Cuando entro silenciosamente al salón de usos múltiples del hotel en donde se encuentran mis nuevos compañeros de la Maestría en Educación Holista, en la ciudad de Guadalajara, en el primer día de clase de la primera Sesión Presencial, a mi mente regresan los recuerdos y emociones de la época cuando dimos inicio a los estudios de educación básica en donde todo era un mundo maravilloso de posibilidades; en aquel entonces así fue y afortunadamente en esta ocasión sigue siendo un universo de expectativas por descubrir. Y me agrada que así sea.
Después de casi 17 años, en los que no había cursado estudios formales, si acaso diplomados y cursos con duración de no más de seis meses, compruebo las frases que en una ocasión un profesor no dijo: "El aprendizaje es un proceso continuo, con vida propia" esa es una gran verdad, porque Jamás se deja de aprender, a pesar de haber acumulado la suficiente experiencia y criterio profesional, bueno, así lo consideraba hasta el año pasado, porque ahora percibo una experiencia personal que refleja un cambio de vida que estaba lleno de necedad y egoísmo, según las enseñanzas de Buda.
Esta maestría en Educación Holista me ha dado la oportunidad de conocer la filosofía de Buda que esencialmente nos señala el recto camino que debemos trazar en la vida al andar, con nuestras acciones y que irremediablemente nos conduce a la verdad. Por supuesto que hoy vivo convencido con esta filosofía, que día a día trato de incluir mi vida en ella, también esta claro que no quedará solo como una intención, debemos romper la inercia del cúmulo de conocimiento, la especulación de teorías será una característica del pasado, sencillamente el Ser será el único que dará luz a los principios, que como consecuencia terminaran en bondadosos resultados. Una situación desoladora es la que experimentan muchos compañeros al dejar el nuevo conocimiento adquirido, tan solo como teorías de innovación, sin resultados satisfactorios para el mismo o los demás, podríamos llamarle teoría muerta, esfuerzo perdido. Entonces hablar de la filosofía de Buda, debemos ser realistas y congruentes para experimentarlo plenamente en el diario transitar por el sendero de nuestro diario vivir y de esa manera les estemos dando vida a esos ideales. Porque en nosotros esta la decisión de iniciar el cambio hacia la evolución de la conciencia, para poder desarrollar una Educación de la Nueva Era, esa educación que debemos compartir con todos los seres humanos.
Observamos que la tarea es y seguirá siendo ardua, pero tenemos la firme convicción de llevarla a cabo, para lograrlo tenemos que empezar por nosotros mismos con nuestra espiritualidad. Ahora que lo menciono, observo que el haber estado en contacto con esta filosofía durante estos dos años y con la sabia supervisión de nuestro guía el Dr. Ramón Gallegos, me doy cuenta que he muerto; siento que murió en mi una parte que no sabia vivir, una parte que matizaba el sufrimiento en toda la historia de mi vida, claro es, son las consecuencias, cuando el ser humano no conoce las bondades de estar en armonía con la totalidad generando sentido de vida. Y como consecuencia sufría e indirectamente hacia sufrir a los demás, en todas las esferas en donde me relacionaba y me desenvolvía con mis actividades cotidianas: la familia, el aula, la sociedad. La situación que realmente me parece atroz es que en esa realidad no percibía el daño que inconscientemente generaba, permanecía ajeno a ello, porque románticamente pensaba que el hecho de tener control de los propios sentimientos bastaba para tener una verdad absoluta. Por otro lado sabemos con certeza que si tenemos la experiencia de vivir realmente la interdependencia, logramos conectar una conciencia que preserva y honra la vida.
En mucha ocasiones con mis hijas actuaba con la miopía de nuestra visión chata del mundo, procediendo con intransigencia como un tirano, por cosas sin importancia, aun me duele la ocasión en que a la niña menor reprendí severamente porque accidentalmente mojó la mesa al atropellar un vaso con leche, o cuando a la niña mayor le exigía que se desenvolviera con un comportamiento mas responsable y considerado para la familia, cuando apenas tiene 15 años, asimismo cuando por telepatía pedía que mi esposa entendiera las cosas desde mi punto de vista, provocando altercados y conflictos en nuestra relación, nunca es tarde para percatarse de cuan equivocado estaba.
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