Linda, la difunta más delgada del cementerio de Louisville
Linda nació hija única en las cercanías de la ciudad más bella del estado de Kentucky. Ciudad donde dicen que crece la grama más hermosa en todo el mundo y donde anualmente se celebra el famoso Kentucky Derby. Los abuelos de Linda contribuyeron por muchos años al éxito de este evento, corriendo sus caballos, renombrados por su calidad.
Louisville KY
Linda vio la luz del día en Louisville, donde se encuentra el hipódromo, lugar de la famosa corrida.
Como niña creció en medio de los privilegios de la aristocracia, el dinero y el poder. Su único hermano, diez años mayor que ella, murió en un accidente de bote cuando Linda apenas tenía seis años de edad.
Tímida y reticente por naturaleza, esta niña les proporcionaba poco placer a sus padres ancianos, ya que no disfrutaba de las fiestas acostumbradas que celebrara la sociedad rancia donde creció.
Como estudiante fue mediocre. Como atleta carecía de méritos y como persona se distinguió por ser la más delgada de todas sus amigas -algo que la deleitara- ya que en alguna cosa era especial.
El derby
El comienzo de la tragedia
Desde la niñez temprana, Linda padeció de muchos problemas dentales. Porque, a pesar de haber sido instruida en el cuidado esmerado de su higiene bucal, sus dientes siempre tenían caries cuando visitara al dentista, lo que acostumbrara hacer seis veces al año. Su cara tenía una apariencia de hinchazón perenne y su aliento era fétido. Tommy, su novio de por vida, se quejaba de ello, pero nadie sabía qué recetar para su caso.
A los diecinueve años Linda contrajo nupcias con Tommy instalándose en uno de los muchos edificios que se encontraban en el latifundio enorme donde la familia criaba los potros de calidad que corrían, padreaban y vendían.
Con mucha lucha y con tratamiento especializado, Linda concibió su única hija, a la que llamaron Jennifer en honor a la abuela materna. Jennifer nació pesando diez libras, lo que horrorizara a la joven parturienta, quien abominaba de toda gordura -incluyendo la que Tommy ostentaba en su abdomen, sin importarle y sin reservas.
"No puedo entender cómo Jennifer ha nacido tan gorda", preguntaba Linda a su obstetra, ya que durante su embarazo solamente ganó ocho libras.
Las preguntas
El médico de cabecera, cuyo conocimiento del caso era somero, vino una mañana a visitar a los nuevos padres y a hacer preguntas acerca de complicaciones posibles ya que los electrolitos de Linda estaban bajos (el potasio en especial) y que la amilasa sérica estaba elevada. Mirándole la cara, concluyó, "quizás es que tenga paperas"… aconsejando descanso y evitar ciertas actividades hasta que la hinchazón disminuyera.
Pero la hinchazón no bajó
Paperas o parotiditis
Luego de dar a luz, Linda comenzó a aumentar de peso, habiendo ganado tres libras desde que Jennifer naciera. "Loca de vergüenza, porque se estaba poniendo obesa", nos diría Tommy, meses más adelante, Linda comenzó una serie de dietas improvisadas asistidas por el vómito autoinducido.
La variedad de vómito que Linda provocara era diferente, en todos sus aspectos, al vómito que inducen las pacientes con bulimia. Para ella vomitar sólo requería que lo deseara. Entonces, activaba el reflejo de la náusea y regurgitaba el contenido de su estómago, actividad en la que se envolvía sin necesidad de comer y como extensión del hábito de rumiar que de por vida tuviera, y por el "mero placer" de hacerlo.
En Kentucky, varios psiquiatras diagnosticaron el caso como anorexia, debido al peso críticamente bajo de la paciente. Y como bulimia, a pesar de que Linda nunca ingería comida en exceso -mientras que todos ignoraron lo que no entendían: la rumia y la regurgitación del contenido estomacal.
El curso clínico
Linda rehusó tratamiento, porque en su mente asociaba la "cura" con ganar peso, lo que temiera. Pero más que nada, asociaba la cura con abandonar el placer derivado de la ruminación y del vómito autoinducido. Algo que ella disfrutara y que se resistía a abandonar.
Razonaba de esta manera: "Yo de muy niña tenía una facilidad enorme para vomitar , cuando lo hacía me gustaba. Lo que me gustaba más era la sensación misma, la presencia del vómito en mi boca y el placer que me daba el acto de hacerlo -es algo que pocos comprenden".
Cuando Jennifer celebró sus quince años, mientras Linda permanecía hospitalizada para la alimentación naso-gástrica, Linda subrepticiamente trazó su último testamento con la ayuda de otra paciente en la unidad, que era abogada de profesión.
En su última voluntad, Linda dispuso que la sepultaran cerca ("pero no muy cerca") de la tumba de sus padres. Además, que en su lápida se leyeran las palabras: "Aquí yace Linda, heredera de los caballos más famosos del Kentucky Derby –la mujer más flaca que aquí duerme por la eternidad".
Linda murió siendo muy delgada…
Así nos informó Jennifer.
En resumen
El tratamiento de la bulimia, y de toda enfermedad, requiere un reconocimiento y un entendimiento de los factores que inciden en cada caso específico. Linda no gozó del apoyo firme de sus padres, quienes ya muy mayores, ni entendían (ni podían entender) por qué tantas mujeres jóvenes se inmolan al deseo de ser flacas, en aras de su forma de belleza.
Así sucede con muchas.
El apoyo de Tommy le faltó, pero no por falta de cariño, sino porque Tommy la amaba tanto y temía aún más que ella lo reprochara, por eso nunca la pudo mantener en tratamiento cuando ella exigía que la sacara de donde estuviera y la llevara de vuelta al hogar.
En cuanto a Jennifer, ella creció virtualmente sola, en la compañía de un padre que solamente viviera para consolar, satisfacer y adorar a su esposa -la única mujer a quien cortejara en toda su vida.
Jennifer, gordita de niña, todavía lo es. Ahora escribe novelas, las que no publica, tiene un establo, y vive sola, cerca de la tumba de sus abuelos y la de su madre. Tommy la ayuda en todo y vive con ella.
En resumen
Linda fue el primer caso reportado en la literatura médica acerca de la rumiación. Caso que describiera este autor en Psychosomatics en 1986. Desde esa fecha muchos casos más han sido reportados por investigadores de todos los países del mundo civilizado.
Es posible que este conocimiento haya salvado muchas vidas y evitado miserias a muchas otras mujeres enfermas.
Como decíamos de Mary Anne Richardson in Everett: "Ella murió, para que otros vivieran…"
Linda, que en paz descanses, con tu último deseo satisfecho, por toda la eternidad.
Bibliografía
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Russell, G: Bulimia Nervosa: An Ominous Variant of Anorexia Nervosa Psychol. Med. (3) 429-448 (1979)
Larocca, F.E.F. and Della-Ferra, M.A.: RUMINATION: ITS SIGNIFICANCE IN ADULTS WITH BULIMIA NERVOSA, Psychosomatics, Vol. 27, No. 3, pp. 209-12, 1986.
Larocca, F.E.F.: SELF-HELP IN ANOREXIA AND BULIMIA: PRINCIPLES OF ORGANIZATION AND PRACTICE (in The Eating Disorders: Medical and Psychological Bases of Diagnosis and Treatment, B.J. Blinder, B.F. Chaitin and R. Goldstein (eds.), PMA Publishing Co. pp. 477-81, 1988
Larocca, F. E. F: Anorexia Nervosa. La Realidad y los Hechos: Así Hablan los Expertos Junio, 2007
Dr. Félix E. F. Larocca
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