolini, con motivo de las fiestas patronales en honor a San Isidro Labrador,  en ese pueblo conoció a Gertrudis Bravo Luque, hija de Clemente Bravo y María del Rosario Luque, contrajeron matrimonio  y fijaron residencia en el caserío Mogotón. De esta unión nacieron tres hijos: María José, José Marcelino y Ramón María, hijos biológicos, yo diría que muchos más fueron sus hijos de cariño, tales como: Ramón Ignacio Briceño, Soteldo Saavedra, Juana Saavedra, Miguel  Caceres, Concha Valera, Perpetua Briceño, Eliodoro Valera, Concho Valera, Isolina, Maria Dolores Briceño, Ana Gustina, Temistocles, Isidro y Antonio Segovia, Juana Pérez, Rosalía Rivero, Onesima Artigas, José Jesús Artigas, Máximo   Gil, Ramón Fonseca, Juan Angel, Jose De La Paz, Ana Gracia, Matilde, Segundo, Carmen Hernández  todos ellos habitantes de esos campos, nacieron y crecieron bajo su protección, de ahí el amor que le tenían. En Mogotón como en todos los campos de esos tiempos existía la economía de subsistencia, sembradíos de: maíz, caraotas, café y caña de azúcar, además pasto para un pequeño rebaño de ganado y para las bestias de monta y de carga, imprescindibles en las labores de la finca.

              Don Ramón también se ocupó de construir un patio para el secado del café y un trapiche para la molienda de la caña de azúcar.

En tiempo de siembra y cosecha venían de todas partes, especialmente de Coro. El descubrimiento del uso del petróleo, trae las transnacionales  y muchos se van  a trabajar a las compañías petroleras; abandonan la tierra y  progresivamente va desapareciendo el cultivo de los campos, es el inicio de una nueva Venezuela, La Venezuela Petrolera.

              A Don Ramón se lo  lleva preso La Federal, Guardia Rural del General Juan Vicente Gómez (entonces Presidente de Venezuela),  por proteger a un amigo, perseguido político. Después de siete meses regresó a la felicidad de su terruño. En el ocaso de su vida, su hija María José, con la mejor de las intenciones, lo lleva  a Chejendé, sin darse cuenta de lo que sus querencias significaban para él. Muere Doña Gertrudis, muere Teresio (su hombre de confianza) y solo queda para él una honda tristeza que lo va matando poco a poco.

              Don Ramón, " Papa Viejo" , el hombre grande que murió de tristeza por amor a su adorado y más bien amado Mogotón.

              Hoy después de tantos años volví al lugar donde nací, de aquel hermoso paisaje sólo queda el recuerdo. En el vuelo de las nubes que en el horizonte se mueven dibujando siluetas silenciosas, creí ver a Don Ramón y a su amada Gertrudis, ahora libres habitan sus querencias sin presiones  ni tormentos, vigilando su sangre en el hombre de miel que nació en el mar de Clorofila de esos campos.

…A la memoria de nuestros Padres: Ramón y Emilia, y de nuestros abuelos, Don Emilio y Doña Ángela; Don Ramón y Doña Gertrudis…

REALIZADO POR:

Leopoldo Ruiz Paolini

CHEJENDé, MÁS ALLÁ DEL CIELO

TOROCOCO- ÁGUILA REAL A LA ALTURA DE LA LUNA

RAMÓN  – MOGOTÓN –

Rolando Ruiz Paolini

CHEJENDé – CHIJA-GEN-BE

TOROCOCO – SU FUNDACIÓN

DON RAMÓN – SU HISTORIA

FOTOS

DIAGRAMACIÓN

COLABORADORES:

Marina Vásquez de Ruiz

Esteban Horacio Ruiz León

Yusmari del Valle Lugo

Pedro Pablo Pérez

Venezuela

Junio de 2003  

Partes: 1, 2
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